El ambiente que se vive esos días de festival en Villamayor es de absoluta ilusión por el cortometraje
Villamayor de Santiago, en Cuenca, se prepara un verano más para ser el epicentro a nivel europeo del cortometraje. Esta pequeña localidad se ha hecho grande en el mundo cinematográfico gracias a su festival ‘Villamayor de Cine’, que afronta su undécima edición del 8 al 11 de agosto.
Tras homenajear a Pedro Almodóvar el pasado año, esta vez, el evento homenajeará a todo una referencia del mundo audiovisual como Steven Spielberg. Como novedad, el festival añade la categoría de cortometraje documental, que proyectará sus piezas en el primer día del ciclo en la plaza del Torreón. El segundo día, los cortos que se hayan quedado fuera de la sección oficial se visualizarán en la plaza de la Villa, mientras que el sábado y el domingo se proyectarán los 23 finalistas de los 930 cortos recibidos, siendo la edición con mayor número de participación hasta el momento.
Pese a las buenas noticias que indican que esta iniciativa sigue creciendo, el festival retornará su sección oficial al auditorio en lugar de la plaza de toros centenaria del municipio donde tuviera lugar el pasado año, debido a las inclemencias del tiempo que destiñeron levemente el décimo aniversario de Villamayor de Cine.
A pesar de ello, el director del festival, Javier Alonso, nos cuenta que el proyecto tiene mucho futuro por la importancia que está generando la cultura en una localidad como Villamayor de Santiago. La ilusión es la palabra que más nos repite, y es que este madrileño con raíces villamayorenses sueña con ser un futuro espectador de lujo de un festival referencia a todos los niveles.
¿Cómo se siente uno al celebrar esta undécima edición del FEC?
Se siente con responsabilidad porque pusimos el techo tan alto en la pasada edición que eso supone mantenerlo, no queremos bajar el listón, entonces vamos a intentar hacerlo con la mayor ilusión posible y sobre todo, que los cortos estén a la altura del festival.
Este año habéis recibido más cortos que nunca, 930. Una cifra que queda muy lejos de los 180 cortometrajes de la primera edición.
Es un orgullo porque te conocen en todo el ámbito del cortometraje. Tu dices ‘Villamayor de Cine’ y te conocen, saben que hacemos las cosas bien, que cuidamos el cortometraje que muchos festivales más grandes no cuidan tanto al director como nosotros. Tenemos una gala con un presentador como Luis Mottola que no tiene nada que envidiar a la de otros festivales de mayor envergadura. Es eso, que cuidamos mucho al cortometrajista y la gente se está dando cuenta de eso.
Además, piezas de toda Europa
Antiguamente era más complicado. Nos mandaban los DVD por correo postal, pero hoy día con el traspaso online es mucho más fácil. Hemos recibido cortos de la totalidad de Europa, algunos en versión original como francés o inglés. Además este festival nace con iniciativa europea a través de una subvención del INJUVE. Hemos recibido a directores de Holanda o Luxemburgo que se quedan prendados cuando llegan a una localidad tan pequeña pero con tanta devoción por el mundo del cortometraje.
¿Cómo lográis escoger de casi un millar de cortometrajes las 23 finalistas?
Pues con mucha paciencia (risas). Al igual que año a año han ido creciendo el número de cortometrajes que recibíamos, también lo han hecho el proceso de seleccionadores. Este año hemos sido nueve. De los 930 cortos, hicimos un primer filtro donde quedaron 130. Luego hacemos una cena donde nos dan las tres o las cuatro de la mañana en la que elegimos los finalistas. Es duro porque elegimos intentando ver no tus gustos sino lo que va a gustar el espectador, es una de las máximas que sigo cuando elijo a las personas que conforman el comité de selección. El año pasado, por ejemplo, el corto que elegimos ganador fue ‘Madre’, de Rodrigo Sorogoyen. Tiempo después, este cortometraje consiguió un Goya, o sea que creo que estamos haciendo bien las cosas y nos anima a seguir. Este año no hay comedia, si mucho drama y algún corto de terror, pero para animarlo tenemo a Luis (risas).
Comentabas que el hecho de volver al auditorio en esta edición supone un paso atrás para tomar uno con más fuerza hacia delante
Al final por mucho que tengamos ilusión todo depende también de la dotación económica que tenga el festival. No deja de ser un pueblo pequeño en el que cada euro es una inversión muy importante por lo que estoy agradecido tanto al Ayuntamiento como a las administraciones, pero esto sigue creciendo. El Ayuntamiento tendrá que ver dónde podremos ir ya no solo nosotros, sino la escuela de teatro que también está aumentando. Villamayor es un pueblo de cultura que tiene que tener unas condiciones adecuadas a eso. Para la próxima edición se habla de una carpa con una capacidad para más de 1.000 personas. Este año se volverá a llenar el auditorio, pero nos aseguraremos de que nadie se pierda el festival instalando pantallas o adecuando otros espacios.
¿Porque habéis elegido en esta edición homenajear a Spielberg?
Porque son genios. El año pasado tuvimos a Almodóvar y este decidimos mirar hacia el extranjero. Aunque bueno, para el año que viene volveremos a contar con otro genio manchego que ya descubriremos. Al final hemos pasado de temáticas a directores y, por suerte, tenemos muchos disponibles para futuras ediciones.
¿Cómo describirías el ambiente que se vive en Villamayor de Santiago en esos cuatro días del festival?
De ilusión y de colaboración. Tu le pides al Ayuntamiento cualquier cosa y ellos están dispuestos a ayudarte en cualquier cosa que sea humanamente posible incluso echando muchísimas horas, pero bueno, se suple con la ilusión que proyecta el festival. Aunque lo mejor es que la gente lo descubra por sí misma asistiendo, sin duda.
Este ambiente audiovisual que lleváis años sembrando en el municipio, ¿está teniendo consecuencia a la hora de que las nuevas generaciones opten por el cine?
Desde luego. La escuela FEC ha apostado por el festival desde su primera edición y más de siete personas se han matriculado en la escuela superior de imagen y sonido de cine debido a que la conoció gracias al festival. Me llena de orgullo decir que aquí se está creando algo, lo que pasa es que aún es pronto para darnos cuenta. Espero que alguien me tome el relevo y que yo pueda ver el festival como público. Seguramente sea de las cosas mas gratas que me pueda llevar, que el festival lleve una senda dentro de unos años sin mí y que siga creciendo.