Prevención, intervención y también, posvención. Es la triada con la que quiere trabajar APISYS, la primera organización dedicada a visibilizar la realidad del suicidio en Castilla-La Mancha. Se fundó este verano en Ciudad Real y ha organizado este mismo sábado distintas actuaciones callejeras para alertar de los peligros de la llamada pandemia silenciosa y visibilizar la herramienta principal: su prevención. Por la noche, los edificios más emblemáticos de la ciudad se iluminarán de amarillo, para conmemorar el Día Mundial de Prevención del suicidio.
Las cifras muestran que el suicidio ha ido en aumento en España en los últimos años, afectando especialmente a los hombres. Es por eso que la prevención, explica Óscar Martín-Romo, psicólogo, fundador de la asociación y también, superviviente del suicidio. Esto quiere decir, explica, que ha perdido a alguien por, no que él haya pasado por un intento autolítico. “Muchas veces se piensa que los supervivientes son personas que han tenido intentos y han sobrevivido a ellos. Pero se denomina así a las familias y al entorno que ha perdido un ser querido”, resalta.
“La persona fallece y todo es ve afectado”, reflexiona el profesional. APISYS nace principalmente por el “incremento brutal” de fallecimientos por suicidio que se han registrado en España. “Se destapó mucho por la pandemia de la COVID-19. Antes se veía mucho más como un tema tabú”, explica. Es por eso que el equipo sacó adelante la asociación, una herramienta que quiere trabajar para crear conciencia. “Once personas mueren a diario por suicidio, es una causa de muerte mayor que los accidentes de tráfico. Necesitamos hablar más de ello”, señala.
APISYS consta por ahora sólo de personal voluntario, en su mayoría mujeres profesionales psicólogas. “Es muy importante ponerlo en relevancia y que la gente sepa qué es lo que está ocurriendo, y así también olvidar los tabús del pasado”, señala. APISYS es la primera asociación regional que se pone en marcha con este cometido, aunque sí hay otras a lo largo de España. Lo que sí hay en la región es un protocolo de actuación y prevención del suicidio dentro del SESCAM. “No vamos a cubrir este aspecto, porque no somos profesionales de la sanidad pública, pero sí queremos ayudar a completar la carencia que hay”, explica Martín-Romo.
La realidad desde una ciudad pequeña
Martín-Romo señala que en el equipo hay también personas voluntarias que se han visto afectadas por un suicidio en su entorno. “En ciudades como la nuestra, es fácil notar cuando ocurre por ejemplo un aumento de suicidios. Para bien o para mal, este tipo de sucesos nos tocan a todos”, señala el psicólogo. A partir de la triada de prevención, intervención y posvención, se quieren crear varios proyectos de divulgación, como charlas y eventos, y también quieren llegar a los institutos y a la formación profesional.
“Queremos hacer sesiones de acompañamiento para ayudar y asesorar, pero eso sí, sin sustituir la labor del psicólogo clínico del hospital, porque nuestra idea es ayudar”. En los proyectos a futuro también se encuentra la creación de grupos de apoyo mutuo, actividades conjuntas que pueden servir para “llenar el vacío de la persona”, ayudándose entre todos. “Son actividades que nos pueden venir a bien a todos”. En el momento de la entrevista, cuenta que había una madre que llamaba por su hija. “No tenemos este grupo, pero tiene que ser próximamente”.
Este sábado esperan recabar más asociados, que pueden tener varios perfiles. Miembros que pueden ser reincidentes en sus intenciones, y que buscan una ayuda complementaria a la que se puede estar encontrando en la sanidad. También tienen familias que van llegando por primera vez en un primer contacto con las intenciones y buscan este asesoramiento porque es un “shock muy grande”. “Las familias no tienen por qué tener formación específica”.
Contra los tabúes
Para Martín-Romo la situación es muy clara. “El suicidio es prevenible. Y es evitable. Pero venimos de una sociedad muy tradicionalista, muy de guardarlo todo en casa y que los problemas se queden ahí. O de que sólo se suicidan los locos. Es una idea muy falsa. Hay que acabar con la creencia de que los que se suicidan son locos. Pero al final es lo que ha calado durante muchas años. Por ejemplo, para los creyentes ha sido pecado morir por suicidio y eso ha hecho que no se hable tan abiertamente. Pero las cosas van cambiando”, recalca.
Herramientas como el teléfono 024, que es algo positivo, “porque existe aunque sea tan controvertido”. “Siempre va a ser mejor que exista un recurso que no lo haya”, señala. Además, desde la asociación señalan que hay un movimiento colaborativo para hacer un plan nacional para la prevención e intervención del suicidio. “Pero siempre se queda en propuesta sin dar el primer paso”, lamenta.
En el caso de tener pensamientos suicidas, desde APISYS recomiendan acudir a emergencia, llamar al 024 o incluso al 112. “Es algo esencial que pueden hacer cuando tengan una crisis o un momento de emergencia”, explican desde la asociación. Para ser parte de la asociación se puede contactar con APISYS a través del correo: apisys.clm@gmail.com.