Más de dos años después de abandonar el ministerio de Finanzas griego tras las arduas negociaciones con sus homólogos europeos, Yanis Varoufakis (Atenas, 1961) no ha dejado la política. Es uno de los fundadores del Movimiento por la Democracia en Europa 2025 (DiEM25), y esta semana ha visitado Barcelona para reunirse con Ada Colau o Gerardo Pisarello y empezar a preparar las elecciones al parlamento europeo de 2019. En plena crisis catalana, también ha presentado la propuesta de DiEM25 para la autodeterminación de regiones europeas.
¿Por qué cree que los exmiembros del Govern encarcelados son presos políticos?exmiembros del Govern encarcelados son presos políticos?
No hay ninguna duda de que son presos políticos porque están encarcelados por sus actividades políticas, no por robar un banco. La agenda política independentista se ve como una rebelión y una sedición por parte de las autoridades centrales del Estado. Personalmente creo que se han inventado estos cargos. Cualquier ley o cualquier constitución que permite encarcelar a ciudadanos por sus actividades políticas es débil y contraria a la lógica.
¿Cree que el conflicto en Catalunya versa más sobre derechos civiles?
No estoy aquí para apoyar o rechazar la independencia. Es un asunto de derechos civiles. Enviando a la policía a golpear a votantes el Gobierno central perdió la autoridad moral para hablar sobre la adecuación a la Constitución del proyecto independentista. Las situaciones de violación de la integridad física y moral de los ciudadanos y de violencia contra los votantes son vulneraciones intolerables de las libertades civiles.
¿Por qué cree que la cuestión catalana es un asunto europeo y no un asunto interno de España?
Porque Catalunya es parte de Europa.
La Comisión Europea discrepa y mantiene que es un asunto interno.
La posición sobre Catalunya de la Comisión Europea ha sido repulsiva y ha supuesto un golpe a su propia credibilidad y a los ideales europeos. Europa no sólo es un mercado común, supuestamente es un hogar común que protege los valores democráticos y las libertades civiles. ¿Si Hungría mañana penaliza la homosexualidad, Jean–Claude Juncker también dirá que es un asunto interno?
Me siento personalmente ofendido por la posición sobre Catalunya de Jean–Claude Juncker. Al final la Comisión Europea tiene dos varas de medir: critica con razón los cambios constitucionales en Polonia porque efectivamente no son un asunto interno, pero en el caso de España y Catalunya sí es un asunto interno
¿La UE actual es mas parte del problema que de la solución?
Sí, y no sólo en el tema catalán, también respecto a Grecia o el Brexit. Cada medida que han tomado autoridades europeas sobre una crisis europea ha contribuido a la desintegración de los ideales de ciudadanía y los valores europeos.
Su propuesta sobre Catalunya y la autodeterminación de regiones de la UE parte de un supuesto optimista: que la UE será proactiva en coordinar un referéndum si lo quiere la mayoría de una región. ¿Qué le hace pensar que la posición comunitaria cambiará de tratar estas cuestiones como un asunto interno a coordinar la posibilidad de romper un estado miembro?
Por la opinión pública. Las autoridades europeas no tienen la capacidad analítica ni la inclinación moral para hacer lo correcto, en España, Catalunya o Grecia. Por eso los ciudadanos europeos tenemos el deber de presentar propuestas constructivas sobre cómo debe funcionar una verdadera Unión Europea democrática. Esto es lo que buscamos en DiEM25.
¿Si algo ha demostrado la crisis griega no es que, precisamente, a las autoridades europeas les preocupa relativamente poco la opinión pública?
Sí les preocupa. Y les tendría que preocupar más si se dieran cuenta de las grandes críticas que están sufriendo entre los ciudadanos. En nuestras democracias occidentales, que son imperfectas, la única alternativa a la violencia y al descontento es el diálogo entre movimientos y ciudadanos. En el caso de DiEM25, queremos hacer propuestas constructivas, moderadas pero a la vez radicales, y que muestren a a la ciudadanía que las cosas se pueden hacer de una manera distinta, que hay alternativa.
¿Qué opina de la fuga de empresas que sufre Catalunya por la situación política?
