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Cinco imágenes para cinco diadas que rompieron moldes

Barcelona volverá a vivir este lunes su mayor manifestación anual con motivo de la Diada Nacional de Catalunya. El 11 de septiembre siempre ha sido una fecha de conmemoración política en Catalunya, pero desde hace 5 años, cuando se convirtió en el día independentista por excelencia, las manifestaciones han asombrado al mundo por la colosal movilización de la sociedad catalana y el civismo con el que se han desarrollado.

Repasamos con imágenes cómo han evolucionado las manifestaciones independentistas, que tienen como antecedente directo la marcha del 10 de julio de 2010, en protesta por la sentencia contra el Estatut de Catalunya.

2012: La inesperada

La Diada de 2012 fue el punto de eclosión de varias luchas independentistas que habían venido desarrollándose en Catalunya, como las consultas populares comenzadas en 2009 en Arenys de Munt. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) estaba recién constituida, pese a lo cual, junto a Òmnium Cultural consiguió convocar a cientos de miles de catalanes por el centro de Barcelona.

La movilización desbordó cualquier previsión y se convirtió en el nacimiento oficial del independentismo catalán moderno. Generó además una cascada de reacciones políticas de tal magnitud que llevó al president de la Generalitat, Artur Mas, a anunciar unas elecciones en clave plebiscitaria solo dos semanas después. El 'procés' había nacido. 

2013: La Vía Catalana

Durante buena parte del año 2013 los partidos favorables al derecho a decidir, entonces CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP, habían venido negociando la mejor formula para realizar una consulta. No pondrían fecha y pregunta para ella hasta diciembre de 2013, pero la idea referendaria comenzaba a enraizar en la sociedad catalana.

Tras el inesperado éxito de la convocatoria anterior, la ANC y Òmnium diseñaron para 2013 una Diada que rompía el esquema de las manifestaciones clásicas. La fórmula de movilización fue copiada del independentismo báltico. Se trataba de formar una cadena humana que recorriera el territorio catalán de punta a punta. Se consiguió gracias a una participación que la Generalitat estimó en 1,6 millones de personas, que unieron sus manos entre Le Perthus, en el extremo francés, hasta la localidad valenciana de Vinaròs.

2014: La V que “puso las urnas”

“President, posi les urnes” (president, ponga las urnas) fueron las palabras con las que la entonces presidenta de la ANC, Carme Forcadell, empujó a Artur Mas a celebrar el proceso participativo del 9 de noviembre de aquel año. Aquel se convirtió en el grito de las millones de personas que llenaron las calles Diagonal y Gran Vía del centro de Barcelona, formando una V kilométrica que sorprendió al mundo por su tamaño y por su sincronización norcoreana.

La de 2014 fue un verdadero acto de fuerza que, por primera vez con tanta claridad, no interpelaba a los gobernantes españoles o a la comunidad internacional, sino directamente a la Generalitat catalana para que hiciera efectivo su derecho a decidir.

2015: La Meridiana electoral

Si la Diada de 2014 se caracterizó por capacidad de la sociedad civil de presionar al Govern, la Diada de 2015 fue exactamente lo contrario. Con unas elecciones en clave plebiscitaria convocadas para el 27 de septiembre, la avenida Meridiana de Barcelona se convirtió en el escenario del primer gran acto electoral del Junts pel Sí, la coalición entre CDC y ERC que se alzaría con la victoria en las urnas.

Fue una de las movilizaciones más vistosas y la que los organizadores han considerado más multitudinarias. Fue, también, el día que conocimos a Gabriel Rufián, que hizo uno de los parlamentos, el día en el que la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, rechazó acudir a la manifestación por considerarla partidista y la primera Diada en la que Carme Forcadell no participaba como presidenta de la ANC sino como número dos de la lista de JxSí.

2016: La descentralizada

La última Diada fue la primera en la que no se apostó por la concentración tan multitudinaria como fuese posible sino por hacer varias manifestaciones en diversos puntos de Catalunya. Hubo marchas, además de en Barcelona, en Lleida, Tarragona, Salt y Berga, cuatro ciudades que vivieron la manifestación más numerosa de su historia. Pese a los rumores de que el diseño descentralizado servía a los organizadores para esconder una eventual baja participación, todas las ciudades vivieron manifestaciones muy concurridas.

En cuanto al contenido político, la Diada de 2016 se caracterizó por una cierta zozobra respecto a la salud de la mayoría independentista, a dos semanas de la cuestión de confianza anunciada por Carles Puigdemont, donde pondría su cargo a disposición de los diputados tras sus desacuerdos con la CUP. Finalmente, las formaciones independentistas superaron sus desavenencias tras introducir en sus planes un referéndum de autodeterminación que, meses después, quedaría fijado para este 1 de octubre.