La oposición tumba los presupuestos de Barcelona y activa la cuestión de confianza a Colau
Las previsiones se han cumplido: la oposición en bloque ha tumbado los presupuestos de Colau. La votación ha sido nominal y ha habido 15 votos a favor y 26 en contra. CiU, ERC, CUP, Ciudadanos y PP se han mostrado contundentes contra las cuentas propuestas por el Gobierno, pero también contra el talante negociador de Bcomú y PSC. Los grupos de la oposición han coincidido a la hora de tildar a la aprobación de los presupuestos de poco democrática, debido a que vayan a salir adelante mediante una cuestión de confianza.
“No estoy aquí para mantener la silla, de hecho estaría dispuesta a dar la voz a la ciudadanía, pero la normativa prevé que, ante una situación de bloqueo, se produzca una cuestión de confianza como salida”, destacó el alcaldesa, Ada Colau.
La cuestión de confianza, un mecanismo que ha sido utilizado sólo una vez, por Convergència en las cuentas del año 2014, permitirá a Colau hacerse con sus primeros presupuestos –evitando así una prórroga como la del año pasado– si la oposición no logra un amplio consenso. Los grupos del plenario tienen ahora un mes de plazo para encontrar un nuevo alcalde para la ciudad y para presentar unos presupuestos alternativos. Si no es así, los números de Colau aprobarán de forma automática.
“Este es un debate político, no presupuestario”, ha criticado el teniente de alcaldía, Jaume Collboni, a la oposición por sus posicionamientos en el pleno de este viernes, que han sido especialmente agrios. “¿No hay bases programáticas para aprobar las cuentas? Si las hay. Pero este no es el motivo por el que se rechazan los presupuestos”, ha dicho la alcaldesa de Barcelona, que ha insinuado que se trata de un debate de partidos y no de medidas.
Si bien Colau ha hecho hincapié durante todo el debate en la voluntad negociadora del gobierno, la oposición, precisamente, ha criticado al Gobierno por la poca mano izquierda a la hora de negociar. “Con el PSC, con la Generalitat, con el gobierno del Estado... hemos llegado a acuerdos, y queríamos que fuera así a nivel municipal”, espetó la alcaldesa.
Colau ha mostrado especialmente consternada por la posición de los dos partidos de izquierdas de la oposición. “¿Qué debemos hacer nosotros? Nos vemos obligados a votar negativamente porque el gobierno no ha hecho los deberes. Las nuevas condiciones no se han cumplido, pero ni siquiera las anteriores”, ha insistido el líder de ERC, Alfred Bosch, que pidió también más inversión en vivienda. Contrariamente a lo que ha explicado Colau, Bosch ha reprochado una vez más que el gobierno municipal no haya conectado los presupuestos de la ciudad con los de la Generalidad. Collboni ya había respondido a Esquerra que los presupuestos de Barcelona no serían una “moneda de cambio”.
“No ha cedido, no se ha negociado. Volvemos a estar en mayo de 2015”, se ha sumado la CUP a las críticas del resto de la oposición, que también ha dicho que las propuestas de mínimos de su grupo no se han cumplido. La portavoz de los anticapitalistas, María José Lecha, ha criticado que el gobierno no ha aceptado sus alegaciones.
“Las prioridades no se han invertido”, ha dicho Joaquín Forn, del grupo de CiU, para votar en contra de los presupuestos de Colau. “Señor Collboni, esto no es de bloques, esto es de modelo de ciudad”, ha respondido la concejal de CiU, Sònia Recasens, al teniente de alcalde del PSC.
Por último, el grupo popular ha dado dos razones principales para posicionarse en contra. La primera, que Gerardo Pisarello no ha explicado con suficiente detenimiento los presupuestos. En segundo lugar, el líder del PP, Alberto Fernández Díaz, ha destacado que la cuestión de confianza no tiene fondo democrático. “Estos son los presupuestos de la imposición”, ha dicho Fernández Díaz, que ha lamentado que Colau rechazara sus 85 alegaciones. Ciudadanos ha echado en cara al gobierno municipal, una y otra vez, tener pocas ganas de negociar. Ilustrado un pensamiento que toda la oposición ha mostrado a lo largo del pleno, C's ha considerado los presupuestos como “antidemocráticos” por el hecho de que aprueben sin amplio consenso, por la vía de la confianza.
Un 2016 crudo en materia económica
El 2016 ha sido un año difícil en materia económica para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Su gobierno, en situación de minoría a pesar del pacto entre BComú y PSC, se ha visto en un callejón sin salida en las grandes decisiones económicas de la ciudad: primero la oposición hizo que Ada Colau retirara su propuesta de ordenanzas fiscales en octubre y, después, la falta de entendimiento con los grupos del plenario a raíz de la propuesta de presupuestos para 2017 ha obligado a la alcaldesa a recurrir a una cuestión de confianza para sacarlos adelante este viernes.
El proyecto de cuentas de Colau ha llevado diferentes reveses en las comisiones de Economía que se han producido en las últimas semanas. Tanto es así que el rechazo inicial se mantuvo incluso después de las alegaciones de los grupos; hace unos días la alcaldesa perdió una nueva votación, en este caso a una sesión extraordinaria de Economía. La oposición de todos los grupos con respecto a los presupuestos ha sido férrea, y de hecho ha llegado hasta este viernes, en la que los números de Colau han sido rechazados de forma tajante.