“Hemos pasado del Paral·lel de las personas al de las farolas”
Lo dijo con contundente ironía un activista de Repensar Poble-sec: “Hemos pasado del Paral·lel de las personas al Paral·lel de las farolas”, en alusión a la excesiva inversión que prevé el plan de remodelación de la avenida en materia de iluminación. Para este colectivo –una comisión de la Asamblea de Barrio de Poble-sec– es insostenible “desde un punto de vista ético y urbanístico” que se destinen cerca de 2,8 millones de euros a mejorar el alumbrado de un eje que debería priorizar otros aspectos, teniendo en cuenta que atraviesa barrios como el Raval, Poble-sec o Sant Antoni, con una renta familiar por debajo de la media de la ciudad.
Según datos facilitados por el propio consistorio, del presupuesto total de la reforma del Paral·lel –conocido como el Pla Paral·lel, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Fundación El Molino (FEM)– es de 9.500.000 euros. El 30 % de esta cifra se destinará a la iluminación, es decir, cerca de 2,8 millones de euros, de los cuales 1,1 millones serán para nuevas farolas de última generación, equipadas por ejemplo con cámara de video vigilancia, conexión wifi y sensores medioambientales. Y es que el alumbrado de la avenida es uno de los principales cambios que prevé el proyecto, que contempla un juego de luces funcionales y otra de ornamentales para teñir una avenida hasta ahora gris con “un eje de referencia de las artes escénicas”, “el Broadway barcelonés”, tal y como defiende el Plan del consistorio.
El alumbrado que prevé el proyecto, sin embargo, es sólo uno de los varios puntos de choque entre los colectivos vecinales y el Pla Paral·lel, que desde abril tiene luz verde para iniciar las obras –que se alargarán un año aproximadamente–. Mientras esto no pasa, este 26 de abril, varias plataformas y asociaciones de los barrios Poble-ec y Sant Antoni, hartos de una comisión de seguimiento poco participativa, se reunían para evaluar el impacto real que la remodelación provoca en los barrios colindantes. Uno de los puntos que generó más consenso entre el tejido vecinal es la poca credibilidad del proceso participativo que, según Ayuntamiento y la FEM, ha caracterizado el diseño del proyecto.
El presidente de la asociación de vecinos de Sant Antoni, Pep Sala, lamentó el contenido excesivamente técnico de las reuniones, “donde los vecinos dejamos de asistir porque todo lo que proponíamos no era técnicamente viable”. En la misma línea se manifestó el presidente de la asociación cultural Teatre Talia Olpympia, Toni Oller, muy decepcionado con la falta de permeabilidad del proyecto. Más radicales se mostraron desde la Asamblea de Barrio Poble-sec, que directamente no asistieron nunca a ninguna comisión de seguimiento ya que, para ellos, el Ayuntamiento y la FEM, presentaron desde el principio un proyecto cerrado.
Los activistas de Repensar Poble-sec (Asamblea de Barrio Poble-sec) no vinieron con las manos vacías. En base a tres talleres colaborativos en el espacio público (vídeo) han diseñado un mapa en el que se explica las amenazas que, según ellos, esconde el Plan Paral·lel.
Mapa col·laboratiu from Taller de ficció on Vimeo.
Turismo, ¿en qué medida?
Uno de los temas principales fue el de la turistificación y sus riesgos. Para sorpresa de todos, la empresaria Elvira Vázquez asistió al acto –“aunque nadie me ha invitado”, dijo– y negó que su fundación “que no tiene ánimo de lucro”– persiga el turismo de masas. En cambio, desde Repensar Poble-sec sostienen que la transformación del Paral·lel busca conectar el circuito turístico del centro con la avenida y sus barrios que, por lo tanto, sufren consecuencias como el aumento del alquiler, la proliferación de pisos turísticos y la gentrificación.
En este punto, vale la pena destacar la influencia del puerto. Actualmente, hay 2,6 millones de viajeros anuales y se prevé que esta cifra aumente con la llegada de los cruceristas. Según Vázquez, el turista de crucero no pasa por el Paral·lel: “desembarcan en el puerto, los llevan al Camp Nou, a la Sagrada Familia, al Parque Güell y vuelven a embarcar”, dijo en un intento de desmentir que la FEM tenga intereses en hacer del Paral·lel un polo de atracción turístico y un eje de conexión entre el puerto y la Fira, tal y como defiende la Asamblea. “Estamos colgando de un hilo, lo invertimos todo en la burbuja inmobiliaria y ahora lo hacemos en la turística”, replicaron los activistas.
El relato del Ayuntamiento, en cambio, es bien diferente. Sostienen que la remodelación del Paral·lel servirá para ceder más espacio a los peatones. En concreto se han proyectado seis nuevas plazoletas en las confluencias con las calles del Example. Estos cruces tienen por objetivo crear un espacio que pueda ser polo de actividades ciudadanas, escenarios para actividades teatrales de calle, o espacios para terrazas de bares y restaurantes. Y es esta última posibilidad la que hace temblar a los colectivos que reclaman más espacio público. Los fondos municipales estiman que estas actuaciones tendrán como resultado el aumento del espacio urbano destinado al peatón con un 50% más de superficie.
Una previsión que no comparte la asociación cultural Talia Olympia, que considera “falso” decir que se harán nuevas plazas. Su portavoz, el historiador Toni Oller dice que se tratará más bien de hacer anchas las aceras y que, además, habrá terrazas del negocio hostelero, por lo que: “no se puede hablar de que sean espacio público”. Según representantes de Repensar Poble-sec, se insiste en que las seis islas no se proyectan en cualquier lugar, sino que “coinciden con los cruces en los que hay restaurantes de lujo, con precios prohibitivos”, en referencia al Bar Tickets o el restaurante Ikibana.
Frente común vecinal y transversal
De esta manera, el encuentro del 26 de abril, promovido y diseñado por la asociación de urbanismo y arquitectos Raons Públiques, sirvió para que entidades de diferentes tradiciones y sectores compartieran sus relatos sobre la avenida. Hasta ahora, las comisiones de seguimiento no habían logrado tener un espacio de encuentro tan transversal. Y es que durante el debate intervinieron desde la empresaria y presidenta de la FEM, hasta activistas anticapitalistas, pasando por plataformas más moderadas como la Coordinadora d’Entidades del Poble-sec, la Unió de Veïns del Poble-sec o l’Associació de Veïns de Sant Antoni.
Según la asociación de urbanismo Raons Públiques, artífice del encuentro, “la capacidad que tengamos de forzar el replanteamiento del Pla Paral·lel dependerá solo de nuestra capacidad para organizarnos como ciudadanía crítica y activa, y eso pasa por continuar buscando espacios de discusión, debate y propuesta que hablen de las amenazas y las oportunidades que enfrentamos colectivamente”. Con el proceso de la Rambla del Poble Nou como agrupación transversal de entidades para forzar la apertura de un proceso de diálogo con el Ayuntamiento, o el caso del barrio de Gamonal; el objetivo es ahora encontrar un acuerdo de mínimos para tratar de influir en la aplicación final del Pla Paral·lel. Con esta misión, el próximo 11 de mayo habrá una segunda edición del encuentro donde cada grupo expondrá sus condiciones para mejorar el proyecto. La cita será a pie de calle, la mejor forma según los convocantes, de que el resto de vecinos que todavía no se han enterado o involucrado en el proceso se sientan interpelados.