¡Cuántos obreros, cuántos intelectuales, cuántos estudiantes han sido mordidos de noche por el vampiro y, sin darse cuenta, se están convirtiendo en vampiros a su vez! (El caos, 6 de agosto de 1968. Traducción de Antonio-Prometeo Moya)
No resulta fácil acercarse a Pier Paolo Pasolini e intentar abarcar todo lo que fue capaz de generar. Estamos ante un cineasta, dramaturgo, poeta, literato, ensayista... de gran interés. Conviene destacar la capacidad de reflexión sobre el mundo de su época y especialmente sobre las relaciones sociales en la Italia donde vivió. Tal vez sus artículos no son parte de su obra más conocida. En cambio, en muchos de ellos podemos encontrar cuestiones esenciales de su pensamiento, algunas de las principales preocupaciones que le acompañaron a lo largo de su vida.
A principios de agosto de 1968, hace 45 años, Pier Paolo Pasolini inició sus colaboraciones semanales con la revista Tempo bajo el epígrafe de El caos. Empezó escribiendo un par de textos que funcionan a manera de presentación de su manera de hacer e intenciones. Y en ellos dedica especial atención a la burguesía:
Otra cosa que querría decir en calidad de prólogo a esta serie de colaboraciones es lo que sigue: a menudo hablaré con violencia contra la burguesía: más aún, será éste el tema axial de mi palabra semanal. (...) pues bien: todo quedará claro cuando especifique que por burguesía no entiendo tanto una clase social cuanto una verdadera y precisa enfermedad. Una enfermedad altamente contagiosa: tanto es así que ha contagiado a casi todos los que la combaten: desde los obreros del norte hasta los que han emigrado del sur, los burgueses de la oposición y los «solitarios» (como es mi caso). El burgués -digámoslo en son de broma- es un vampiro que no descansa mientras no muerde el cuello de su víctima por el puro, natural y simple placer de ver cómo palidece, se pone triste, se deforma, pierde vitalidad, se retuerce, se corrompe, se asusta, se anega en sentimientos de culpa, se vuelve calculadora, agresiva, terrorista, igual que él.
Me parece que podemos decir que ésta será su principal preocupación en los años de vida que le quedan hasta su muerte en 1975. El caos seguramente no es el conjunto de artículos más conocido de Pasolini. En los Escritos Corsarios y las Cartas Luteranas, que recogen sus artículos publicados entre enero de 1973 y noviembre de 1975 y han tenido mayor difusión, es donde Pasolini plantea abiertamente lo que él llama la mutación antropológica de la gente de Italia. A lo largo de estos años lo enunciará de diferentes maneras. La sociedad de consumo, fundamento de este proceso de transformación, ya ha estado presente en sus reflexiones desde los años sesenta, época de inicio de un desarrollo económico que no necesariamente es progreso, pero es en estos años cuando siente la necesidad de abordar con total radicalidad unas consecuencias que ve en aumento. Los textos presentes en estos dos volúmenes son reflexión sobre la sociedad italiana del momento e intentos de análisis. Lo hace desde una perspectiva alejada de las discusiones marcadamente partidistas. Pasolini se presenta como marxista, ha estado en el Partido Comunista Italiano, pero sus textos no están directamente comprometidos con la victoria de las izquierdas. Sus preocupaciones son mucho más radicales, están orientadas por los cambios que el percibe que se están produciendo en las raíces de la sociedad. Lo que preocupa a Pasolini es cómo se está transformando la sociedad italiana y todo lo que ello conlleva.
Particularmente, pienso que siempre es buen momento para acercarse a Pasolini, para aprender, disfrutar, dialogar, debatir, siempre apasionadamente, con él. Hoy podemos aprovechar que se le está dedicando un gran exposición en el CCCB, Pasolini Roma. Ésto puede ayudar al acceso directo a sus creaciones y a que pensemos con él. Si alguien siente que ha quedado contagiado por la enfermedad de la burguesía o tiene la sensación -incluso indicios- de que se ha convertido en un vampiro o un muerto viviente -que son más de nuestra actualidad- puede ser buena cosa intentar poner remedio. Muy probablemente lo encontrará en espacios como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, de auditoria de la deuda, de defensa de la educación o la sanidad pública, o de creación de economía solidaria, donde se defienden los derechos de las personas por encima de la propiedad y el mercado.