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Creando Oportunidades
La Organización No Gubernamental (ONG) ‘It will be’ con sede en Madrid no es una más dentro del panorama nacional del Tercer Sector. O al menos ese es su objetivo a corto plazo. Arancha Martínez fundó en el año 2009 esta organización de cooperación al desarrollo tras pasar por un voluntariado en India. Nada que ver con su trabajo relacionado con el marketing y con el sector de las finanzas. “Me encontré con un sector muy atomizado, con muchas personas maravillosas al mando pero con falta de eficiencia porque iniciativas, personas y proyectos están poco conectados, un problema que es extrapolable a cualquier otro país”.
Arancha quedó enganchada al Tercer Sector. Volvió a España en 2013 y ya no lo dejó. Decidió que su objetivo sería tratar de introducir eficiencia, innovación y colaboración entre este tipo de organizaciones para mejorar la eficacia de sus proyectos. Comenzó a trabajar con varias ONG’s locales y también con los sectores público y privado.
Fue a raíz de uno de los proyectos que se desarrollaban en India, “Niños de la calle”, cuando a esta joven emprendedora y a su equipo se les ocurrió una manera de lograr mayor impacto social. Más de cien millones de menores, de entre 5 y 17 años viven en la calle en el mundo. 10 de ellos, en India y unos 80.000 niños se pierden cada año en este país. Otros miles de ellos huyen de sus casas o son abandonados. Viven solos, sin protección familiar ni social alguna, en condiciones muy extremas, normalmente en los alrededores de las estaciones de tren de las grandes ciudades. Debido a su naturaleza vulnerable, están expuestos a ser usados por mafias de trata de menores. No es fácil impedirlo porque, entre otras cosas, carecen de cualquier documentación que acredite su identidad y se suelen quedar fuera de las redes de asistencia sanitaria o educativa.
En 2013, el socio local en India de ‘It will be’ creó un software para que 81 centros que trabajan en los alrededores de estas estaciones con menores no acompañados pudieran compartir información y mejorar el trabajo psicosocial descrito. Pero la falta de conexión entre los centros y el precario sistema de recogida de información les llevaron a buscar otras opciones.
Así nació la app ChildPPa. Un proyecto basado en el reconocimiento biométrico de los rasgos físicos, surgido en 2016 y en principio ‘ad hoc’ para el trabajo en la India. Algo que no tardó en cambiar. “Nos dimos cuenta de que no se está utilizando prácticamente nada de biometría y que podríamos aplicarlo a todo el Tercer Sector y en particular en lo que tiene que ver con emigrantes o refugiados, víctimas de trata…”.
En la fase de diseño de esta herramienta se contó con la experiencia acumulada por distintas organizaciones no gubernamentales. “La idea fue contar con una app flexible y universal”. Es, en definitiva, se trata de aplicar las nuevas tecnologías para la mejora de problemáticas sociales relevantes. “Así empezó nuestro emprendimiento social”.
Y es que, el Tercer Sector tiende a la innovación. “Muchos de los proyectos de los últimos años no han funcionado, no están teniendo suficiente impacto”, reconoce Arancha Martínez.
La denominación original de la app (ChidPPa) se concibió pensando en los menores no acompañados. Aunque ese concepto y sus objetivos aspiran a ser más amplios para trabajar con otros colectivos. Se trata de facilitar el reconocimiento biométrico recogiendo las huellas dactilar y palmar de cada persona atendida e incluir un reconocimiento facial. “El motor biométrico genera un patrón único para cada persona. Genera una identificación de las persona para que su seguimiento sea el óptimo y las intervenciones sociales sean mejores”, explica Arancha Martínez.
Cada trabajador social operará desde un dispositivo móvil o fijo en el que irá instalada la app. Le permitirá capturar esos tres patrones biométricos además de recoger sus datos clave (sexo, nombre y apellidos, nacionalidad, edad, problemática/s concreta). Todo ello será transmitido de forma online a la base de datos de cada ONG usuaria del sistema, para mejorar la intervención y ayuda social.
Se ha pensado sobre todo en el usuario -el trabajador social- a la hora de diseñarlo. Es un sistema muy sencillo, intuitivo y visual que se puede encontrar en inglés, francés y español. Cuenta con muy poco texto. “Se trata de que cualquier trabajador social que recoja datos pueda utilizarlo”. Arancha Martínez reconoce, no obstante, las dificultades de introducir tecnología e innovación en terceros países “por las resistencias propias de la contraparte local”.
‘It will be’ es ahora uno de los proyectos participantes en el programa de emprendimiento social BBVA Momentum. Durante siete meses se les ofrece formación, acompañamiento estratégico, financiación, colaboración, networking, visibilidad… Las empresas y emprendedores han sido seleccionadas bajo un denominador común: su alto impacto social y su compromiso con la sostenibilidad. El programa busca “personas que estén cambiando el mundo a través de sus empresas y que planteen soluciones innovadoras y sostenibles a los problemas sociales y medioambientales”. Ese es el caso de Arancha Martínez, directora de la ONG.
‘It will be’ es una organización pequeña, sin las grandes estructuras o recursos de otras más antiguas y consolidadas. Por eso ha buscado el apoyo de agentes que, como BBVA, pueden dar un impulso a sus proyectos y permitirle un funcionamiento más independiente en lo económico. “En una ONG de nuestro tamaño, creo que nos puede ayudar a encontrar un modelo de gestión que tenga sentido para dejar de depender de agentes externos, sean públicos o privados. En general, es necesario cambiar los modelos en el sector. Hay que introducir el emprendimiento y la empresa social como una nueva forma inclusiva dentro del propio Tercer Sector. Hay mucho por hacer”.
Arancha Martínez cree que el ‘mentoring’ es fundamental para ir tomando las decisiones adecuadas a la hora de conseguir el objetivo final: el posicionamiento de ‘It will be’ como “una ONG tipo consultora que aporte a otras organizaciones y al propio sector. No solo como una organización con sus propios proyectos en distintos países y atomizados”.
En opinión de esta joven emprendedora “no se trata de crear nuevas ONG’s porque todas compartimos una misión común, cada una con su filosofía” sino de optimizar el trabajo de las ya existentes. Sin embargo, reconoce que es “difícil” crear sinergias entre ONG’s “aunque desde fuera se vean como evidentes”. Cree que hay que “trabajar de manera muy colaborativa y olvidarse de la competencia porque estamos peleando por lo mismo: por la justicia social y redistribuir la riqueza en el mundo. Hay muchos puntos de encuentro que no se están aprovechando”.
Trabajarán para conectar sectores, proyectos, recursos y, desde luego, ONG’s. Ahora esperan conseguir la financiación suficiente para realizar la prueba piloto de la app. “Hay mucho interés en la herramienta tanto por parte del sector público como el privado pero hay que probarla”.
La Organización No Gubernamental (ONG) ‘It will be’ con sede en Madrid no es una más dentro del panorama nacional del Tercer Sector. O al menos ese es su objetivo a corto plazo. Arancha Martínez fundó en el año 2009 esta organización de cooperación al desarrollo tras pasar por un voluntariado en India. Nada que ver con su trabajo relacionado con el marketing y con el sector de las finanzas. “Me encontré con un sector muy atomizado, con muchas personas maravillosas al mando pero con falta de eficiencia porque iniciativas, personas y proyectos están poco conectados, un problema que es extrapolable a cualquier otro país”.