El juez impide a los mossos imputados por una agresión racista acudir con la cara tapada a su rueda de reconocimiento
El juez de Manresa (Barcelona) que investiga la agresión racista de agentes de los Mossos d'Esquadra a un joven en enero de 2019 ha rechazado la petición de los policías investigados para acudir a una rueda de reconocimiento con la cara tapada. Según han informado fuentes judiciales, el magistrado ha acordado que, en contra de su pretensión, los agentes se sometan a la rueda de reconocimiento a cara descubierta, pues el denunciante afirmó que en algún momento de la actuación los policías se quitaron la braga que les cubría la cara y los pudo ver.
Pese a que la rueda de reconocimiento estaba fijada para este jueves, finalmente el juez la ha tenido que suspender porque los agentes investigados han recurrido a última hora ante la Audiencia de Barcelona el rechazo del instructor de que comparezcan con la cara tapada. Hasta que la Audiencia de Barcelona no resuelva el recurso, la diligencia no se podrá practicar. La maniobra procesal sirve a los mossos investigados para ganar tiempo en un caso que acumula ya más de dos años en instrucción.
La diligencia en los juzgados de Manresa será relevante para el caso pues servirá para que la víctima, el joven Wubi, corrobore la identidad de los agentes que le profirieron insultos racistas como “negro de mierda, hijo de puta”. De la Audiencia de Barcelona depende ahora que la rueda de reconocimiento se celebre tras los sucesivos intentos de los agentes imputados para que no se lleve a cabo o para vaciarla de sentido, primero pidiendo el archivo del caso y después solicitando al juez acudir a la misma con la cara tapada.
En un auto, el juez razona que de acceder a la petición de las defensas para que los agentes acudieran a la rueda de reconocimiento con la cara tapada con una braga “se dificultaría la posible identificación por parte del denunciante al que se les mostraría a los agentes, en circunstancias faciales distintas –más dificultosas para su caracterización física–, a las que, en algún momento, apreció” en el momento de los hechos denunciados.
Desde SOS Racisme, que representa al joven, han criticado a los agentes por retrasar de nuevo el avance de la causa y han indicado que mas allá del resultado de la rueda de reconocimiento “en ninguna circunstancia se puede responzabilizar a la víctima exigiendo que más de dos años después de la agresión tenga que identificar a los agresores”.
Con la celebración de la rueda de reconocimiento, el caso encarará su recta final antes de que el instructor decida si hay suficientes indicios para enviar a juicio a los seis agentes investigados por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral. El pasado verano dos jefes de los seis agentes rectificaron su declaración inicial ante Asuntos Internos, en la que dijeron no poder reconocer a ninguno de los investigados en la grabación de los hechos, y finalmente sí identificaron a los mossos que participaron en la agresión.
Los dos sargentos señalaron a uno de los agentes investigados como el mosso que profirió los insultos más graves –“negro de mierda, hijo de puta”; “soy racista no, lo siguiente”– a la víctima. Ambos mandos también identificaron al mosso que en la grabación insta a la víctima a irse “un poco más abajo porque aquí ya tenemos suficiente mierda”.
Además, el primer sargento reconoció en la grabación al agente que aseguró haber disparado al joven y después le espetó: “Porque he fallado. Si no, te reviento las costillas”. Los dos mandos identificaron en el audio al cabo de la unidad, que, al igual que los otros cuatro agentes investigados, si bien no profiere amenazas directas al joven no frena los insultos de sus compañeros.
Los seis agentes investigados han sido trasladados de destino por la conselleria de Interior pero no han sido suspendidos de empleo ni de sueldo pese a que así lo permite el reglamento interno de la policía catalana. De hecho la conselleria desoyó al Parlament y rechazó suspender de empleo y sueldo a los mossos implicados en la agresión racista tal y como le había pedido la Cámara catalana.
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