Un mes después de la DANA que inundó Toledo: “Hay quien se replantea toda su vida de nuevo”
Un mes después, los municipios de Toledo más afectados por las lluvias torrenciales y riadas que se vivieron intentan “salir a flote” tras los innumerables y millonarios destrozos que se generaron en viviendas, carreteras, mobiliario urbano, vehículos o instalaciones municipales. Para conocer en qué situación se encuentran algunas de las localidades que sufrieron más agravios, hablamos con los alcaldes y alcaldesas de Cobisa, Polán, Guadamur, Burguillos de Toledo y Layos.
Durante los primeros días de septiembre se llevaron a cabo las tareas de limpieza de lodo o escombros, así como la recogida de enseres que han quedado inservibles y que en algún municipio aguardan a ser transportados a vertederos pues sus puntos limpios no tienen capacidad para depositarlos. Mientras, se siguen evaluando los daños por los que ayuntamientos y particulares podrán recibir ayudas tras la declaración de zonas afectadas gravemente por emergencias de protección civil (ZAEPC).
La parte más complicada, coinciden los representantes municipales, es la reconstrucción de las decenas de viviendas que, en menor o mayor proporción, se han visto afectadas. Entre los inmuebles, los hay que carecen de seguro de hogar y en los que sí lo tienen está por ver qué parte de los gastos cubren las compañías. En Cobisa, un municipio de 4.300 habitantes, se contabilizan entre 120 y 130 viviendas damnificadas por la depresión aislada en niveles altos (DANA).
En Cobisa “hay quien se replantea toda su vida de nuevo”
Félix Ortega, alcalde de Cobisa, señala que hay vecinos y vecinas que ya han comenzado a hacer obras de reconstrucción mientras que otros están “planteándose qué hacer con sus viviendas”. “Depende también de la situación socioeconómica de cada uno... hay quienes directamente se han ido a vivir de alquiler, otros a duras penas han colocado lo básico y lo imprescindible y están reconstruyendo poco a poco, y hay quienes todavía no han podido entrar a su casa porque quedó devastada”.
Cuestionado sobre si existe el miedo entre la vecindad de volver a pasar por una situación similar, Ortega asevera que “sí, con toda la lógica y toda la razón”. “Hay quien tiene claro que va a reconstruir su vivienda y está viendo de qué manera va a reforzarla, y otros que realmente se replantean toda su vida de nuevo”, apunta el alcalde, que da “gracias de que no haya habido ninguna víctima mortal ya que perfectamente podría haberla habido con la cantidad de agua y la fuerza con la que llegó”.
En total, calcula que “solo en camiones y máquinas para retirar barro y escombro” han gastado 300.000 euros, cifra que asciende a más de medio millón de euros contabilizando “todo lo que hay que reconstruir” en cuanto a mobiliario o instalaciones municipales. “No le quito importancia, habrá que hacerlo, pero el daño es mucho más pequeño que el ocasionado en viviendas particulares”, con reparaciones que pueden oscilar entre los “10.000 y los 50.000 euros”, lo que supone “una cifra astronómica sumando todas las viviendas”, subraya.
Canalización del arroyo y modificaciones urbanísticas
Las calles más afectadas de Cobisa, que a principios de siglo no contaba ni con la mitad de su población actual, fueron las que se ubican en la zona central del municipio, por la que discurre el arroyo de la Degollada, desbordado tras las intensas lluvias. “Antes de que ocurriese esta tragedia teníamos un estudio de alternativas que había hecho la Junta a través de la Agencia del Agua para poder evitar este tipo de situaciones. En el menor de los casos, las acciones a realizar conllevaban una inversión de unos 3 millones de euros”, apunta Ortega sobre las actuaciones que plantean para prevenir tales consecuencias con este tipo de catástrofes naturales.
En este sentido, agrega que confiaban en poder contar con fondos europeos este año para “poder canalizar esta venida de agua a lo largo del municipio”. “Nos planteamos todas las opciones, tanto como con la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) como con la Junta hablamos de canalización y de ver las medidas que podrían evitar esto hasta el punto de que la gente esté tranquila. No sé si es viable o no pero una de las opciones es hacer modificaciones urbanísticas”, remarca.
Guadamur: “Estamos tratando de recuperar lo que nos ha robado la DANA”
Por su parte, Sagrario Gutiérrez, alcaldesa de Guadamur, recuerda que en la localidad, el día 1, llovió “cerca de una hora, pero se formó un río de agua en la calle principal con un metro de agua durante las tres siguientes horas que iba llevándose coches, contenedores o mobiliario urbano”. Consiguieron limpiar el barro y los escombros acumulados durante los siguientes días y ahora llevan a cabo “la reposición de pequeñas cosas que se pueden acometer con fondos propios, o la habilitación de caminos que dan acceso a fincas”.
“Estamos tratando de recuperar lo que nos ha robado la DANA, que ha sido mucho”, manifiesta Gutiérrez, que indica que han registrado daños en edificios públicos como el teatro auditorio, el parque municipal, en depuradoras o en el alumbrado. “Poco a poco vamos recuperando nuestra normalidad. Guadamur es un pueblo pequeño y es muy doloroso ver cómo se pierden inversiones que hemos ido haciendo con presupuesto municipal en los últimos 15 o 20 años”, lamenta la regidora. En total, calcula que los daños rondan “los 750.o00 euros”, a los que se suman “otros 300.000” si se cuentan los que afectan directamente a particulares.
