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Las jornadas sobre código ético impulsadas por Guanyem parten de experiencias aplicadas

Primera sesión de las jornadas sobre código ético en la Sedeta

João França

La primera sesión de las jornadas de código ético impulsadas por Guanyem Barcelona junto a Procés Constituen, Podemos Barcelona, ICV, EUiA, la Trobada Popular Municipalista (TPM) -impulsada por la CUP- y el Partido X han servido para poner los pies en el suelo. Este sábado tocará entrar en el debate, “a partir de un documento común, que no es de síntesis, sino que contiene discrepancias que no hemos querido ocultar”, apuntaba Gerardo Pisarello, de Guanyem. Antes, sin embargo, el viernes les ha servido para introducir el reto y escuchar otras iniciativas.

“Nos negamos a que la democracia se haya convertido en un medio para favorecer los intereses de unos pocos, y planteamos un nuevo código ético porque no queremos ser como ellos; ya hemos visto que demasiada gente que se dice de izquierdas se ha acabado pareciendo demasiado a ellos”, dice Pisarello. “Debemos abandonar la idea de que nuestra gente lo hará mejor por virtud moral, porque ganar no es delegar”, añade.

David Caño, de la Trobada Popular Municipalista, apunta en relación al lema de las jornadas –“gobernar obedeciendo”– que “se puede gobernar informando, se puede gobernar preguntando y se puede gobernar obedeciendo, y este código ético nos debe servir para decir qué es lo que queremos”. “La gente de esta ciudad se merece y reclama su ciudad y otra manera de vivir políticamente”, concluyó Caño.

Tras las intervenciones iniciales de Guanyem, TPM y Podemos –ICV-EUiA, Proceso Constituyente y Partido X harán las suyas este sábado– el protagonismo se lo llevaron los invitados que llevaban experiencias de municipalismo, transparencia y código ético: Carolina Berga, del Observatorio Ciudadano Municipal impulsado por la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, Ander Rodríguez, diputado foral de Política Social de Guipúzcoa por EH Bildu, Juan Romero, de Cuentas Claras y Openkratio, y Gemma Ubasart, de las Candidaturas Alternativas del Vallès.

Experiencias aplicadas

La intervención de Ander Rodríguez se centró en la experiencia concreta de Bildu y las dificultades y contradicciones encontradas en el ámbito de la profesionalización de la política y aplicación de un código ético. La necesidad de encontrar mecanismos de control, asegura, a menudo se dificulta por el hecho de no disponer de una mayoría. “Te puedes encontrar que no sólo no puede cambiar la normativa para rebajar los sueldos, sino que cuando dices que quieres limitarte el tuyo te digan que tampoco puedes”, apunta Rodríguez. Esto, después, ha conllevado otros problemas que no habían podido prever. Pone el ejemplo de un cargo que nominalmente cobra 3.000 euros, pero da parte de su sueldo y finalmente percibe 1.700. “Esta persona, cuya pareja está en paro, no puede conseguir becas para sus hijos porque se le contabiliza un sueldo que no cobra”, apunta Rodríguez.

Rodríguez defiende la necesidad de poder vivir dignamente de la política, pero que tampoco sea una forma de enriquecimiento que tenga alicientes para perpetuarse en el cargo y alejarse de la realidad. Por ello explica que las medidas impulsadas por su formación van en la línea de no distanciar el representante del resto de la gente. “Se pagan dietas, pero por menús de 10 euros, no de 30, y el transporte debe ser público siempre que sea posible”, apunta a modo de ejemplo. Para el diputado foral “lo más importante es definir el cómo”. “Desde mi experiencia de construir frentes amplios es más importante el qué que con quién”, concluye.

Gemma Ubasart comentó la propuesta de código ético desde su experiencia tanto en la Candidaturas Alternativas del Vallès como de asesora en el gobierno de Ecuador. Para la politóloga, “el código ético debe demostrar que Guanyem es un equipo con solvencia política y también solvencia técnica, debe ser una forma de mostrar que puede manejar el Ayuntamiento”. Alertó, sin embargo, de que considera la propuesta demasiado exigente. “Tenemos que intentar no poner condiciones en el código ético que no nos permitan encontrar buenos técnicos, porque eso es fundamental”, apunta.

Reforzar los contrapoderes

Carolina Berga reivindicó en su intervención el papel de los contrapoderes como el Observatorio Ciudadano Municipal, que opta por “fiscalizar los presupuestos municipales desde fuera”, un papel que no se puede cumplir desde dentro de un ayuntamiento. “Hay mucha gente en los movimientos sociales preocupada porque ganar no signifique desarticular los contrapoderes, y que entonces no haya nadie que vigile”, asegura. Por eso, dice, “hace falta un código ético que permita llegar al poder pero también facilitar el trabajo a los contrapoderes”.

Juan Romero, de Cuentas Claras, reivindicó la importancia de la transparencia y, sobre todo, de los datos abiertos en la gestión pública. “El open data permite recuperar la gente que ha abandonado el debate político por una cuestión de pura complejidad”, asegura, porque permite trabajar la información para presentarla de forma más accesible y comprensible. Por otra parte, reclama la propiedad intelectual pública: “En Barcelona se hicieron unas olimpiadas para las que se construyeron muchas infraestructuras con dinero público. ¿Por qué no tenemos acceso a estos planos?”

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