Guillermo Zapata es hoy el edil más conocido de la alcaldesa Manuela Carmena, muy a pesar suyo y gracias a Twitter, que ha demostrado una vez más ser un corrector de la libertad de expresión. Se equivocan quienes todavía hoy afirman que Twitter es una red residual con poca implementación informativa. Todo queda registrado y su difusión es tan libre que merece reflexión.
El filósofo Byung-Chul Han ya advirtió hace poco que nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital, que avanza desde una vigilancia pasiva hacia un control activo. Y que nos precipita a una crisis de libertad, a través del Big Data, que permite hacer pronósticos sobre el comportamiento humano.
Así, una persona que practica el “humor negro” a través de las redes sociales, puede transgredir la libertad de expresión, porque afecta a la sensibilidad de las personas afectadas por dicho humor. Por otro lado, se reclama de nuevo una mayor libertad de expresión, en contra de sometimientos y auditorias. Aunque nos parezca extraño, nos vemos otra vez en la tesitura de volver a discutir dónde están las fronteras de la libertad de expresión.
Vivimos en una contradicción constante, nos sentimos libres por poder opinar al instante sobre cualquier tema; en cambio, el clic digital nos dirige al instante también a un control exhaustivo de nuestro comportamiento, aunque no haya censura previa tangible. En Europa estamos acostumbrados a practicar el humor negro, pero no sé si ‘El Jueves’, por ejemplo, hubiera sido capaz de publicar algunos de los tuits difundidos por Zapata. El afán de obtener muchos seguidores provoca que algunas mentes utilicen el ingenio rozando cualquier comportamiento ético, con el fin de ser líderes “en la cosa”, perdiendo por el camino los márgenes del respeto. Con razón, se reclama cada vez más que la filosofía vuelva a ser un referente en esta sociedad digital, para recordarnos que el respeto hacia uno mismo y los demás es fundamental para poder exigir una libertad de expresión.
Lo lamentable, desde mi punto de vista, es que Zapata no se haya dado cuenta hasta ahora de que con sus tuits ha podido dañar el sentimiento de algunas personas concretas o colectivos. Si es así, podemos pensar que los movimientos digitales que practicamos son irreflexivos, por la inmediatez de su funcionamiento. Twitter arde, pensemos de nuevo quién sale ganando en esta discusión. Sin duda, la red social, porque demuestra su poder en la sociedad y, por tanto, su dominio sobre el comportamiento humano. Y todo esto se traduce en un incremento de rentabilidad para los dueños de la red. Las redes son un negocio, no olvidemos nunca esta premisa. Bajo el postulado de que las redes nos dan libertad, existe el “poder inteligente” del que habla Byung-Chul Han.
Sobre este blog
El blog Opinions pretende ser un espacio de reflexión, de opinión y de debate. Una mirada con vocación de reflejar la pluralidad de la sociedad catalana y también con la voluntad de explicar Cataluña al resto de España.
Llegir Opinions en català aquí.
