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El “escaso” teletrabajo en la Junta de Castilla-La Mancha: el 70% se queda en los servicios centrales

Archivo - Teletrabajo

Francisca Bravo Miranda

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En la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha trabajan más de 17.000 personas entre el personal funcionario activo y el personal laboral activo. De este total, apenas 741 teletrabajan.

Entre el personal funcionario activo son 735 personas las que utilizan esta modalidad de trabajo. Es decir, poco más del 7%. En el caso del personal laboral activo, hay apenas seis personas que se acogen a la posibilidad, de un total de 7.502. No llega ni al 0,1%. Así lo señala el Informe Anual de la Comisión Interdepartamental de Seguimiento del Teletrabajo 2022/2023 en la Administración autonómica.

La incidencia es baja, y los datos así lo demuestran. “Escaso”, critican desde CCOO. Pero además, la diferencia en las cifras entre las personas que teletrabajan en los servicios centrales y en los provinciales es más que elocuente. Mientras que en los primeros hay un total de 520 personas acogidas a esta modalidad, en las provincias esa cifra no supera las 221 personas. El 70% de quienes se acogen a esta modalidad viven en Toledo y trabajan para los servicios sociales.

Por otro lado, se da el caso de consejerías en las que se han desestimado todas las peticiones, ya de por sí muy escasas, para teletrabajar en puestos que no sean los de los servicios centrales. Es el caso de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, en la que en total hay 28 personas realizando sus labores en la modalidad a distancia.

Únicamente se estimaron 11 solicitudes durante entre julio de los años 2022 y 2023, todas en los servicios centrales, y se desestimaron otras 16 en los servicios provinciales de Toledo, Guadalajara y Cuenca. No hubo ninguna solicitud en las otras provincias. ¿Por qué ocurre?

La Junta de Comunidades dice ser consciente de la situación y explica que el decreto que regula el teletrabajo hace que los puestos de los servicios centrales sean “más susceptibles” de poder trabajar en esta modalidad. Por otro lado, en los servicios provinciales se requiere “mayor atención al público” y en “muchos casos” no es posible trabajar. 

Y sin embargo el Gobierno autonómico pone el acento en que el número de personas acogidas al teletrabajo ha crecido en un 280% desde 2021, cuando se implantó el decreto que reguló esta formalidad de trabajo a distancia, todavía en plena pandemia de COVID-19. Se trata del decreto 65/2021, que regula el teletrabajo dentro de la administración de la Junta de Comunidades. Es este decreto el que también regula la existencia de una Comisión Interdepartamental de Seguimiento del Teletrabajo, que analiza y valora los informes globales de evaluación de la modalidad laboral.

Diferencia entre mujeres y hombres

Existe otra gran diferencia entre las personas que se acogen al teletrabajo, y es que hay más hombres que mujeres. Ahora bien, la diferencia se ha ido reduciendo de manera muy acelerada en los últimos años. 

Mientras en 2022 había solo 220 mujeres en situación de teletrabajo, un 3,93%, en los datos de 2023 hay 343, un 5,86%. Es también una cifra cinco veces más alta que en 2021. El número de mujeres dentro del personal de la Junta de Comunidades ha crecido, pasando de 5.592 a los 5.844. A pesar de ello, siguen siendo menos que los hombres teletrabajadores, que llegan a los 392. 

“Este incremento se puede poner directamente en relación con el paulatino aumento del número de personas que teletrabajan no pertenecientes a escalas informáticas”, señala el último informe de la administración al respecto.

Teletrabajo “escaso” en la región

“Desde una perspectiva general, vemos que el teletrabajo es muy escaso y que crece con mucha lentitud”, explica José Luis Martínez, encargado del sector de Administración Autonómica de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Castilla-La Mancha. Lo compara directamente con la tasa de la Administración General del Estado, en la que subraya que se ha llegado ya a un 40% de teletrabajo, y la media general en España, que es de un 13%.

“Un 7% es significativamente bajo, más si lo comparas también con la media europea, que es de un 20%”, resalta el sindicalista. Desde CCOO critican la “denegación sistemática” que ocurre en las provincias, y apuntan al caso de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. “Esto hace un efecto halo. El personal ve que se deniega y entonces no lo piden, porque 'total, me lo van a rechazar'. Por otro lado, tampoco se decide recurrir cuando se desestima la petición”, reflexiona.

