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“Cada tren que se quita lleva el nombre de Cospedal” es la frase que pronunció en 2013 Julio García, secretario de Política Municipal del PSOE (Guadalajara) y miembro de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril.
Como militante del PSOE y defensor del ferrocarril, Julio García reprochaba a Mª Dolores de Cospedal, que presidía el Gobierno regional, no haber “movido un dedo” por el ferrocarril. Añadiendo como comentario que “incluso ha rechazado en las Cortes regionales una propuesta del PSOE contra la reducción de servicios ferroviarios en la región”.
Repasando estos hechos, a nadie puede extrañar que la propuesta del PSOE de destrucción del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia recuerde, desdichadamente, las políticas de recortes aplicadas por el gobierno de Mª Dolores de Cospedal. Es cierto que los tiempos y los protagonistas han cambiado, pero las justificaciones siguen siendo semejantes. Aunque desde la perspectiva de la provincia de Cuenca, si se analiza comparativamente la actuación del PSOE hoy, es mucho peor.
El gobierno en 2013, justificó la reducción de los servicios, con el argumento de las políticas de austeridad impuestas por la troika europea, en respuesta a la crisis económica, y financiera. Ahora, en 2022, que se ha abandonado la austeridad y contamos con los históricos fondos europeos de recuperación y resiliencia, como respuesta a la crisis por la COVID-19, la actuación del gobierno del PSOE en Cuenca es inaceptable y muy grave, porque sería una falsedad justificar su actuación, aludiendo a la escasez de recursos.
¿Cómo explican los gobiernos del PSOE la destrucción de la línea Madrid-Cuenca-Valencia, teniendo en cuenta todos los fondos de recuperación que reciben? Siguiendo los planteamientos de Mª Dolores de Cospedal, el gobierno socialista en la región, enfoca las relaciones sociales en términos de mercado. El PSOE considera que las leyes del mercado deben ser aplicadas en toda la sociedad, a ámbitos no económicos como el trasporte público de ferrocarril convencional.
Actuando con el criterio del mercado y la competitividad, para nada se plantea el PSOE si la ineficaz empresa pública ADIF (que construye estaciones de AVE por donde nunca pasará un tren), es la responsable de que la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia no sea competitiva para pasajeros ni mercancías, debido a su abandono y falta de mantenimiento.
Es evidente, que, para el PSOE actual, como en tiempos de Mª Dolores de Cospedal, quien manda es la competitividad, por lo que ha decidido que, en la provincia de Cuenca, el programa del gobierno socialista es papel mojado. Hasta el punto de que el Partido Socialista Obrero Español, se mostró encantado de asumir, abiertamente, el plan de los dirigentes la Confederación de empresarios CEOE-CEPYME de Cuenca.
El plan de los empresarios, visto desde el PSOE, era problemático. En primer lugar, porque se trata de un plan que va en contra del que votaron los ciudadanos en las elecciones. Emiliano García-Page habló en las Cortes de la electrificación de todas las líneas de ferrocarril, nada dijo de destrucción de la línea Madrid-Cuenca-Valencia, como propone la CEOE y el PSOE quiere hacer.
Además de no ser democrático el plan de desmantelar el ferrocarril, de la CEOE-CEPYME, es un plan de negocio (por no decir un pelotazo) que agravia Cuenca. Es indecente hacer negocio, especulando con los terrenos públicos. Y constituye un agravio para la ciudadanía de la provincia, pedir al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) que no invierta fondos estatales y europeos, en la mejora del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia. En la medida que los dirigentes del PSOE, hacen suyos los planteamientos de la CEOE-CEPYME, de competitividad y ahorro de los servicios públicos, están actuando con la misma lógica que Mª Dolores de Cospedal.
Es un disparate que los poderes públicos, controlados por PSOE, elaboren un plan falaz e insidioso, para desmantelar la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia, en el momento en que Europa está distribuyendo fondos para la transformación económica, mediante la renovación de las líneas férreas.
Es decepcionante, que el PSOE que detenta los poderes del Estado, la región, diputación y ayuntamiento, los esté utilizando de forma absoluta y muy poco democrática, para arremeter contra los intereses de la ciudadanía de la provincia más despoblada y atrasada, que confió en el partido socialista y le votó.
Las instituciones se comprenden bien, cuando hacen lo que dicen y dicen lo que hacen. La política de los dirigentes del partido socialista en Cuenca nada tiene que ver con lo que dijeron en los programas electorales. No solo hacen lo contrario de lo que dijeron, sino que ponen en práctica en Cuenca, las políticas de corte neoliberal que criticaron de Mª Dolores de Cospedal.
La coincidencia ideológica, en la política del ferrocarril del PSOE en Cuenca, entre el año 2022 con la del PP del año 2013, resulta alarmante. Es tanta la confusión, que puede dar pie a pensar que, aunque Mª Dolores de Cospedal perdiera las elecciones, su victoria ideológica fue indiscutible. Así es posible entender que el PSOE en Cuenca haga como hizo Mª Dolores de Cospedal en 2013: no mueve un dedo por mantener la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia y colabora activamente en su destrucción.
“Cada tren que se quita lleva el nombre de Cospedal” es la frase que pronunció en 2013 Julio García, secretario de Política Municipal del PSOE (Guadalajara) y miembro de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril.
Como militante del PSOE y defensor del ferrocarril, Julio García reprochaba a Mª Dolores de Cospedal, que presidía el Gobierno regional, no haber “movido un dedo” por el ferrocarril. Añadiendo como comentario que “incluso ha rechazado en las Cortes regionales una propuesta del PSOE contra la reducción de servicios ferroviarios en la región”.