La vuelta a la normalidad es casi imposible cuando lideras un partido político que no solo ha roto el tradicional bipartidismo de Castilla-La Mancha sino que se ha convertido en pieza fundamental para la gobernabilidad en la región. Sin embargo, algo parecido ha intentado hacer durante esta semana el líder regional de Podemos, José García Molina, tras siete días frenéticos de inicio de diálogo con el candidato socialista, Emiliano García-Page, declaraciones a la prensa, entrevistas, análisis de resultados y hasta la pérdida del escaño por Albacete.
García Molina y sus candidatos realizaron una campaña electoral financiada por aportaciones ciudadanas en la que recorrieron más de 5.000 kilómetros por toda la región, 15 días de “comer con prisas en el primer bar que veíamos y de estar en casa solo para dormir”, cuentan los colaboradores del partido.
No es extraño por tanto que durante estos primeros días el candidato regional de Podemos haya aprovechado para estar un poco más de tiempo en su casa, “descansando un poco dentro de los compromisos y tareas que tiene”. De hecho, emplazó a García-Page a la semana que viene para seguir con las conversaciones porque debía reincorporarse a su trabajo, tras 15 días de excedencia, en la Universidad de Castilla-La Mancha, y finalizar las tutorías y corregir los trabajos de los alumnos que acaban los cursos de grado.
Hasta ese momento, en la formación morada se vivió toda una resaca electoral tras las elecciones del 24 de mayo. El lunes siguiente se reunió el Consejo de Coordinación del partido y se convocó a los medios de comunicación, el martes se produjo la primera conversación con el candidato socialista, y al mismo tiempo han estado organizando la marcha ciudadana que se llevará a cabo el domingo día 31 de mayo en Toledo, a la que asistirá el secretario general, Pablo Iglesias, y que coincide con el Día de Castilla-La Mancha.
García Molina confía en “poder volver a leer cuando las dinámicas se vayan calmando”
Ahora, García Molina tiene ganas de recuperar uno de sus mayores hábitos: el de la lectura. “Desde que entró en Podemos ha sido imposible leer prácticamente nada que no sean documentos de trabajo”, comentan en el partido, motivo por el que el mismo lunes decidió comprar un libro en la librería toledana en la que convocó la rueda de prensa post-electoral, ya que confía en “poder volver a leer cuando las dinámicas se vayan calmando”.
Ha aumentado también su conocimiento e interacciones con la gente en la calle y en las redes sociales, así como en los medios de comunicación, “que ahora son mucho más numerosos en nuestras convocatorias y tienen muchas más preguntas que hacer”. “A José lo saludan mucho más por la calle, incluso le han pitado desde un coche animándolo y sus redes sociales están mucho más activas con muchos mensaje de apoyo”, señalan sus allegados.
Este aumento de la popularidad, de los apoyos y de la repercusión mediática no ha transformado sin embargo el objetivo del partido: conseguir que se apruebe para Castilla-La Mancha su Plan de Rescate Social. Por ello, el ambiente general en la formación es “de bastante ilusión pero también de responsabilidad” ante el proceso de negociación que aún queda por delante.