Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.
Las series antológicas, aquellas en la que cada temporada se puede disfrutar de forma cerrada e independiente, están más de moda que nunca: ‘True Detective’, ‘American Crime’, ‘American Horror Story’, ‘Fargo’, ‘Black Mirror’ o ‘The Missing’. Aunque anteriormente ficciones como ‘Alfred Hitchcock presenta’ o ‘Historias de la cripta’ ya experimentaron con un formato que da más flexibilidad a los productores y mayor poder creativo a los guionistas y creadores. Esta semana escribo sobre una de ellas: ‘American Crime Story:The People v. O.J. Simpson’.
El sello ‘American Crime Story’ llevará a la pequeña pantalla diferentes crímenes reales cometidos a lo largo y ancho de Estados Unidos, lo que viene siendo un recorrido por la crónica negra del país. El creador de esta franquicia es Ryan Murphy uno de los ‘showrunners’ icono de la televisión americana actual y más conocido por ‘Glee’, ‘Nip/Tuck’, ‘Scream Queens’ y ‘American Horror Story’. La primera entrega de diez episodios de ‘American Crime Story’ adaptará ‘The Run of his Life: The People v. O.J. Simpson’, el libro del escritor estadounidense Jeffrey Toobin. El escritor navegaba por todos los pormenores del proceso abierto contra O.J. Simpson, un juicio que marcó una época y puso su impronta en la memoria colectiva de todos los norteamericanos.
Nicole Brown, ex mujer del jugador de fútbol americano O.J. Simpson, y su amigo Ronald Goldman fueron encontrados brutalmente asesinados en su domicilio de Brentwood en la ciudad de Los Ángeles el 12 de junio de 1994. Todo parecía indicar claramente que O.J. Simpson (Cuba Gooding Jr) era el principal y único culpable del asesinato. A partir de aquí, la Fiscalía y la Defensa entraron en una guerra sin cuartel que duró cerca de un año, donde las diferentes batallas, maniobras y tácticas legales rozarían lo caricaturesco e inverosímil. Un juicio largo que hizo historia y sirvió para medir el sentir de la sociedad de la época.
La imputación de O.J. Simpson, su intento de fuga con persecución incluida, la posterior detención, el juicio y el veredicto final marcaron un hito en la televisión estadounidense. Un suceso que logró cambiar o desvelar otra forma de concebir la pequeña pantalla. La espectacularización del juicio reunió a millones de personas durante todo el proceso. Las cifras de audiencia subieron como la espuma según iba avanzando el proceso. La forma de cubrir el evento por las diferentes cadenas y todo el ruido que se generó alrededor no queda muy lejos de lo que se conoce como ‘reality show’ y, siendo más técnico, la telerrealidad. Al final, eran mucho más importantes los dimes y diretes y el show que saber realmente la verdad. De hecho, algunos de los protagonistas de la historia se convirtieron en verdaderas celebridades y si no, que se lo digan a la familia Kardashian.
‘American Crime Story: The People v. O.J. Simpson’ capta y traduce a la perfección el sentir social y cultural de mediados de los noventa: los conflictos raciales, la corrupción policial, el impacto del juicio e la memoria colectiva o la cultura pop, entre otras; conseguido gracias a una contextualización exquisita donde todos los detalles están muy cuidados. De hecho, se utilizan de una manera recurrente imágenes de archivo de la época. Así, la Fiscalía, la Defensa y el ruido especulativo toman parte protagonista de la ficción dejando a O.J. relegado en un segundo plano, un verdadero acierto.
Fue un proceso que se convirtió en un auténtico infierno y en un mar de lágrimas para la Fiscalía. Para la Defensa, compuesta por el llamado ‘Dream Team’, fue como un verdadero juego de niños. Un juicio que convirtió la corte en un patio de recreo donde los primeros buscaban un litigio serio con pruebas incriminatorias más que concluyentes, mientras que los segundos a base de trabajadas estrategias y tácticas poco morales y éticas, intentaban desviar la atención de lo importante. La historia más espectacular y entretenida ganaba a los hechos más puramente objetivos. Así, el proceso se convirtió en un verdadero plató televisivo donde las emociones y pulsiones estaban a flor de piel y donde, al final, los motivos del veredicto trascendieron más allá de la propia verdad.
El equipo de la Fiscalía está compuesto por Marcia Clark (Sarah Paulson) y Christopher Darden (Sterling K. Brown), un dúo con grandes dosis de química, que tendrá que encajar un juicio que poco a poco se les va de las manos. Pero aquí, sin lugar a dudas, me quedo con el papel de Sarah Paulson, de esos con los que ganas Emmys y Globos de Oro, en el papel de la abogada principal que sufrió en su propia piel cómo ella misma, y sobre todo al ser mujer, se convertía en parte de un entretenimiento machista y retrógrado: se juzgó su corte de pelo, su escrutinio como madre o fotos en topless. De hecho, el sexto episodio (‘Marcia, Marcia, Marcia’) está focalizado en ella y es posiblemente uno de los mejores de ‘American Crime Story: The People v. O.J. Simpson’. Una verdadera defensa a la mujer trabajadora que hacia el final de la serie se va dilucidando en una denuncia muy directa de la violencia doméstica.
En el equipo Defensor o más conocido como ‘Dream Team’ encontramos a: Robert Shapiro (John Travolta), Robert Kardashian (David Schwimmer), Johnnie Cochran (Courtney B. Vance) o F. Lee Bailey (Nathan Lane), entre otros. De aquí me quedo con dos interpretaciones: la de Courtney B. Vance que ofrece una actuación extraordinaria y exquisita, en el papel de un abogado que maneja la oratoria a las mil maravillas. Un hombre que maneja todos los aspectos de los juicios además de ser un experto en contar historias que calan directamente en el jurado. También destaca la actuación de John Travolta, aunque su cara haya pasado más de una vez por un quirófano, se marca un buen papel en la primera parte de la serie.
Los verdaderos e intensos combates dialécticos se producen entre Marcia Clark y Johnnie Cochran. Entre ellos dos hay verdadera tensión ya que chocan con dos formas muy diferentes de abogacía.
Aun conociendo el final del caso de O.J. Simpson la serie mantiene muy bien el pulso durante toda la temporada. Además, el último capítulo mantiene la tensión a la perfección y deja una semilla de reflexión muy interesante.
Si algo puede definir el guión de esta primera temporada de ‘American Crime Story’ es el de un texto muy trabajado que traslada a la pantalla el espíritu de uno de los juicios más populares de la historia americana. La dificultad era máxima ya que en diez episodios ha conseguido hacer una radiografía precisa y con detalles de la sociedad de la época. Navega perfectamente por los recovecos de ambos equipos sin casarse con ninguno.
El trabajo en dirección también se salva con una muy buena nota, excepto cuando a Ryan Murphy le da por incluir algún plano tipo ‘American Horror Story’ sin venir a cuento. Aún así, la narración visual es imponente y poderosa. La fotografía juega a la perfección con la imagen y la colorimetría característica de la televisión de esos años. El montaje es otra de las características más reseñables de esta primera temporada: pantallas partidas, con ritmo, pendiente de las reacciones, de las miradas, de los gestos.
En conclusión, ‘American Crime Story: The People v. O.J. Simpson’ es una de las apuestas atractivas de este 2016. Una serie notable que me ha causado una sorpresa grata y que desde luego recomiendo. Porque para mí no es una serie judicial al uso sino que quizás es un acercamiento social y cultural a la época. La segunda temporada parece que se contextualiza en algún hecho ocurrido después del huracán Katrina.
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