Es por eso que consideran que hay “pocas solicitudes”, respeto “a lo que debería ser normal”. “La gente tiene derecho a solicitar teletrabajo de forma justificada, en función de su puesto. La Administración deberá justificar las razones por las que se deniega, y recordamos que cabe un recurso frente a estas resoluciones”, señala. Pero, el sindicalista apunta a que normalmente se deniegan las solicitudes a través del silencio administrativo, sin más explicaciones.

El personal ve que se deniega y entonces no lo piden, porque 'total, me lo van a rechazar'

Silencio administrativo

Martínez señala que, efectivamente, en el decreto de 2021 se señala que hay una serie de servicios que “no son susceptibles” de teletrabajo. Entre aquellos se encuentran los puestos con funciones de dirección, jefaturas de área y de servicio o que generen “información masiva en documentos no digitalizados”. También se incluyen, como se ha señalado, los que tengan atención directa al público o también los que “no posibiliten” tener objetivos de “volumen de trabajo” o de “calidad del mismo”. 

Incluso en estos casos, apunta el sindicalista, se podría solicitar una “parte” del trabajo en modalidad a distancia. “A lo mejor, existe una parte del servicio que no precisa del trabajo presencial y por eso se podría compatibilizar en un porcentaje de la jornada mensual”, describe.

Las resoluciones desestimatorias se desglosan en el informe de la administración en: un 52% por un puesto en el que según el decreto no se puede realizar; un 28% a no haber desempeñado su puesto de trabajo durante los seis meses inmediatamente anteriores; el 20% restante se debe a varios motivos, como no haber formalizado su plan de trabajo o no haber obtenido evaluación favorable del cumplimiento de los objetivos fijados en dicho plan de trabajo.

Desde CCOO lamentan que estas razones se ven en el informe, pero que normalmente llegan al personal a través de silencio administrativo, sin una explicación tras pasar dos meses de la solicitud. “Desde luego, entendemos que deben venir con justificación”, afirma Martínez.

Valoración positiva

Mientras tanto, el informe anual del teletrabajo en la Junta de Comunidades muestra una valoración positiva del teletrabajo en el segundo año que está regulado en la Administración regional. “Se han cumplido los objetivos fijados”, explica el documento, con la excepción de un solo caso en los Planes de Trabajo Individualizados y se han registrado las progresiones efectuadas en las tareas encomendadas en régimen de teletrabajo. Solo ha existido un caso en el que no se ha autorizado prorrogar el teletrabajo por un desempeño no adecuado del mismo.

Ya no hablamos de promover el teletrabajo, hablamos de autorizarlo

José Luis Martínez de CCOO

“Existe una gran satisfacción, porque la inmensa mayoría de las personas ha desempeñado su labor con total solvencia, exactamente igual que si estuvieran trabajando presencialmente. Esto solo lo podemos interpretar como que el teletrabajo es una modalidad tan válida y eficiente como el trabajo presencial”, explica Martínez. Y por eso, lamentan las “reticencias” de servicios o consejerías que lo deniegan. “Ya no hablamos de promover el teletrabajo, hablamos de autorizarlo”, resalta.

Desde el sindicato recalcan que se trata de una manera de conciliar la vida familiar y de poder flexibilizar la jornada laboral. “Esto es lo que dice el Gobierno de España, no Comisiones”, afirma el sindicalista. “Existe también el beneficio que ofrece el teletrabajo de luchar contra la despoblación. Si impulsamos el teletrabajo, se podrá vivir en localidades que sufran de este problema. Entendemos que la serie de beneficios de la modalidad es muy amplia”, concluye.

Por eso, han pedido más información sobre las solicitudes rechazadas, -“para hilar cada vez más fino”-, y ver cuáles son los servicios que tienen mayores denegaciones. “Insistimos al personal que lo soliciten, si lo estiman. Nos constan varios casos sobre denegaciones de teletrabajo, bien por el rechazo en sí mismo o por la jornada laboral”, remata Martínez.

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