“Cuando viene mi sobrina al pueblo, lo primero que tienes que enseñarle es que no puede tocar el agua del grifo o de la fuente, que es mala y te envenena”. Lastras de Cuéllar es un pueblo sin agua potable por los nitratos que se filtran al acuífero por las actividades agrícolas y ganaderas. Este municipio, de unos 300 habitantes y ubicado en mitad de Segovia, se ha movilizado en los últimos meses para reclamar agua potable después de años de problemas con las aguas subterráneas que lo abastecen. “Para el resto de la gente es impensable esto que vivimos”, lamentan los vecinos.
“Cocinas, lavas la fruta y te lavas los dientes con agua embotellada. Solo sirve para uso sanitario, como ducharte o limpiar”, protesta ante elDiario.es Mercedes Rodríguez, una de los organizadores de 'Lastras Agua Potable Ya', que denuncia que muchos llevan seis años bebiendo agua embotellada. “Yo les doy agua embotellada a los perros por si acaso”, explica Rodríguez, que también plantea las dificultades a las que se enfrentan las personas mayores de Lastras, que deben cargar con muchas botellas y muy pesadas para según qué edad. Ahora, Lastras reivindica su situación desde sus casas, con pancartas y botellas de agua colgadas de balcones y terrazas. “Los contenedores de plástico no dan de sí, siempre están llenos”.
Los problemas comenzaron en 2014, cuando apareció arsénico en el agua por la cercanía del municipio y las tierras de cultivo. Las autoridades colocaron un filtro en el depósito de agua, una opción más económica que la canalización del río Cega. A los dos años, este filtro resultó una solución insuficiente porque llegaron los nitratos y se reabrió el debate. La Diputación, la Junta y el Ayuntamiento financian y reparten seis botellas de litro y medio de agua semanalmente para los vecinos a 30 céntimos cada una. Aun así, se ven obligados a comprar más agua, explica Rodríguez.
Hace poco se ha aprobado y licitado el proyecto (18.000 euros) para que Lastras de Cuéllar tenga agua del manantial del río Cega y su alcalde espera que el proyecto esté terminado en la primera quincena de diciembre. Después se tendrá que ejecutar la obra, y para ello, debe ser incluido en los presupuestos de la Junta de Castilla y León de 2021, porque estiman que puede costar unos 300.000 o 400.000 euros, una cantidad que el Ayuntamiento nunca podría manejar.
“No nos querían dar el enganche de agua porque teníamos unas pérdidas monstruosas de agua por el estado de la red de tuberías”, explica a elDiario.es el alcalde de esta localidad, Andrés García, que calcula que el municipio perdía tres veces más de lo que facturaba porque la red de cañerías era de hace 50 años y de fibrocemento, menos flexible que el PVC que se utiliza ahora.
“Teníamos un consumo exagerado y podríamos afectar a otros municipios”, continúa. Así que en los últimos años han ido actualizando las tuberías y el 80% de la red ya está cambiada. “Hemos rebajado las pérdidas a la mitad, tenemos la mitad de consumo que hace tres años”, destaca García, que asegura que está “todo en marcha”. “Lo único que nos falta es incluirlo en los presupuestos y ya hay promesas de recibir esa financiación”, asevera el alcalde por Ciudadanos.
Otro de los problemas que tiene Lastras de Cuéllar es que no todos sus estudios de potabilidad son negativos. De hecho, en 2019, según registra el Ministerio, de los 34 estudios de potabilidad, solo en 10 el resultado fue 'no apto para el consumo'. El límite para que el agua no sea potable es de 50 miligramos por litro de agua.
“Si el acuífero sube o se deja de abonar la tierra, pasa de 55 a 48 miligramos por litro. Lo normal es que esté por debajo de 10 miligramos, pero con 48 se considera potable y ya no nos reparten ni agua”, protesta esta vecina de Lastras de Cuéllar, que asegura que este año han estado 11 meses seguidos sin agua potable.
