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Casas “sanas” de madera para promover el turismo responsable en Barcelona

Puede parecer una moda pasajera, o quizás un reclamo más para los visitantes de otras partes del mundo; pero sus impulsores hablan, decididamente, de “construcción ética”. De momento, lo único cierto es que los vecinos del barrio del Poble Sec de Barcelona llevan unos días de lo más entretenidos viendo cómo se erige, en tiempo récord, la primera vivienda de madera y plurifamiliar del Estado que se levanta en pleno centro urbano.

“Nos sorprende que en tan solo unas semanas se haya construido un edificio sin sufrir las molestias de las obras”, señalan dos ancianos de este popular barrio barcelonés, acostumbrado a los ruidos tras la urbanización de la avenida del Paral·lel, mientras las últimas piezas de madera sobrevuelan sus cabezas para aterrizar, cuidadosamente, en el lugar señalado. “Hacemos la construcción por módulos prefabricados, lo que nos permite reducir muchísimo los residuos y la ruina que genera el proceso constructivo, el tiempo de ejecución y, sobre todo, les ahorramos molestias a los vecinos”, nos cuenta una de les almas del proyecto, el arquitecto Sergi Barquet.

En un momento en el que los vecinos de Barcelona han dicho basta a un turismo a cualquier precio –que este mismo barrio viene sufriendo en los últimos tiempos—, y con la mirada puesta en la proliferación de pisos turísticos, legales e ilegales, desde la inmobiliaria Valuiz Invest SLU y el despacho de arquitectura Betarq Group, han probado con la fórmula inversa a lo que llaman la “banalización de la ciudad”. “Nos oponemos al turismo de borrachera y a la masificación de algunos barrios, por eso apostamos por darle un valor ecológico y social a la estancia en la ciudad”, cuenta la promotora Mireia Valls, que concluye: “no hacemos nada más que casas sanas para un turismo sensible”.

De momento, los interesados en adquirir algunas de las seis viviendas son, todos, extranjeros. “Nos encontramos con una demanda que viene de fuera, pero el precio final de las viviendas está en la media de la ciudad, y su consumo energético muy por debajo, por lo que esperamos que sea interesante, también, para los vecinos de la zona”. De hecho, Mireia sondea estos días a los agentes vecinales y los proyectos artesanales del barrio, para generar complicidades en la zona y encontrar formas de colaboración en el proceso de acabo del edificio.

Ahorro energético

Ahorro energéticoEl edificio, ubicado en la calle Magallanes, tiene 450 m2 construidos, distribuidos en 3 plantas que albergan un total de seis viviendas cuyas superficies oscilan entre 40 y 65 m, con uno o dos dormitorios. La construcción se está haciendo bajo criterios sostenibles y dispondrá del Certificado Verde del GBCe —Green Building Council España—. Según Barquet, tendrá una huella ambiental muy inferior a los edificios convencionales de la misma tipología y volumen, hecho que la certificación verde reflejará con una calificación muy alta, “esperamos conseguir cuatro hojas”.

Una de las innovaciones principales de esta “casa pasiva” –nombre que reciben este tipo de viviendas al estar formadas por materiales naturales y madera de bosques controlados— es el sistema constructivo por módulos de madera prefabricados. “La mayoría de los materiales utilizados son locales y de bajo impacto ambiental”, señala Barquet. Este sistema constructivo –que recibió el premio de Sostenibilidad y eficiencia Energética en la primera edición del concurso Sustainable Building Entrepreunership— limita la cantidad de material desprendido y acelera la fase de construcción, que puede estar resuelta en menos de tres meses, ya que las piezas vienen hechas y controladas de taller.

Otra de las virtudes será el ahorro energético. “Esperamos que el sistema de aislamiento térmico sea tan eficiente que en la mayor parte del año no será necesario recurrir a sistemas de climatización para obtener un nivel adecuado de confort”, subraya Barquet, que pone en valor la madera como elemento constructivo, siempre y cuando provenga de bosques controlados. En cifras concretas, se espera una reducción de la demanda energética de un 50% en climatización y un 90% en el consumo de agua caliente sanitaria. Lo que se traduce, a nivel de certificación energética, en una “A”, también la máxima calificación.

Otros precedentes

Otros precedentes La case madera del Poble-sec, si bien es la primera del Estado de entramado ligero –madera 100% reciclable— no es la primera que tiene la madera como elemento base. En Lleida encontramos el primer precedente y, la más alta, se está construyendo en paralelo en la capitat catalana, en concreto en el Distrito de Gracia. En este caso la empresa catalana, House Habitat, ultima otra vivienda ecológica, también con la certificación energética “A”, pero de cinco plantas realizadas íntegramente con madera y dirigidas, sobretodo, a los vecinos de la zona. En concreto, 346 m2 de madera para ser una casa pasiva realizada, incluso, con las técnicas del feng shui.

Como en el caso del Poble Sec, la casa de Gràcia, incorpora la fuente de energía renovable de la aerotermia, que permite calentar agua sin apenas gasto energético. Sin embargo, la casa más grande de madera construida en España se está llevando a cabo en Begur (Costa Brava) realizada por el Grupo Kuusamo. En este último caso se trata de una casa de más de 1.000 metros cuadrados, seguida por una de Palamós de 700 metros cuadrados.

La tendencia, de momento tímida en Cataluña y el resto del Estado, está más extendida en países nórdicos y en los EEUU, pero marca una línea alternativa en el sector de la construcción y, sobre todo, demuestra una mirada empresarial del turismo más comprometido con el entorno.