El pleno de Barcelona deja a Ada Colau en la cuerda floja
La alcaldesa Ada Colau ha sufrido hoy, de nuevo, la debilidad de su gobierno en el plenario del Ayuntamiento de Barcelona. Sus dos principales socios, ERC y PSC, le han recordado su dependencia con dos gestos más que simbólicos. Primero, le han dado la espalda en su apuesta de renovar las ordenanzas fiscales y, después, le han apoyado -junto con la CUP- en la medida para revertir el superávit en políticas sociales. Con este sabor agridulce, Colau sale del pleno de Barcelona con la necesidad de reforzar sus equilibrios políticos y con la incertidumbre de la viabilidad de un pacto de estabilidad con socialistas y republicanos.
La sesión ha comenzado con un duro revés para el gobierno que lidera Colau. Las ordenanzas fiscales no han prosperado tal y como estaba previsto en el plenario de este viernes. Las nuevas tasas, que incluían una congelación del IBI y el incremento de bonificaciones y subvenciones para los colectivos más vulnerables como medidas más destacadas, han caído del orden del día porque ni PSC ni ERC apoyan el proyecto presentado por el gobierno municipal.
Como ya se había puesto de manifiesto en la comisión de Hacienda, han sido los grupos de la izquierda los que han recelado más de las ordenanzas, que deberán seguir negociándose. La portavoz del PSC en el Ayuntamiento, Montserrat Ballarín, ha anunciado que estaban en contra porque son “conservadoras y continuistas”. Mientras que desde ERC, Alfred Bosch, ha anunciado que, de haberse votado la medida, se hubiera abstenido porque “no son lo suficientemente progresistas ni progresivas”.
Ante el golpe de volante que ha dado el plenario, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha comparecido de urgencia ante los medios. “No ha sido posible entendernos con la oposición”, ha admitido el número dos de Colau, que se ha dado un margen de dos semanas para convocar un nuevo pleno extraordinario y poder aprobar unas nuevas tazas fiscales “más justas”.
Sobre la retirada del orden del día, Pisarello ha justificado la decisión del gobierno municipal: “no nos podíamos permitir que el IBI siguiera subiendo”. El teniente de alcalde ha explicado que el texto presentado inicialmente por BComú era “prudente y de mínimos” y que tenía como punto nuclear “dejar de penalizar las clases populares con una congelación del IBI”. La fiscalidad vigente es la misma desde 2012, el último año en que se renovó, pactada entre el gobierno de CiU y el PP. Desde entonces, se ha prorrogado de manera automática y sin pasar por el pleno.
Como ya había ocurrido en el anterior plenario, la oposición ha acusado este viernes a Colau de falta de diálogo, en este caso a la hora de negociar las ordenanzas fiscales. La concejal de CiU, Sònia Recasens, ha constatado que se trata de la “primera gran derrota” de BComú que, según Recasens, constata “incapacidad e incompetencia a la hora de encontrar consensos”.
ERC, PSC y la CUP apoyan a Colau en la apuesta por revertir el superávit
ERC, PSC y la CUP apoyan a Colau en la apuesta por revertir el superávitEn cambio, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha dado luz verde con los votos favorables de ERC, PSC y la CUP a la iniciativa de destinar 96 millones de superávit a políticas sociales. El gobierno municipal y el PSC ya habían anunciado este martes un acuerdo que facilitaba su aprobación, al que se ha sumado ERC y la CUP. Se trata de un paquete de 11,7 millones de euros en políticas sociales y que consisten en planes de empleo, finalizar la ampliación del hospital del Mar y un fondo de apoyo al pequeño comercio.
CiU, que llegaba al pleno más enfrentada más que nunca con el Ejecutivo de Colau -a raíz de la presunta gestión irregular de Antoni Vives al frente de Barcelona Regional- se ha opuesto a la medida. También lo ha hecho Ciudadanos, que ha insistido en que sólo un 17% del presupuesto irá a políticas sociales, y el grupo del PP, que le ha reprochado a Colau “políticas populistas”.
Revés a la moratoria hotelera de Colau
Revés a la moratoria hotelera de ColauEl grupo municipal de Ciudadanos ha conseguido la aprobación de una medida, con los votos favorables de ERC, PSC y CiU, que solicita dejar sin efecto la moratoria sobre las licencias hoteleras en los distritos con menos presión. Es el caso de las Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí. La líder del partido naranja, Carina Mejías, ha acusado a Colau de aplicar la medida sin conocer la normativa: “Les damos la oportunidad de rectificar”.
La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha defendido la moratoria y ha recordado que “es temporal”. Sanz entiende que, hasta ahora, la suspensión ha permitido abrir un debate sobre el modelo turístico de la ciudad y ha invitado a los partidos a sumar esfuerzos. La medida supone un revés para Colau, que había hecho de la moratoria una de sus principales banderas de gestión. Paradójicamente, el PP se ha abstenido por encontrar la medida insuficiente; mientras que la CUP ha votado en contra, junto con el partido del gobierno, BComú.
Se marcha Viejo, entra Badia
Se marcha Viejo, entra BadiaUna de las noticias del día del plenario ha sido la renuncia de Raimundo Viejo al cargo de concejal para incorporarse a la candidatura de confluencia de izquierdas que concurrirá a las próximas elecciones generales. El hasta ahora concejal del Distrito del Gracia, que apenas ha llegado a los cinco meses de mandato, será relevado por Eloi Badia, el número 12 de la candidatura que llevó a Ada Colau hasta la alcaldía de Barcelona. Badia tomará posesión del cargo en los próximos días.
Según ha comunicado el Ayuntamiento, la marcha de Viejo se hace siguiendo el cumplimiento del Código Ético del grupo municipal de BComú, que prevé que sus miembros no tengan duplicidad de cargos institucionales. La teniente de alcalde Laia Ortiz asumirá de forma provisional las áreas de Educación y Universidades, mientras que Gala Pin se hará cargo, también de forma provisional, del Distrito de Gràcia.