CCOO advierte de que en Castilla-La Mancha se trabajan “más horas” y con “menos peso” salarial

CCOO Castilla-La Mancha ha lamentado que en la región hay “más horas trabajadas por persona” mientras que los salarios tienen “menos peso” en la economía. Así lo interpreta el sindicato, tras conocer la Contabilidad Regional de España que recientemente publicaba el Instituto Nacional de Estadística.

“Mientras el excedente bruto de explotación crece un 13% en Castilla-La Mancha, la remuneración de las personas asalariadas crece un 6,6% en términos globales y un 3,8% de media por persona asalariada. Esta evolución supone una pérdida de peso de los salarios en el PIB regional que pasan del 45% en 2021 al 44% en 2022”, ha explicado María Ángeles Castellanos, secretaria de Políticas Sociales, Agenda 2030 y Empleo de la organización.

Igualmente, crecen las horas trabajadas, “y lo hacen a mayor ritmo que el empleo creado lo que supone que, de media, cada persona trabajó en 2022 más horas que en 2021”.

Segunda región con menor crecimiento del PIB

Según estos datos, Castilla-La Mancha fue la segunda comunidad autónoma, tras Extremadura, con menor tasa de crecimiento del PIB en términos de volumen con un 2,2%, muy lejos de la media de España que alcanza el 5,8%. Respecto al PIB per cápita la región sigue en la parte inferior de la tabla, en este caso es la cuarta comunidad con menor registro, 22.574, euros lo que supone un 20% por debajo de la media nacional.

En cuanto a su evolución, el PIB per cápita regional creció en 2022 un 8,1%, un punto por debajo de la media del país y cuatro décimas inferior al crecimiento de 2021. Las mayores tasas de crecimiento están en actividades de Comercio, Transporte, Almacenamiento y Hostelería. La Agricultura es la única actividad que decrece con un descenso del volumen de producción del 19%, “si bien en este caso factores como las condiciones climatológicas son determinantes”.

“El crecimiento de las horas fue mayor que el del empleo”

En el análisis, CCOO hace hincapié en el empleo, porque el crecimiento del mismo para el conjunto de la economía de Castilla-La Mancha en 2022 fue del 2,6%. Respecto a las horas, en 2022 se trabajaron casi 46 millones de horas más que en 2021, lo que supone un incremento del 3,7%. “El crecimiento de las horas fue mayor que el del empleo, y esto supone que cada persona empelada trabajó de media 18,13 horas más que en 2021”, apunta Castellanos.

Las ramas de actividad con mayores incrementos de horas trabajadas en el año fueron Comercio, Hostelería y Transporte, con un incremento del 7,4% y las Actividades Artísticas con un 7,5%. “En ambos casos el crecimiento de las horas es superior al del empleo lo que ha supuesto que de media cada persona que trabaja en estas actividades ha trabajado 47,37 y 43 horas más por persona/año respectivamente”, recalca la sindicalista.

En cuanto al excedente bruto de explotación y renta mixta bruta señalar que el incremento en 2022 se sitúa en el 13%, “por tanto, muy por encima del crecimiento de los salarios”. Esta evolución “determina que baje el peso de los salarios en el PIB de Castilla-La Mancha, que pasa del 45% en 2021 al 44% en 2022”.

Por ramas de actividad, explica Comisiones Obreras, el sector financiero es el que registra un mayor descenso del peso de los salarios en el valor añadido con una bajada de cinco puntos porcentuales, aunque también pierden peso los salarios en la industria, “entre otros”.

“No hay avance si no mejoran las condiciones laborales”

“Si se trabajan más horas, si el excedente de explotación crece más que los salarios existe un problema de reparto de la riqueza generada, que no llega de forma equilibrada a quienes generan esa riqueza que son las personas trabajadoras”. El camino ha de ser el de dar más peso a los salarios en la economía, y menos horas trabajadas, pero los datos nos sitúan justo en el lado contrario“, señala María Ángeles Castellanos.

“No hay avance si no mejoran las condiciones laborales. Las políticas económicas han de tener como prioridad la mejora de la calidad de vida y deberían tener en cuenta indicadores que midan esta calidad de vida. Centrarse solo en los beneficios de las empresas genera desigualdades y retrocesos en lo que deberían ser vidas que merezcan la pena ser vividas, además de ser insostenible desde el punto de vista medioambiental”