Pausa y elecciones

La Semana Santa llega una vez más a su cita. Momento de descanso, playa, montaña, pueblos, ciudades y procesiones. Oportunidad para la reflexión y la pausa. 

A la vuelta de los días festivos, y ya a la vista, un calendario político repleto de citas, de principio a fin de la primavera, elecciones autonómicas vascas y catalanas, y europeas como fin del ciclo electoral que marcará este 2024. 

Los apoyos al Gobierno de los partidos nacionalistas vascos y catalanes hace especialmente interesantes las dos primeras convocatorias electorales. En ambas se esperan buenos resultados para el PSOE. 

Quizá las catalanas sean las más complejas, tanto para alcanzar una mayoría de gobierno en Cataluña, como para la gobernabilidad de España. Las encuestas otorgan al PSC un resultado por encima de los 40 escaños, el primer puesto y un crecimiento muy importante respecto a la última convocatoria, en la que la candidatura liderada por Salvador Illa fue ya la más votada. Los partidos independentistas se situarían a una distancia muy grande y con una caída clara respecto a las autonómicas de 2021. El impacto del arriesgado proceso de la amnistía, haciendo de la necesidad, virtud, sería, pues, positivo para las siglas del PSOE en Cataluña.

Y sería también muy bueno para Cataluña, y para España en su conjunto. Pensar entre todos, contando con todos, independientemente de que sus planteamientos nos gusten más o menos, dentro de los márgenes, más que suficientes, de que dispone la robusta democracia española, suele dar buenos resultados a los que lo intentan. La política siempre reconoce a los valientes.  

Más allá de las agrias discusiones del Congreso de los Diputados de las últimas semanas, hay una amplísima mayoría de españoles, y de catalanes, que quieren pasar página y que piensan en el futuro, y en positivo. 

Salvador Illa conecta con los catalanes porque les habla de cómo solucionar sus problemas. De lo que les importa y de lo que debe importarle también a un líder político. Su apuesta por los servicios públicos, la educación, la sanidad, las infraestructuras, los servicios sociales, son su máxima prioridad. Sin duda, son las cosas que les importan a los catalanes. 

Es muy importante, además, trabajar por unir y no por dividir, reconocer que la sociedad catalana es diversa y que todos los ciudadanos, y los partidos, tienen derecho a defender sus posiciones. Dentro del marco legal, pero todos con el mismo derecho.

La política es el arte de lo posible. Las utopías, los objetivos que parecen imposibles, en los sistemas democráticos, en ocasiones, si la voluntad de quien gobierna persevera, se cumplen.

En un contexto tan polarizado y sin pausa para la reflexión, muchas veces no se escuchan los razonamientos y los argumentos. Las elecciones suelen ser un buen test, en un sistema democrático, el mejor y el más justo, para saber si las políticas tienen respaldo.

Ojalá las urnas en Cataluña nos deparen buenas noticias para la concordia y el progreso. Sería una excelente noticia.