El independentismo aleja la idea de investir a Puigdemont tras la advertencia penal del Constitucional
Por pocas opciones que haya, la idea de investir a Carles Puigdemont nunca ha salido del todo del tapete sobre el que las formaciones independentistas diseñan su estrategia. Pero, tras los dos reveses jurídicos que Tribunal Constitucional y Consejo de Garantías Estatutarias asestaron a la vía Puigdemont este jueves, tanto JxCat como ERC se han resignado este viernes a enfriar un segundo intento de investidura del president cesado.
En ERC nunca ha entusiasmado la idea de investir a un Puigdemont ausente de las instituciones catalanas, aunque durante los últimos cuatro meses han aceptado de mejor o peor grado que deberían apoyarlo. Pero, en JxCat, algunos sectores siempre han apostado por esta opción, mientras que otros que se habían abierto a otros candidatos volvieron a formular el nombre del líder después de que el Supremo vetara dos veces la candidatura de Jordi Sànchez y metiera a Jordi Turull a prisión en medio de su debate de investidura.
Este jueves sin embargo el Tribunal Constitucional admitió a trámite el recurso que el Gobierno central había interpuesto el pasado 26 de enero contra la candidatura de Puigdemont. En esta decisión, además de declarar nulo cualquier acto que desarrolle la candidatura suspendida, anula preventivamente los actos que “reproduzcan” el elemento suspendido.
Es decir, el Constitucional advierte penalmente a la Mesa y en concreto al presidente del Parlament, Roger Torrent, de una posible querella por desobediencia si vuelven a proponer a Puigdemont a la investidura. Con ello, cierran la última grieta por donde creen que podía colarse una candidatura del exinquilino del Palau.
En declaraciones a Efe, el portavoz de JxCat Eduard Pujol ha calificado la decisión del Alto Tribunal de “amenazas” que “no llevan a ningún lado”. Pese a eso, también ha asegurado que su grupo no forzará a Torrent y la Mesa a desobedecer al tribunal, lo que da a entender que descartan volver a proponer a Puigdemont para la investidura. Con todo, Pujol ha asegurado que no se cierran a buscar fórmulas para investirlo, esquivando las prohibiciones judiciales.
Precisamente en estas vías alternativas para devolver a Puigdemont a la presidencia ha trabajado su grupo desde, al menos, febrero pasado, cuando registraron una reforma de la ley de la presidencia para permitir que un candidato pudiera ser investido a distancia. Esta reforma se votará en el pleno del próximo 4 de mayo pero, este jueves, el Consejo de Garantías Estatutarias dictaminó que el texto propuesto es contrario al Estatut y al Reglamento del Parlament.
El Consejo es un órgano consultivo y por tanto sus decisiones no son vinculantes, pero sí ofrecen argumentos jurídicos a los que los partidos pueden asirse. Eso es lo que ha hecho ERC este viernes, al considerar por boca de su diputado Ernest Maragall que ellos son contrarios a votar cosas diametralmente contrarias a lo que dictamina el órgano parlamentario. Como con la investidura del líder de JxCat, los republicanos siempre han sido reacios a la reforma legal para permitir investiduras a distancia. Ahora tienen, además, argumentos jurídicos.
La advertencia penal del TC y el varapalo jurídico del Consejo de Garantías ha venido a confirmar las dudas que diversos sectores del propio grupo de JxCat venían mostrando sobre si es posible una investidura de Puigdemont reconocida por el Estado. Esta semana fueron los presos del partido, Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, quienes conminaron al expresident a no bloquear la formación de Govern y de evitar elecciones. La llamada “opción D” -por ser la cuarta persona elegida por el independentismo para intentar ser investida- gana protagonismo.