La fuga de empresas puede ser dañina, pero eso es lo que pasa cuando hay un fracaso político como en Catalunya y en España. La cuestión está en que políticos y ciudadanos salgan del callejón sin salida, algo que no pasará si se actúa como si el problema no existiera. De ahí nuestra propuesta: establecer normas comunes en procesos de autodeterminación de regiones europeas para permitir a la gente expresarse como quiera. Si no se abordan las cuestiones políticas, aumenta el riesgo de que se conviertan en problemas que van creciendo hasta comportar daños económicos.
¿Ve un riesgo de recesión por la situación política?
Cuando hablamos de democracia y libertades políticas creo que la pregunta no tendría que ser si habrá recesión o no. Cuando la gente, en cualquier lugar del mundo, se levanta y protesta contra lo que considera ilegítimo, esto siempre tiene un coste económico. Nunca ha habido un proceso de emancipación nacional o de autodeterminación sin un coste económico.
Sin embargo, aunque comportaran pérdidas en términos económicos en el corto plazo, sin las huelgas y los conflictos sociales, ahora no tendríamos las libertades civiles que hoy damos por descontadas y sobre cuyas bases podemos discutir sobre la situación en Catalunya hoy.
¿En qué ha influido su experiencia de gobierno en Grecia a la hora de impulsar DiEM25?
Mi lección de los eventos de 2015 fue que el Eurogrupo y el Banco Central Europeo tienen una visión sobre lo que pasa y lo que necesita Europa, con la que yo no estaba de acuerdo. Pero los progresistas no la tenían y los partidos políticos tampoco. Por eso necesitamos un movimiento paneuropeo, con una agenda paneuropea.
Los partidos políticos nacionales están cada vez más limitados, por no decir obsoletos, cuando los problemas a los que nos enfrentamos son comunes y sistémicos. Desde el punto de vista griego, es imposible resolver la crisis bancaria y de deuda griega cuando la italiana está sin resolver. Por eso DiEM25 es un movimiento europeísta, no queremos la desintegración de Europa: si la crisis es europea y sistémica, necesitamos soluciones europeas y sistémicas.
Entiendo que me está diciendo que desde una parte no se puede cambiar el todo.
Se puede hacer una comparación con el cambio climático: para resolverlo necesitas acciones locales, pero las acciones locales no son suficientes. DiEM25 quiere ser un movimiento de ciudadanos, ciudades, regiones, estados y paneuropeo. Necesitamos operar en todos los niveles, y que cada una de las medidas de las alcaldías o las regiones se inserten en una estrategia europea.
¿En qué posición queda el estado nación tradicional en su movimiento?
Juncker afirma que la UE es una unión de gobiernos y estados, y nosotros creemos que esta es una de las razones por las que la UE ha fracasado en su gestión de la crisis socioeconómica. El gran vacío democrático actual de la UE hay que rellenarlo repensando Europa como una unión de vecinos, ciudades, regiones y estados, por supuesto. La UE ha descuidado todos estos niveles salvo el de los gobiernos estatales. Nosotros queremos integrarlos todos.
¿DiEM25 buscará pactos con los partidos socialistas europeos para cambiar Europa?
Los partidos socialistas ya no existen, son dinosaurios desde que fueron cooptados por el sector financiero en los años 90. Cuando colapsó la burbuja financiera, los partidos socialistas colapsaron con ella, por su complicidad y sus vínculos con la banca, y ahora están instalados en la irrelevancia.
Para estar instalados en la irrelevancia, los socialistas gobiernan con Ada Colau en Barcelona, y en solitario en ciudades como Londres o París.
Mantengo que son más reminiscencias del pasado, no son significativos. Es como decir que porque existen algunos monárquicos en Francia, los monárquicos franceses son relevantes.
¿Cómo abordará el movimiento DiEM25 el auge de la extrema derecha en Europa?
En DiEM25 nos oponemos al nacionalismo y trabajamos por una Europa abierta. Nuestro análisis es que la mayor crisis del capitalismo y el sistema monetario europeo dio lugar a políticas de austeridad y rescates que agravaron la crisis. Los monstruos de extrema derecha nacionalista se presentan a sí mismos como oponentes del establishment. Pero en realidad son cómplices. Macron y Le Pen o Juncker y Alternativa por Alemania se necesitan y se alimentan mutuamente. Creamos DiEM25 para luchar contra ambos porque son dos caras de la misma moneda.