PODCAST | Jako el Muzikante, la vuelta al Mediterráneo en quinientos años

Radio Diferencia

José An. Montero, Esther Nuñez e Itziar Agudo —

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Danón pregunta a su padre en 'El olivo que no ardió en Salónica': “Padre, ¿qué es la eternidad?”. Isaac guardará sus reflexiones durante casi toda su vida. Hasta que ya de mayor, responderá a esta pregunta, la historia de la eternidad tiene mucho que ver con la historia del pueblo sefardí.

Jako el Muzikante proviene de los café amán, lugares de placer y diversión, de cruce de caminos y de globalización antes de que nadie hubiera aún inventado la palabra. En el cruce de caminos donde se juntaban los eslavos, los armenios, los exiliados griegos nacidos en Anatolia o los turcos nacidos en Grecia. Cuando se entraba en estos cafés “El tiempo se encerraba sobre sí mismo. El tiempo no caminaba para adelante, ni se miraba para atrás, era un tiempo encerrado sobre lo que estaba aconteciendo allí y que desaparecía una vez que salías de esas puertas para afuera”, cuenta Xurxo Fernándes, que en “Ven al Luna Park”, vuelve a prestar su piel y sus huesos a Jako el Muzikante.

Un personaje que existió realmente a principios del siglo XX, pero que al mismo tiempo “es una historia que empezó hace más de quinientos años. Fue un romance con Sefarad, con la Península Ibérica. Fue una convivencia y un enriquecimiento con esa comunidad multiétnica y multicultural que fue el imperio otomano”. Un mundo en el que Xurxo se sumergió, primero aprendiendo el ladino o judeoespañol y después haciendo trabajo de campo recuperando a Jako de la memoria colectiva del pueblo sefardí.

Su música surge de los bajos fondos del imperio otomano, unas canciones que, según Xurxo, “no tengo muy claro que hoy se pudieran hacer, por esta cuestión de la ultracorrección política. Me parece muy interesante que se cante a las desgracias y que se muestren sin tapujos”. Unas canciones reunidas en “Ven al Luna Park” que Xurxo reconoce que no ha sido fácil recuperar, porque “los grandes recopiladores y estudiosos de la época tenían sus convicciones morales y ciertas letras ya las apartaban a primera vista y no las reflejaban en sus cancioneros”.

Xurxo se pregunta a través de la piel de Jako sobre qué debemos conservar de nuestra cultura para mantener su esencia, tal como lo hizo la cultura sefardí a lo largo de los siglos. Un viaje en el tiempo y en el espacio hasta la Salónica de principios del siglo XX para recuperar la contribución de esta comunidad a la cultura mediterránea.

Salónica, tierra de paso y de sangre, de guerras y de huidos, de rebetiko y de música errante. Jako vuelve a tomar prestada la piel y los huesos de Xurxo Fernándes para regresar a uno de estos cafés en plena decadencia del Imperio otomano. Bribón, canalla, charrán, galopín, golfante, granuja, pillo, pinta, pícaro, sinvergüenza, taimado, trepa, truhán, porque todo esto significa ladino en castellano. Así es Jako. Bienvenidos al Luna Park.