Con más de 3.500 habitantes, Chiloeches no es una de las localidades más pequeñas de Guadalajara. A pesar de tener esa población, la localidad sólo tendrá acceso a su sede bancaria dos días a la semana. El resto de tiempo, el servicio se prestará en la cercana localidad de Pozo de Guadalajara, a 15 kilómetros. Pozo, que tiene menos de la mitad de población que Chiloeches. Su alcalde, Juan Andrés García lamenta este tipo de prácticas. “Nos hace falta una banca que no busque tanto el beneficio sobre el ciudadano”, recalca.
“Al final, volveremos a la antigua manera de guardar el dinero bajo el colchón y eso conllevará la pérdida de seguridad de la ciudadanía, porque si no hay acceso a la entidad bancaria, habrá que hacer acopio”, explica García. Además, recuerda que hace poco hubo “precisamente un robo” por guardar dinero dentro de la casa. También lamenta que nadie comunicó al Ayuntamiento la decisión del cierre de la sucursal, aunque fuese dos días. “Para ellos no eran el modelo adecuado y aducen que tenemos una sucursal, la de Pozo, o también la de Guadalajara”, lamenta. “Para descentralizar el servicio”, señala.
“Nosotros trabajamos por la despoblación, por la movilidad sostenible, pero todas las personas que no tengan acceso a la banca electrónica o a un cajero se va a tener que desplazar a otras poblaciones, con los riesgos que incluyen de accidente o de contaminar más, que es justamente lo contrario a lo que se está impulsando desde las administraciones”, explica el edil. Además, García cuestiona las verdaderas razones por las que las entidades bancarias cierran sus sucursales.
“No podemos entender que siempre vaya más por el beneficio, por encima del cliente”
“No se entiende que hasta ahora hemos sido rentables, lo que pasa es que ahora sólo quieren tener beneficio. Pero hemos sido rentables hasta ahora y con menos población, todo hasta que Caja Guadalajara fue absorbida”, afirma. De este modo, señala, la decisión es “más dolorosa”. “No podemos entender que siempre vaya más por el beneficio, por encima del cliente”. “Los márgenes de beneficio están mejor en Abu Dhabi, en la Villa de Oro...”, ironiza.
De todos modos, García cuestiona como una entidad bancaria no puede ser viable en una localidad como la suya. “No quieren verlo en un municipio de 4.000 personas, y tampoco lo van a ver en un pueblo de 200 habitantes. La realidad es que es algo genérico, muchos de los edificios que antes eran bancos están vacíos. Pero esto sólo les aleja más del servicio; entre tanta unificación se han quedado apenas unos cuantos con todo el perjuicio que lleva para las personas, y para sus trabajadores también que son perjudicados”, reflexiona.
“Una cosa es tener curro, que eso se veía todos los días, rara vez ibas a la sucursal y estaban tranquilos. Pero claro una cosa es tener curro, otra cosa es tener volumen de negocio. Lo único que buscan es contabilidad. No entendemos la respuesta y es una falta de respeto también para el cliente”, señala. Además, afirma que mientras la banca privada toma estas decisiones, las administraciones no paran de plantear soluciones contra la despoblación. “Los que deberían ser nuestros colaboradores, nos están dejando de lado”, finiquita.