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El proyecto de inversión en cannabis JuicyFields colapsa y deja miles de inversores atrapados

Alan Glanse fue CEO de JuicyFields hasta el pasado mayo, cuando abandonó el proyecto

Pol Pareja

15 de julio de 2022 18:21 h

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Un bufete de abogados en Venezuela y una empresa farmacéutica alemana colgaron en su web el pasado miércoles un comunicado similar. Aseguraban que no tenían nada que ver con JuicyFields, un sistema piramidal de inversión en cannabis que garantizaba a sus clientes rentabilidades de hasta el 66% en apenas tres meses. 

Empezaba a derrumbarse el castillo de naipes sobre el que se había construido este proyecto, cuyas malas prácticas desveló elDiario.es y que hasta la fecha había atraído a decenas de miles de inversores en todo el mundo. Todos ellos han visto ahora como los responsables de la compañía se han esfumado y sus ahorros han desaparecido.

JuicyFields permitía, en un par de clics y sin solicitar un solo documento de identidad, invertir hasta 180.000 euros mediante transferencia bancaria o criptomonedas. La inversión se destinaba, supuestamente, a cultivar plantas de marihuana en empresas autorizadas legalmente. Al cabo de 108 días se cosechaba la planta, se vendía y se devolvía el dinero invertido con unos intereses que oscilaban entre el 33 y el 66%. La empresa llevaba años funcionando y generando beneficios a sus inversores, a pesar de que distintos expertos alertaron de que podía tratarse de una estafa piramidal.

El comunicado publicado por el bufete de abogados y la farmacéutica fue el principio de unos días frenéticos, en los que los inversores han ido siguiendo en directo cómo el proyecto colapsaba y los responsables y trabajadores de la empresa intentaban esfumarse.

El lunes se mandó un comunicado a los inversores asegurando que una parte de los trabajadores estaban en huelga. Después se congelaron las retiradas de efectivo y aseguraron que la suspensión solo duraría 48 horas. El miércoles se eliminaron todas las redes sociales de JuicyFields así como los grupos de Telegram -moderados por empleados de la compañía- donde estaban todos los inversores. El jueves se conoció la renuncia del CEO, Willem van der Merwe, después de menos de dos meses en el cargo. 

Pocas horas después llegaba la alarma definitiva: los inversores ya no pudieron acceder más a su cuenta personal en la web, donde figura el saldo que tiene cada inversor y el estado de sus plantas. Decenas de clientes consultados coinciden en el mismo temor: todos ven llegar el ‘exit scam’, lo que vendría a ser la consumación de la estafa huyendo con todo el dinero.

Las pérdidas son mayúsculas y suman millones de euros. Hay miles de clientes atrapados en España, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos, Francia, Colombia, Venezuela, México… Algunos afectados explicaban esta semana en conversación telefónica que habían invertido más de 50.000 euros en la plataforma. Otros, como Juan (pide no revelar el apellido) aseguraban que habían llegado a pedir un crédito para invertir en JuicyFields y ahora no sabían cómo explicar en casa que todo el dinero había desaparecido. 

“Entré hace un año con 1.000 euros y a los cuatro meses retiré más de 1.500”, señalaba este inversor en conversación telefónica. Explicaba que tras el éxito de la primera operación reinvirtió todo su dinero y volvió a salir bien. “Al final en abril pedí un crédito de 20.000 euros y lo puse todo en JuicyFields”, remachaba. Afirma que su objetivo era lograr 100.000 euros para la entrada de un piso y entonces retirarse de la inversión. 

Los clientes de Juicy Fields han estado toda la semana esperando que todo se arreglara mientras los responsables de la empresa intentaban ganar tiempo asegurando que los problemas se solucionarían en 48 horas. Todo el mundo especulaba con un mensaje de la dirección que calmaría las aguas, sin que haya llegado finalmente. Ahora mismo nadie sabe quién está al mando de JuicyFields, si es que hay alguien.

Los inversores están en contacto en grupos de Telegram recién creados y algunos usuarios aseguran que ya han presentado denuncias ante la Policía. Al grupo en español se han apuntado ya más de 6.000 afectados en apenas tres días y la mayoría de mensajes dan fe de hasta qué punto se ha extendido el pánico entre ellos. 

Una empresa sospechosa

En un reportaje publicado a principios de mayo, elDiario.es desveló todas las falsedades e incongruencias que presentaba esta compañía así como el uso de cuentas bancarias en paraísos fiscales. Distintos reguladores europeos -de España, Países Bajos y Alemania- alertaron entonces de que el proyecto era un “posible fraude” y recomendaban no invertir en él.

