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“Habrá un cambio en la actitud de la CUP tras el pacto entre BComú y el PSC”

Maria Rovira, de la CUP Barcelona al lado del Ayuntamiento de Barcelona

Yeray S. Iborra

“¡Qué drama!”, se le escapa en voz baja cuando hablamos del pacto BComú-PSC. La concejal de la CUP Barcelona, Maria Rovira, vaticina un cambio en la actitud de su formación en el Ayuntamiento. Aunque la última palabra la tendrán las asambleas territoriales, que se reunirán próximamente para evaluar el pacto y sus consecuencias.

La CUP asegura que ha tendido la mano a Barcelona en Comú a lo largo de este último año, pero que esta colaboración ya no será posible después del pacto BComú-PSC. “BComú está metiendo en casa a todo aquello con lo que quería romper”, destaca Rovira. La cupaire cree que la jugada de Barcelona en Comú con los socialistas es fruto de una estrategia a largo plazo, además de una muestra de “poco debate” sobre los límites de las instituciones en las bases del partido. La CUP se mantendrá en la oposición, como había sostenido desde el inicio de la legislatura. No varían tampoco su posicionamiento respecto a la oferta de ERC de un tripartito con BComú. “ERC nunca ha querido entrar en el gobierno”, espeta Rovira.

Catalunya Plural sigue con Maria Rovira la serie de entrevistas con los partidos interpelados por el pacto en el Ayuntamiento después de entrevistar al líder de ERC, Alfred Bosch.

Con el pacto BComú-PSC, ¿en qué posición queda la CUP?

El análisis que hacemos es que, por un lado, dentro de BComú hay personas de Inicativa que forman parte del modelo de ciudad que ellos mismos han creado. Por otro lado, tenemos una minoría de Podemos. Sólo con el núcleo de Guanyem compartíamos análisis de ciudad, pero con la entrada del PSC... Ha entrado la mafia: Collboni y el caso Mercurio, el fracaso del Fòrum, los Juegos Olímpicos. El PSC del 4F. Al final están metiendo en casa todo aquello con lo que querían romper. Y a nosotros nos dan a entender que, si había puntos programáticos para romper con el modelo de ciudad y generar espacios para sembrar semillas de cambio, con el PSC esto será imposible. Necesitamos una reflexión para ver cómo afrontamos el nuevo cambio.

¿Esto es un veto total a las políticas que surjan del pacto?

Tenemos que decidir qué acción política desarrollamos. Debemos tener un debate y ver cómo afrontamos todo. Dimos un voto de confianza, ya que entendíamos la situación hace un año y creíamos que lo merecían, pero entendemos que todo esto ahora cambia. Directamente gobiernan con todo lo que veníamos a combatir. Lo que sí está claro es que habrá un cambio en nuestra actitud tras el pacto BComú-PSC.

¿Con el bloque de izquierdas desmenuzado, no te da cierto miedo que las pocas posibilidades de cambio que mencionáis se desvanezcan?

Sí, pero no es responsabilidad nuestra. Y cada vez que pasa algo no podemos echar la culpa a los demás. Lo que me hace mucha gracia es leer este pacto para la ciudad de Barcelona y nombrar al PSC de izquierdas. Cuando ves su modelo económico o sus propuestas respecto a la Guardia Urbana... Me parece engañarse a uno mismo, y por tanto, no podemos responsabilizar a la CUP Barcelona de los pactos entre PSC y BComú. Nosotros hemos tendido la mano siempre. Pero si tenemos que estar cuatro años batallando en la oposición, lo haremos. Eres tú [BComú] quien has hecho una campaña ganadora, quien quiso sumarse a Iniciativa y quien ha descapitalizado parte de los movimientos populares.

En noviembre de 2015 decías en una entrevista en Catalunya Plural: “De producirse [la entrada de PSC y/o Esquerra] sería la garantía que estamos ante un gobierno continuista y que, por tanto, pondrá mucho más difícil hacer políticas rupturistas”. ¿La única forma de evitarlo no era entrar vosotros? ¿No estás jugando un papel cómodo manteniéndoos al margen?una entrevistaCatalunya Plural

Nosotros donde somos realmente útiles como fuerza rupturista es en la oposición. Sumando tres concejales a un gobierno de once, el posicionamiento de la CUP quedaría muy aguado. El proyecto político dejaría de tener sentido. Con la modificación presupuestaria hemos demostrado la necesidad de que haya una fuerza de izquierdas que empuje el gobierno a tirar a la izquierda. Somos mucho más útiles fuera que dentro. Ya dijimos durante la campaña que no queremos ser la muleta de ningún gobierno. Siempre que ha habido votaciones que tenían un modelo rupturista en la cabeza, por mucho que fueran gestión de la miseria, hemos dado apoyo. Las ordenanzas fiscales o la modificación presupuestaria; reconocimos que no eran 'nuestras políticas', ni los mínimos exigibles, pero decidimos dar una abstención para poderlo tirar adelante. Con la entrada del PSC, BComú no asegura ninguna mayoría, sino que hace más difícil tener mayorías para tirar adelante políticas rupturistas en plenos o comisiones.

