Los manteros denuncian el acoso de la Guardia Urbana tras unos altercados en el metro
El colectivo de trabajadores de la venta ambulante de Barcelona denuncia el acoso del que, aseguran, son objeto por parte de la Guardia Urbana. Tras los incidentes registrados ayer en la estación de metro de Catalunya en Barcelona entre manteros y agentes de la Guàrdia Urbana, el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes denuncia que la acción policial responde a una estrategia “política” de la Guàrdia Urbana “para desgastar y desestabilizar al gobierno municipal de Ada Colau”.
Los hechos que culminaron con una violenta carga policial tras una pelea sin heridos fue provocada, según fuentes de la empresa de transportes de Barcelona (TMB), por un mantero que se negaba a pagar y respondió con violencia verbal a un vigilante de seguridad privada.
Según fuentes oficiales, tras esta discusión con el vigilante del metro, una veintena de vendedores ambulantes se enfrentaron a los agentes de la Unidad de Apoyo Policial de la Urbana que recibieron el aviso y procedieron a cargar contra los vendedores ambulantes.
Las imágenes de la carga policial fueron difundidas a través de esta cuenta de twitter.
El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes denuncia “las agresiones sufridas en Barcelona por agentes de la Guàrdia Urbana que golpearon a nuestros compañeros manteros utilizando sus porras y mucha violencia”. El Sindicato lamenta que “grandes medios y una parte de la prensa escrita culpa al violentado, golpeado y al discriminado por ser pobre”.
El Sindicato se pregunta por el sentido de “golpear a nuestros compañeros a finales de agosto”, cuando hay una reducida presencia de manteros respecto a otras semanas del mes. El Sindicato recuerda la denuncia presentada por SOS Racisme donde se denunciaban las agresiones de la Guàrdia Urbana contra los manteros.
Los vendedores ambulantes lamentan que nadie haya contrastado los motivos de la reacción violenta de los manteros y recuerdan que “todos los días nosotros tenemos que soportar vejaciones, insultos, racismo y xenofobia, confiscaciones de material de venta, retirada de dinero, identificaciones y detenciones”. Finalmente, el Sindicato denuncia “la violencia venga de donde venga”.
