José Luis Blanco: “No ha habido integración” en el nuevo PSOE regional
El alcalde de Azuqueca de Henares y rival de Emiliano García-Page por el liderazgo del PSOE en las pasadas primarias del partido, José Luis Blanco, se ha mostrado muy crítico con el Comité Regional que ha sido aprobado en el XI Congreso Regional de los socialistas castellano-manchegos, ya que de los 94 miembros que lo formarán ninguno era afín a su candidatura.
“Lamento profundamente que en el Congreso regional de nuestro partido no se haya producido la integración que sí realizó Pedro Sánchez en el Comité Federal”. Así lo ha manifestado tras reconocer que a lo largo de todo el día de ayer desde el grupo que lidera se puso toda la voluntad y las condiciones para que así fuera.
Recuerda por ejemplo que el recién elegido secretario de Organización, Sergio Gutiérrez, entró a formar parte del Comité Federal elegido por Pedro Sánchez a pesar de pertenecer a la candidatura de Susana Díaz, en virtud del acuerdo de integración“. ”Un acuerdo de integración que nos gustaría que se hubiera producido también en Castilla-La Mancha“, añadiendo que ”hay que ser generosos en las victorias y elegantes en las derrotas“.
“Siempre hemos dicho que no estamos aquí por sillones, sino por principios. Por ello entendimos que todos los miembros de la Ejecutiva Regional debían ser elegidos por el secretario general electo. Sin embargo el Comité Regional es un órgano de representatividad en el que sí deben estar reflejadas todas las sensibilidades del PSOE de Castilla-La Mancha”, ha señalado.
José Luis Blanco asegura que “desde hoy seguimos trabajando por el proyecto socialista en Castilla-La Mancha, consolidando propuestas transformadoras de nuestros pueblos y nuestras ciudades, para que en 2019 podamos seguir gobernando en ayuntamientos y en la Junta y así continuar mejorando la vida de la gente de esta tierra”.
Finalmente, ha felicitado a García-Page, porque su propuesta ha conseguido un respaldo mayoritario en las urnas y ha confiado en que el partido avance hacia un modelo “más abierto y participativo”, en el que “las decisiones importantes las tome la militancia y en el que discrepar sea considerado una oportunidad de enriquecimiento colectivo que suma, nunca resta”.
