Junts pide “unos días o semanas” para cerrar un acuerdo que les permita investir a Aragonès
Junts reclama tiempo. La formación de Carles Puigdemont considera que el acuerdo con ERC aún no está suficientemente maduro como para comprometerse a una investidura inmediata de Pere Aragonès y reclama darse “unos días o semanas” para cerrar un “acuerdo global de legislatura”. Así lo ha expresado este martes el secretario general de la formación, Jordi Sànchez, quien ha pronunciado una conferencia para marcar sus prioridades y peticiones ante la nueva legislatura, y en la que ha asegurado que por el momento las fuerzas independentistas no son capaces de cerrar el acuerdo “sólido” que a su juicio requiere el nuevo Govern.
El dirigente ha prometido que su formación “no especulará ni jugará al cálculo de nuevas elecciones, ni propondrá un candidato, ni condicionará quién debe ser el candidato de ERC”. “Nosotros queremos como los que más un gobierno fuerte, con capacidad de liderazgo y determinado de dar respuesta a las emergencias sociales, de salud, económicas o climática que hoy amenazan el país”, ha asegurado Sánchez. El secretario general ha querido cerrar el paso a cualquier especulación sobre sus intenciones e incluso se ha dirigido directamente a Aragonès para decirle: “Nada nos gustará más que que asumas tan pronto como sea posible la presidencia de la Generalitat, sea dentro de unos días o en unas semanas”.
El calendario esgrimido por el secretario general de Junts choca con la intención declarada por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de convocar un primer pleno de investidura el viernes con un candidato. La jefa de la Cámara ha comenzado la ronda de contactos este martes y, aunque por el momento ningún grupo le ha trasladado que tenga algún candidato claro, todo apunta a que Borràs elegirá a Aragonès, por contar con el preacuerdo con la CUP.
Pese a esto, Sànchez ha considerado que primero debe alcanzarse un acuerdo de legislatura global que cumpla varias condiciones, que ha esbozado. Por una parte, para el dirigente encarcelado, el nuevo Govern y su programa debe “dar respuesta” a la primera mayoría del independentismo en las urnas. Por otro, debe ser un pacto que “rehaga las confianzas” con el objetivo de no convertir el Govern en “un Dragon Khan” o “un Vietnam”, ha dicho, utilizando palabras del exdiputado de ERC Joan Tardà. Como tercera pata de este acuerdo, Sànchez se ha referido a la “unidad estratégica”, que ha asegurado que es en el Consell per la República donde “se ha de debatir y tomar decisiones par a definir el camino del embate democrático”.
Esta última pretensión sobre que sea el Consell per la República y, por tanto, Carles Puigdemont y los suyos quienes piloten desde Bélgica la estrategia independentista fuera del Govern ha sido una reclamación constante en las negociaciones. Sin embargo, es una pretensión que choca tanto ERC como con la CUP, que han pactado órganos de coordinación diferentes a la organización fundada y controlada por el expresident. La idea de Junts, en cambio, es que los partidos independentistas consensuen sus alianzas en el Congreso y su posición ante el diálogo con el Estado, y que en esos consensos Puigdemont tenga un papel.
En cambio, Sànchez ha tendido la mano a ERC con una aparente cesión sobre la mesa de negociación entre la Generalitat y el Gobierno central, cuando ha asegurado que, pese a su escepticismo, están dispuestos a dar “una oportunidad sincera y leal” a esa mesa. Con todo, Sànchez ha dejado claro que, para Junts, el diálogo con el Estado siempre debe ir acompañado de la posibilidad de la unilateralidad. Algo que, según ha esgrimido, Oriol Junqueras y Marta Rovira comparten, porque así lo indicaron en el último libro que publicaron conjuntamente, en verano pasado.
“¿Podemos asegurar un acuerdo sólido de legislatura? ¿Podemos aprovechar que por primera vez los independentistas hemos alcanzado más del 50% en las urnas?”, se ha preguntado Sànchez. “Me gustaría decir que sí, pero todavía esto no es posible. En Junts estamos convencido que bien pronto, en los próximos días o semanas podremos decir que sí, sin miedo a equivocarnos y sin riesgo de volver a caer en desencuentros, deslealtades y tensiones permanentes”, se ha respondido él mismo a modo de resumen.
Con la conferencia de este martes, Junts tensa la negociación con ERC y deja abierta la puerta a someter a Pere Aragonès a una investidura fallida. Una situación inédita entre ambos partidos, ya que los republicanos han apoyado desde 2015 a todos los candidatos de Convergència o Junts que se han presentado a la primera sesión de investidura. La formación de Puigdemont, en cambio, tiene diferentes visiones respecto al acuerdo que debe lograrse en esta negociación y el sector más cercano al expresident reclama que ERC se avenga a reconsiderar su estrategia.
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