Un documental sobre el caso 4F, premiado en el festival de Málaga
En junio de 2013, un grupo de 800 personas ocuparon un cine abandonado en la Via Laietana de Barcelona para proyectar un documental sobre el caso 4F, titulado 'Ni oblit, ni perdó'. La película cuestionaba la versión oficial del caso, en el que un agente de la Guàrdia Urbana fue gravemente herido, y que acabó con la condena a prisión de 4 personas, una de las cuales se suicidó. La acción en el cine es el principio del largometraje 'Ciutat Morta', que ha obtenido este sábado la biznaga de plata para el mejor documental en el festival de Málaga.
Los hechos explicados en la película se remontan al 4 de febrero de 2006, cuando una patrulla de la Guardia Urbana de Barcelona intervino en una fiesta de una casa okupada de la calle Sant Pere Més Baix. Un agente recibió un objeto contundente en la cabeza y quedó con una grave lesión. Las detenciones que se produjeron después relatan, según los autores, “la crónica de una venganza”. De los nueve detenidos, dos se encontraban en la calle y no en la azotea donde se tiró el objeto y dos más ni siquiera estaban en el lugar de los hechos.
Después de dos años de detención preventiva, cuatro personas - que siempre proclamaron su inocencia - fueron condenadas a penas superiores a tres años de prisión. Una de ellas, Patricia Heras, se suicidó durante un permiso penitenciario. Pocos años después del 4F, dos policías que habían contribuido con su testimonio a la condena de los jóvenes fueron declarados culpables de torturas contra una persona en una discoteca y posteriormente en dependencias policiales. Los dos agentes fueron condenados a dos años y 3 meses de prisión y 8 años y 3 meses de inhabilitación. En el documental, los autores denuncian “una enésima historia de impunidad policial, acompañada por una buena dosis de racismo, clasismo y vulneración de los derechos fundamentales”. También critican el sistema judicial “heredero del franquismo”.
Para los autores de 'Ciutat Morta' Xavier Artigas i Xapo Ortega, la obtención del premio es “una sorpresa total”. “Es una producción sin medios, financiada a través de un crowdfunding y competíamos con obras financiadas por TV3 o el Ministerio de Cultura”, dice Artigas. Con esta obra, han querido llegar a un público más amplio que su público habitual, más implicado en el activismo. “La apuesta que tuvimos al principio era romper los códigos de lenguaje típicamente activistas, no queríamos que el documental fuera encasillado como vídeo político, por eso optamos por una narración cinematográfica”, explica Artigas. “Hace tiempo que como videoactivistas, intentamos hacer llegar nuestro mensaje a más gente”.
Con el foco mediático que da un premio del festival de Málaga, Artigas y Ortega esperan ahora que los medios de masa, como TV3, se hagan eco del caso, que ha sido silenciado durante todos estos años.