¿Con los presupuestos sí, y con temas de gobierno no? ¿No se podría haber arrinconado al PSC con otra estrategia desde la CUP?

Podría haber habido otra aritmética... Pero nuestra organización ha tenido un debate muy claro sobre cuál era nuestro posicionamiento en el Ayuntamiento y, en ese sentido, tal y como decía antes, nosotros somos más útiles haciendo oposición. Hemos visto durante el año qué cargos decidía BComú, muchos vinculados al PSC, y que no se estaban acotando el Código Ético del partido: gerentes que cobran sueldos de 100.000 euros, por ejemplo. Reproduciendo una manera muy antigua de hacer política. Y en este sentido también decidiendo muchos cargos intermedios que ya habían gestionado la ciudad antes y que habían articulado todo el modelo actual. Poner a Jordi Martí del PSC, que ha desmenuza la institución con los consorcios e institutos... O a Nel·lo en el Plan de Barrios... Ada Colau es el nuevo maragallismo que, a pesar de hacer cosas desastrosas, se mantiene.

¿Ves una estrategia de BComú?

Ellos tenían la intención de comerse el PSC, y verlo todo muy a largo plazo: tener mayorías más amplias en el futuro. Pero, ¿las bases les acompañarán? Me da la sensación que sí, porque BComú es un movimiento muy de arriba abajo, con todo muy atado. Pero de eslóganes sólo se puede vivir unos meses.

Y la oferta de Esquerra, ¿por qué la rechazasteis tan rápido?oferta de Esquerra

Con Esquerra compartimos bastante poco del programa. A pesar de las palabras grandilocuentes de sus cabezas visibles. Su ambigüedad en materia económica, urbanística y de derechos sociales... Cuando se han puesto sobre la mesa grandes debates de modelo de ciudad y de hacer acción política, no los hemos compartido.

Tú misma dudas que Bosch quisiera realmente entrar en el gobierno.

Él mismo nos lo había dicho así. Esquerra nos había dicho que no había voluntad de entrar en el gobierno, que en todo momento querían impedir la entrada del PSC. Y que la CUP así debía hacerlo también. Y compartimos el análisis, por eso apelábamos a que las bases de BComú votaran en contra del pacto.

A la CUP se la debe “implicar a la gobernabilidad”, insiste Esquerra. ¿Qué entiendes por implicarse en la gobernabilidad?“implicar a la gobernabilidad”

El hecho de que no estemos en el gobierno no quiere decir que no podamos contribuir en aquellas políticas que consideramos rupturistas, y así lo hemos hecho en determinadas áreas: en el área de feminismo, por ejemplo, hay medidas que BComú ha propuesto como medida de gobierno que eran nuestras. Desde nuestra organización creemos que, a pesar de no estar en el gobierno, podemos dar pasos que suponen un cambio de modelo. Si entra el PSC, habrá una reflexión sobre la acción política de la CUP. Y veremos si esta cambia. Nosotros entendemos que gobernar en Barcelona no es estar a la institución, sino mucho más. Necesitas un tejido en la calle: la gobernabilidad no sólo se encuentra entre las cuatro paredes del Ayuntamiento.

¿Barcelona en Comú no ha hecho esta reflexión?

Cuando te presentas a las instituciones tienes que hacer una reflexión clara. Nosotros éramos y somos conscientes de que estas son instituciones burguesas de democracia representativa y que no son del pueblo. Por tanto, planteamos que la acción política no debe basarse sólo en el gobierno. Si estás, tienes que dedicarte a la gestión de la miseria pero también a generar espacios de contrapoder real en los barrios. Que una parte del presupuesto sea para las vecinas, que lo hagan efectivo... Esto es generar una cultura de empoderamiento que huye del asistencialismo. Lo haces desde la institución pero de otra manera, cambiando conciencias en la calle. En este sentido, nosotros tenemos unos movimientos fuertes que nos permiten sobrepasar la institución. Legalmente no puedes parar desahucios, pero con una calle fuerte deteniéndolos, luego puedes desobedecer leyes. Para nosotros este es un error que ya cometió el PSUC hace 30 años: colocar personas en la institución que hacen un gran trabajo en la calle. Es fácil caer en la lógica de la institución... Es una máquina que no para y si entras, te asfixia. Pero no está pasando nada que no hubiera pasado, también le pasó a Iniciativa.

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