“Teniendo el pueblo limpio, destrozado pero limpio, podemos ir acometiendo obras para reparar los destrozos. Hemos recibido la visita de representantes del Consorcio de Compensación de Seguros, que han tomado reseña de todo lo que se ha estropeado y que el Ayuntamiento tenía asegurado como es el mobiliario urbano, depuradoras, el geiser de los lagos del parque o el alumbrado. Han tomado referencia de las valoraciones del arquitecto municipal y tenemos la esperanza de que todo eso lo va a poder cubrir el Consorcio para ir recuperando todo el daño que hizo la DANA”, apunta la alcaldesa.
Asimismo, indica que la declaración de la ZAEPC ha sido “una noticia feliz”. “Ahora lo que esperamos es que la agilidad en la tramitación”, añade. En Guadamur se han visto gravemente afectadas tres viviendas, pero el agua inundó más garajes y sótanos. En este sentido, apunta que el Consistorio está ayudando a a los vecinos y vecinas a realizar una valoración de daños “con el apoyo del Colegio de Ingenieros, que se ofreció a ayudarles en esta labor”.
Polán, una situación “más o menos normalizada” pero con “problemas para depositar escombros”
En Polán, aunque no se vivió una situación tan grave como la de Cobisa, también se contabilizaron “casi un centenar de viviendas con daños”, según indica su alcalde, Pedro Cano. “Hay quien tiene dañada toda la casa mientras que en otras viviendas ha afectado al tejado o al sótano. También la riada dejó 39 vehículos siniestros, y ”muchos tienen que seguir pagándolos“, señala.
“La situación en las casas está ya más o menos normalizada, el problema que tenemos ahora es ver dónde depositamos todos los enseres y escombros que se han recogido. Hay 12 remolques de muebles, sin contar lo que la gente llevó al punto limpio de manera particular”, apunta Cano, que precisa que también se han visto afectados parques y jardines, el edificio del propio Ayuntamiento, “aunque no ha sido mucho”, o “algunas ventanas del polideportivo municipal”.
Las afecciones en las infraestructuras, dice, también “se van solucionando poco a poco”, pero se han roto “muchas barandillas de puentes” y “toda la caja del arroyo -del Conde- está llena de escombros”. “Estamos esperando el permiso de la CHT para poder hacer una limpieza”, remarca el alcalde, que explica que “el desborde del arroyo se produce frecuentemente pero no con daños tan grandísimos”.
Burguillos de Toledo: “Nos estamos recuperando pero no hemos terminado”
Otra de las poblaciones que sufrió los estragos de la DANA fue Burguillos de Toledo, donde la peor parte se la llevó el colegio público del municipio, con aulas y patios anegados. “Nos estamos recuperando pero todavía no hemos terminado”, manifiesta el alcalde, José María Gómez-Caro, quien precisa que a pesar de que dudaron que fuera posible arrancar el curso escolar con normalidad “hasta el último día”, el día 9 el alumnado sí pudo incorporarse a clase como en el resto de la región.
“Por parte de la Delegación Provincial de Educación mandaron equipos de personal de Tragsa. No solamente los patios se habían convertido en piscinas sino que también entró el agua en las aulas y derribó un muro del colegio”, recuerda sobre cómo afectaron las lluvias torrenciales al colegio de este municipio que, pocos días después, el pasado 22 de septiembre, volvió a sufrir las inclemencias meteorológicas con una tormenta que dejó hasta medio metro de granizo, lo que provocó que algunos domicilios y garajes se inundaran de nuevo.
Al igual que otros alcaldes, Gómez-Caro, que afronta su primer mandato esta legislatura, ha tenido que lidiar en poco más de dos años con la pandemia, Filomena y ahora con esta DANA. “También se sacan aspectos positivos como es la solidaridad de la gente, pero es realmente duro porque ves cómo afecta a cada vecino. Sinceramente, creo que la pandemia ha hecho mella a nivel psicológico, la gente está más triste, necesita salir pero todavía hay miedo, no lo tenemos claro”, manifiesta al tiempo que desea que “en lo que queda de año la ciudadanía vuelva a ser feliz y a pasárselo bien”.
Layos: “Como somos un pueblo canijo no contamos, pero hemos sido de los más perjudicados”
Por último, Rafael García-Patos, alcalde de Layos, nos cuenta cómo está la situación en este municipio que no ha tenido tanta presencia en los medios. “Como somos un pueblo canijo no contamos, pero hemos sido de los más perjudicados. Esto fue un desastre que no habíamos visto nunca”, señala el regidor, que indica que también hay varias viviendas afectadas por las inundaciones.
“Caían las paredes como papel de fumar. Tuvimos incluso que rescatar a una mujer por la ventana de su vivienda, pero afortunadamente no hay que lamentar desgracias personales”, valora el alcalde. La zona más afectada fue “la que da entrada al municipio -en el acceso de la CM-4013 que le conecta con Argés y Toledo-”. “Allí hay un mesón con un comedor en una planta inferior que se llenó por completo. Había tres metros de agua”, recuerda el edil.
Instalaciones municipales, puentes, cauces o el campo de golf son también otras de las infraestructuras dañadas. “Estuvo aquí la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y nos dijo que nos iba a ayudar. La vi con buen talante”, agrega García-Patos, quien confía también en el apoyo de la Junta o la Diputación para poder reparar los desperfectos causados por una DANA que no olvidarán en estos pueblos de Toledo.
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