El regidor defiende que el agua, a día de hoy, es potable. “El agua es potable, llevamos unas cinco semanas sin repartir botellas. Que no es lo deseable, y por eso luchamos por la canalización desde siempre. Es cierto que todos queremos y deseamos que el agua sea lo mejor posible”, defiende el alcalde, que lleva al frente del Ayuntamiento desde 2015.
Aunque el agua sea potable, muchos vecinos siguen comprando agua embotellada para casi todo. “Es un límite de nitratos malo. La única diferencia es esas seis botellas de agua. Nadie se atreve a beberlo. Con 48 o 49,9 miligramos de nitratos por litro de agua legalmente es buena. Otra cosa es que te la quieras beber”, protesta la plataforma.
Esta situación provoca un consumo excesivo de plásticos. “Es un círculo vicioso”, explica Rodríguez. Desde esta plataforma vecinal, denuncian que Lastras de Cuéllar genera “muchísimos” residuos plásticos. “Los contenedores no dan de sí, siempre están llenos. Ahora en verano, el Ayuntamiento reparte unas 4.500 botellas en una semana, pero cada vecino luego compra más... entre las dos cosas a lo mejor tenemos 6.000 o 7.000 botellas en verano”, calcula Mercedes Rodríguez. “Generamos proporcionalmente más plástico que Segovia”; agrega.
Habitualmente, en este pueblo viven unas 300 personas, aunque en verano esta cifra se multiplica e incluso puede superar las 1.200 personas. Todos beben y consumen agua, evidentemente, por lo que en verano el gasto en plástico se multiplica y pueden alcanzar esas 6.000 botellas semanales que calcula la plataforma.
Aunque llevan seis años con problemas de agua potable, la plataforma 'Lastras Agua Potable Ya' apenas tiene unos meses. “Cerraron el consultorio del pueblo y nos manifestamos para que nos lo abrieran. Y dijimos: 'Venga, la semana que viene por el agua'. Empezamos a hablar de montar una plataforma... y poco a poco...”, relata Rodríguez.
Desde este verano, los vecinos de Lastras de Cuéllar se concentran todas las semanas en el pueblo para reclamar agua potable. “Nuestro error, y el de muchos otros pueblos, ha sido no decir nada. Estábamos dormidos, pensábamos: ¿quién nos va a hacer caso? Estábamos resignados, en un estado de letargo... pensando que esto era lo que nos tocaba. Pero el pueblo ha abierto los ojos y ha dicho: 'No señor'”, reivindica esta integrante de 'Lastras Agua Potable Ya'.
De momento, la plataforma se ha reunido con la Diputación de Segovia y está a la espera de una cita con la Junta de Castilla y León “porque nos dijeron que tenía la agenda muy ocupada”. “El Ayuntamiento llega hasta donde llega, la responsabilidad es de la Diputación y la Junta”, descarga la asociación vecinal, que apuesta por “luchar con los tiempos y que se aligeren” para evitar que la ejecución se dilate. “Son solo cuatro kilómetros entre Lastras y el manantial... La política no puede atacar a la salud de los vecinos, es un bien básico”, insisten.
Lastras de Cuéllar no es el único municipio que tiene problemas y pasa meses sin agua potable. “Hay muchísimos pueblos con este problema porque estamos rodeados de cultivos y granjas. Hemos hecho camisetas de toda España para visibilizar el problema y nos las piden de todas partes de España, nos dicen que somos un ejemplo... y eso nos enorgullece y entristece al mismo tiempo”, lamentan desde la plataforma.
Mercedes Rodríguez y sus compañeros se preguntan si se consentiría que un barrio estuviera con problemas de agua potable durante tantos años. “No vale que en elecciones digan que la España rural les importa y luego pase esto. Solo valemos para rellenar pasquines políticos, pero tenemos los mismos derechos que los demás, no nos pueden dejar desatendidos”.