La empresa, sin embargo, seguía gastando miles de euros en campañas publicitarias, eventos y fiestas de lujo con Lamborghinis alquilados en un intento de seducir a nuevos inversores que pudieran quedar iluminados por el estilo de vida ostentoso de sus directivos.

Este periódico también desveló que muchos acuerdos comerciales que había anunciado JuicyFields con grandes empresas del sector resultaron ser falsos, y algunas multinacionales aseguraron que nunca habían tenido ningún trato con la compañía, cuya sede social ha ido cambiando constantemente a lo largo de los últimos dos años. El proyecto ha demostrado ser un esquema piramidal de manual, pero esta vez revestido del atractivo que supone para muchos inversores un sector en auge como el del cannabis.  

La deriva de los últimos meses de la empresa, especialmente después de la publicación del reportaje en elDiario.es, ya indicaba que el proyecto podía colapsar. El anterior CEO Alan Glanse dimitió a finales de mayo. Después dimitió el director de operaciones, Shlomo Booklin. El jefe de desarrollo de negocio, Daniel Gauci, también renunció a principios de julio. Durante la última semana una docena más de empleados han eliminado sus perfiles en las redes sociales. El responsable de la web, Michael Spring, actualizó su LinkedIn el viernes y borró todas las referencias a JuicyFields: ahora asegura que lleva años trabajando en Media Markt.

A pesar de la sangría de dimisiones, durante los últimos meses la compañía ha intentado reflejar que seguía creciendo desmesuradamente: publicitaba nuevos acuerdos comerciales con empresas, anunciaba haber llegado al medio millón de clientes e incluso presentó un concurso de “estrategia de negocio” entre los inversores en el que el ganador obtendría 250.000 dólares. Todo era humo.

Este periódico ha intentado contactar con JuicyFields. En la oficina de Valencia nadie responde y un contestador señala que el buzón de voz está lleno. La antigua directora de comunicaciones, Zvevda Lauric, nos remitió el miércoles al CEO, Willem van der Merwe, que dimitió al día siguiente y no respondió. Lauric cambió entonces de versión y este viernes aseguraba que ella hace más de un mes que no trabaja en la empresa. 

“No hemos recibido más comunicados oficiales ni hay un portavoz oficial”, señala ahora en un comunicado. “Muchas personas crearon otros grupos en Telegram donde se generó pánico y dan noticias que no sabemos si son ciertas”.

¿Quién está detrás de la estafa?

Un manto de misterio sobre los auténticos propietarios de esta compañía ha rodeado el proyecto desde sus inicios. Nadie sabía exactamente de quién era JuicyFields y los distintos CEO insistían en que ellos no eran propietarios de la compañía. “La empresa está en manos de varios inversores”, aseguraban sin precisar ante las preguntas de este periódico el pasado abril.

Durante la última semana la empresa ha contribuido a sembrar la confusión desde su web, intentando eliminar el rastro de todas las personas que aparecían con su nombre y apellido en la página de la compañía. 

El miércoles la página en la que figuraba el equipo de JuicyFields fue eliminada y no era posible acceder y comprobar los nombres de sus responsables. Al cabo de pocas horas volvió a estar activa, pero todos los antiguos directivos habían sido eliminados y la página señalaba a dos hermanos como copropietario y abogado respectivamente de la compañía. A su vez, facilitaba un número de teléfono para localizarlos. 

Los hermanos son Stefan y Friedrich von Luxburg, supuestamente vinculados a la realeza luxemburguesa. El primero figura en el registro mercantil suizo como presidente de una empresa matriz del proyecto, llamada JuicyFields AG. Según el mismo registro suizo, hasta 91 otras sociedades están vinculadas a esta compañía. Friedrich es un abogado que preside un bufete jurídico en Venezuela llamado Luxburg Carolath, que es el mismo que ha mandado un comunicado esta semana desvinculándose de JuicyFields.

En un mensaje por WhatsApp a elDiario.es, ambos hermanos han asegurado ser víctimas de una estafa y señalan que publicarán un comunicado oficial “durante los próximos días”. Esta redacción no ha podido comprobar si las personas con las que ha hablado son efectivamente Stefan y Friedrich von Luxburg.

Tampoco la farmacéutica alemana que ha colgado un comunicado desmarcándose de JuicyFields ha respondido a las peticiones de comentario. La compañía asegura ahora que no tiene nada que ver con JuicyFields pero a finales de marzo anunció un acuerdo de 2,5 millones de euros con el proyecto de inversión en cannabis, según se puede comprobar en una versión antigua de su web.

Todo lo que rodea a JuicyFields, ya muy opaco desde el principio del proyecto, se ha envuelto ahora en una nebulosa todavía más espesa. Lo único que parece claro es que miles de pequeños inversores han sido estafados y no van a recuperar su dinero.

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