El gran evento mundial de McDonald’s, que reúne a cerca de 14.000 de sus directivos y franquiciados, se celebra por primera vez fuera de los Estados Unidos. La ciudad escogida es Barcelona y la fecha, del 8 al 11 de abril. Los hoteles y restaurantes de la capital catalana lo notan desde hace meses en sus reservas, pero no son los únicos. También los empleados de los establecimientos locales de la cadena, que no están invitados a la fiesta, soportan estos días una mayor exigencia para que todo salga perfecto.
“Estos días hay presión para que todo salga bien, hay mucho más personal trabajando y han ampliado el horario de apertura de algunos restaurantes”, advierte Bea Jiménez, empleada del McDonald’s de Vila Olímpica. En las últimas semanas y durante el evento, en su local y en los demás de Barcelona –al menos, los que no son franquicias– les han prohibido cogerse vacaciones durante tres semanas, algo que esta enlace sindical denuncia que va en contra el convenio.
Alba, personal de cocina de uno de los locales del centro de Barcelona que funciona como franquicia, asegura que lo único que les han informado es que “gente muy importante de la empresa” visitará los restaurantes. La plantilla de base en España, más de 20.000 personas en total, no está invitada a la fiesta, solo aquellos que vayan a trabajar en el evento o a reforzar los equipos de la capital catalana. “Hubiera sido un detalle, pero personalmente tampoco sé si iría. A lo mejor si vives por y para McDonald's sí lo valoras”, añade Bea Jiménez.
El evento, que recibe el nombre de Convención Global, es una fiesta corporativa que la multinacional de la comida rápida celebra cada dos años y que ha decidido trasladar en su 30 edición a Barcelona. Reúne habitualmente a unas 14.000 personas entre directivos, franquiciados, proveedores y empleados de 135 países distintos. Ellos lo llaman la “McFamily”, una pequeña parte de los más de 150.000 empleados que tienen en todo el mundo –sin contar las franquicias– en un negocio que reportó en 2023 un total de 7.700 millones de euros en beneficios.
Pero McDonald’s ha decidido mantener en secreto los detalles de la celebración. Se sabe que las jornadas transcurrirán sobre todo en Fira Gran Via 4, en L ’Hospitalet de Llobregat, y que suelen consistir en charlas de los principales directivos, conciertos, exhibiciones y entregas de premios. En la pasada edición, celebrada en Orlando (Estados Unidos), los invitados asistieron a conciertos privados de Pink, Christina Aguilera o Bruno Mars, entre otros.
Este diario ha contactado con McDonald’s para conocer sus previsiones para estos días, pero la empresa ha declinado responder. Desde Fira de Barcelona han remitido a la empresa. Y Turisme de Barcelona, el consorcio publico-privado que se dedica –entre otras cuestiones– a promocionar la ciudad para congresos y convenciones empresariales, tampoco ha querido valorarlo.
Restauradores se frotan las manos
De lo que no hay duda es de que los miles de participantes en la convención han contribuido estos días a colgar en algunos hoteles el cartel de completo. Adrià Bonell, CEO del grupo de restauración BN Grup, asegura que algunos de sus locales están “casi a tope”. Es el caso del Skyfall, el bar en lo alto del hotel Hesperia, que está completo.
Según Bonell, que preside también la patronal del ocio nocturno Fecalon, las reservas que han recibido no son de la multinacional, sino de grupos de directivos y empleados por libre. Hace unos meses, asegura, sí le contactaron para organizar un evento para unas 6.000 personas. “Era tal la capacidad que necesitaban que les tuve que decir que no; no hay espacios en la ciudad para acoger a tanta gente al margen de la Fira y otros sitios puntuales”.
Bonell reconoce que este evento estará lejos de las cifras de las grandes ferias –por comparar, el Mobile World Congress atrae unas 100.000 personas–, pero asegura que se notará en caja. “Cuando hay ferias el precio medio de los restaurantes se dispara; no dejan de ser perfiles directivos con más dinero para gastar y muchas tarjetas de empresa”, sostiene.
Otras voces del sector hotelero barcelonés le ven algunas pegas. “Estas compañías suelen decir que viene más gente de la que realmente llega. No creo que su impacto para la economía sea significativo, más allá de la imagen que se da de Barcelona en el exterior”, matiza a este diario un directivo de un hotel de 5 estrellas de la capital catalana.
En este sentido, la cita de McDonald’s contribuye a la imagen que los sectores económicos y el Ayuntamiento quieren proyectar de ciudad acogedora de eventos “de gran magnitud”, en palabras de Turisme de Barcelona. El consorcio ya celebró en su día la noticia del desembarco de la McFamily en la ciudad y lo atribuyó a atributos como la conectividad, el “estilo de vida mediterráneo” o la oferta de alojamiento y de entretenimiento.
Mientras tanto, y a la espera de que comience la fiesta, desde los restaurantes barceloneses se aguarda el acontecimiento con ánimo variable en función del restaurante. “Es un momento de estrés, pero ya estamos acostumbrados”, le quita hierro Tony Ávila, delegado sindical de CCOO en la compañía. “Va a pasar gente muy destacada de la empresa y la presión baja desde la gerencia hasta abajo”, sostiene.
En los últimos meses McDonald’s ha hecho reformas en varios locales barceloneses para ponerlos a punto. En el de Vila Olímpica, uno de los más concurridos por su ubicación, las realizaron hace unos meses, pero Bea Jiménez se queja de que hace unas semanas les informaron sin margen de tiempo de que harían otra. “Cerraron el local de forma rápida y corriendo por la convención y a los trabajadores les suprimieron las horas”, lamenta. Aproximadamente calcula que perdieron entre 100 y 200 euros por ello.