Ayer el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, poco antes de conocerse la aprobación del nuevo Plan del Tajo para el periodo 2022-2027 acusaba al presidente de Castilla-La Mancha “enfrentar a los castellanomanchegos en materia de agua”.
Dicho y hecho. Los alcaldes del PP de los municipios ribereños a la cabecera del Tajo en Guadalajara (Alocén, Auñón, Trillo, Pareja y Durón) y de la provincia de Cuenca (Huete, Castejón, Villar del Infantado y Valle de Altomira), han trasladado un día después su “malestar” al presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, tras su visita a Sacedón, por “exprimir cada vez más a los pueblos ribereños”.
Si el presidente castellanomanchego se mostraba ayer exultante por haber dado “un paso de gigante” para solventar el problema del agua relacionado con el Tajo y con el trasvase, ni 24 horas después ya tiene nuevos frentes abiertos. Y no solo los habituales con Murcia, Madrid o la Comunidad Valenciana en materia de agua, ahora también en el seno de la comunidad autónoma.
No han pasado ni 24 horas. Ayer se hablaba con satisfacción de los 40 millones de inversión que llegarán a la zona, pero el PP cree que el Gobierno regional “no va a ser capaz de poner en marcha obras tan necesarias como la tubería de agua de abastecimiento a los municipios ribereños desde Morillejo, que lleva lustros en fase de obras y está paralizada”, dicen los alcaldes.
Ni eso, ni “los problemas de depuración de las aguas de los municipios ribereños”, a pesar de que lo lleva anunciando “desde hace años”. El PP ‘ataca’ con lo previsible. La guerra dentro de la propia comunidad autónoma por los trasvases que saldrán desde la cabecera del Tajo camino de la llanura manchega. Los ‘populares’ ya preguntan “cuántos hectómetros” van a salir en dirección a Ciudad Real y “sobre todo, de dónde va a salir el agua para todos ellos nueva” porque, sostienen, “si ni siquiera tenemos garantizado nuestro abastecimiento para consumo humano”.
Emiliano García-Page pedía ayer unidad regional y “el apoyo de todo tipo de colectivos, se lo pido a todas las fuerzas políticas. Si hay un punto de fuga que pueda poner patas arriba lo que hemos conseguido es que se impongan criterios regresivos, sin que la gente sepa que es así”. En definitiva, reclamaba “desterrar las ”consignas partidarias“. No será posible a juzgar por la reacción de los 'populares'.
Si ayer el alcalde de Sacedón, el socialista Francisco Pérez Torrecilla reclamaba que se aumente el mínimo no trasvasable desde la cabecera y que se haga “por ley”, pasando de 400 a 800 o 900 hectómetros cúbicos, hoy el PP sostiene que hay que lograr un mínimo no trasvasable del 50% del agua almacenada en los embalses. “Lo aprobamos por unanimidad todos los municipios ribereños de todos los partidos pero que a Page ni siquiera le preocupa”. Los alcaldes ribereños del PP entienden que este aumento “garantizaría los usos turísticos, recreativos y medioambientales, y especialmente el desarrollo de nuestros pueblos y ciudadanos”.
“Hoy el Memorándum de la vergüenza sobre el Tajo está definitivamente enterrado”, decía ayer el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aludiendo a la última gran decisión tomada en torno a la cuenca del Tajo durante el Gobierno de Mariano Rajoy, y con el apoyo de la que fuera presidenta regional, María Dolores de Cospedal.
Y entonces el PP reacciona como lo ha venido haciendo en los últimos 30 años, dependiendo de quien gobierne en España y en Castilla-La Mancha. De nuevo aseguran que “hasta el momento los únicos cambios legales que han permitido aumentar el nivel del agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía han sido gracias a los gobiernos del Partido Popular”.
La frágil unidad política y social en Castilla-La Mancha en materia del agua hasta cuando vienen ‘bien dadas’ en lo que tiene que ver con el Tajo, vuelve a repetirse. Es la crónica anunciada de un conflicto que no tiene fin y que amaga con volver a ser argumento político de unos y de otros a un año de las elecciones autonómicas y municipales.
La Red Ciudadana Tajo/ Tejo rechaza el plan porque “condena” al río al deterioro
Y si el lo político las aguas (del Tajo) andan revueltas, en el ámbito social la nueva planificación para el río tampoco convence. La Red Ciudadana del Tajo/Tejo, en la que se integra la Plataforma de Toledo en defensa del Tajo, ha rechazado el Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo aprobado este martes, pues considera que tiene “carencias elementales que tendrán importantes incumplimientos legales y causarán gravísimas consecuencias ambientales”.
“Con este plan, la Confederación Hidrográfica del Tajo, como responsable último de la redacción del mismo, condena al Tajo al deterioro permanente, con especial gravedad en el eje principal”. Y eso, dicen, “pese a las objetivas y demostradas evidencias del deterioro de los ecosistemas acuáticos y las masas de agua, y la necesidad de recuperar el estado de los ríos, lagos y acuíferos, se plantea un documento que mantiene unos usos insostenibles del agua, que sobreexplota por completo las aguas, especialmente las superficiales en cabecera”.
Cree que “no se cumplirá con las sentencias del Tribunal Supremo respecto a la obligatoriedad de establecer todos los componentes de los caudales ecológicos en todas las masas de agua y a que esta aplicación sea inmediata desde la aprobación del plan hidrológico”.
Hay que recordar que esos caudales no se plantean hasta 2027. Y por eso tachan de “completamente ilegal” plantear el cumplimiento de los caudales mínimos en el Tajo de forma diferida, es decir, dentro de seis años. “Los caudales son la mejor herramienta para alcanzar los objetivos ambientales, así pues, retrasarlos, además de ilegal, sería asumir dejar de lado el objetivo último de la DMA”, han indicado .
Denuncian también que el plan no incorpora una evaluación del impacto ambiental del trasvase Tajo-Segura, “el elemento que más condiciona toda la planificación hidrológica del Tajo, ni su influencia en la incapacidad de cumplir con los objetivos medioambientales”.
“La mejora del estado ecológico de las masas de agua es el principal objetivo de la planificación; el anterior Plan ha fracasado y, si no se aumentan en éste las medidas en el sentido de esa mejora, este Plan también fracasará”.
De igual manera, añaden desde esta plataforma, se da el visto bueno a un plan de cuenca incluso a pesar de reconocer que siguen existiendo importantes limitaciones con relación a los requisitos y objetivos de conservación particulares de los espacios Red Natura 2000 que dependen del agua y que dichos requisitos, para alcanzar un buen estado de conservación, no se encuentran recogidos en el plan. “Todo ello, dejando de lado una debilidad que ya detectó la Comisión Europea en su evaluación de los planes hidrológicos”, han concluido.