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Reikiavik es la ciudad invitada de La Mercè 2017, la capital de uno de los países más avanzados del norte de Europa y con gran potencial creativo y emergente. Por ello, de las ocho propuestas musicales procedentes de Reikiavik que formarán parte del BAM (domingo 24) encontramos a la formación femenina Reykjavíkurdætur
Se hacen llamar las ‘hijas de Reikiavik’ —eso es lo que significa su nombre— y son un colectivo hip hop femenino surgido para corregir la clamorosa ausencia de voces de mujer en la escena rap islandesa. Formadas en 2013 a raíz del éxito de una velada de micrófonos abiertos que convocaba a raperas, este colectivo de más de una docena de MC no lo ha tenido fácil para hacerse un hueco en una escena dominada por los hombres, quienes, afirman ellas, no recibieron con demasiada deportividad la competencia femenina. Pero este grupo de raperas tenían cosas por decir, y con sus versos han gritado consignas feministas, acercándose en sus letras a temas como la corrupción política, la cultura de la violación o el empoderamiento de la mujer. Aprovechando la visita en La Mercè y adelantándonos al concierto conversamos con las ‘hijas de Reikiavik’.
¿Cómo consiguieron hacerse un hueco en una escena poblada por hombres?
Cuando empezamos no había espacio para nosotras. No nos querían. Pero hemos acabado encontrando el espacio. Y ahora sólo formamos parte de la escena. Nos hicimos muy famosas en Islandia. Y todas éramos amateurs, por lo que era muy fácil criticarnos. Pero también fuimos pioneras, porque éramos las únicas mujeres de la escena islandesa de hip hop y aprovechamos que la escena comenzaba a crecer.
¿Consideran que su música es una forma de activismo?
En cierto modo lo es ineludiblemente. El solo hecho de ser quince mujeres cantando en el escenario es un tipo de activismo. Y de ahí partimos: de la necesidad de crear una voz para nosotras en la sociedad.
¿Por qué usan el rap?
Especialmente porque el género está completamente dominado por los hombres y ha sido conocido por ser degradante hacia las mujeres. Es básicamente punk. No sabíamos rapear, pero lo hicimos de todos modos y eso debe ser alguna forma de activismo.
¿Qué temas suelen abarcar sus canciones?
Todo, desde política hasta sexo anal. Hemos escrito muchas canciones diversas. Por nombrar algunos temas, escribimos una canción sobre violencia sexual llamada D.R.U.S.L.A (S.L.U.T.) o una canción sobre la corrupción islandesa llamada Blamm Blamm Blamm.
Muchos islandeses piensan que dan mal ejemplo a las chicas jóvenes.
No nos gusta que otros cieguen nuestra verdad como mujeres. No podíamos fumar cigarrillos en las fotos porque dábamos mal ejemplo a las jóvenes y todo eso. Y realmente, de verdad, sentimos la presión de ello por un tiempo. Nos preguntamos, ¿y si corrompemos todos los niños de Islandia? Pronto, nos dimos cuenta de que si queríamos dar ejemplo, tal vez las chicas jóvenes no necesitaban referentes. La buena educación empieza teniendo conductas sociales prohibidas por la sociedad.
Cantan en islandés ¿les preocupa que los extranjeros no entiendan su mensaje?
Realmente nos gusta que la gente no entienda lo que estamos diciendo. No porque lo que estamos haciendo no sea importante, o no es bueno, sino porque creemos que nuestra energía y nuestra manera de comportarnos en el escenario se traducen muy bien. El reconocimiento que hemos obtenido en el extranjero lo ha demostrado. No tienen que entender nuestro lenguaje para entender lo que estamos diciendo, confiamos plenamente en el público.
¿Han conseguido quitarse la etiqueta de banda feminista?
Es raro que la gente nos identifique como una banda feminista. No queremos ser una banda feminista, pero somos muchas mujeres, somos fuertes en un espacio dominado por hombres, hablamos de muchos temas. No nos gusta cuando el público y los medios de comunicación nos etiquetan como grupo feminista.
¿Cómo se convive en un colectivo tan amplio?
Nos caemos bien y tenemos el deseo común de que esto siga en curso. Creo que debido a cuántas somos podemos crear y hacer conciertos de una manera muy singular. Lo que también hace que sea fácil es que por lo general escribimos música en grupos más pequeños (solos, dúos, tríos) y luego ¡nos juntamos con un estallido! Si existe algo difícil por el tamaño del grupo tendría que ser el hecho de que crear listas de set y asegurarse de que todas puedan participar en la presentación llega a ser un reto.
¿Qué opinan sobre el estado actual de la escena musical de Islandia?
La escena musical en Islandia está muy viva y floreciente. El hip hop islandés es mucho más mainstream, ¡lo cual es genial! Lamentablemente aún parece que a las mujeres no se les da todo el apoyo, sobre todo en esa escena en particular, pero tenemos la esperanza de cambiar eso para siempre.
¿Y qué puede esperar la gente de un concierto de Reykjavíkurdætur?
Que no nos importa ofenderte y que no nos importa que nos ofendas.
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