El nuevo ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, se estrenó en el cargo esta semana cerrando un acuerdo con los sindicatos de Renfe y Adif para evitar la huelga que habían convocado los trabajadores por el traspaso de Rodalies a la Generalitat. Antes de sentarse a hablar con ellos, Puente ha desvelado que llamó al president catalán, Pere Aragonès, para informarle de los términos de la propuesta que les iba a hacer a los empleados de Renfe y Adif y obtener su “visto bueno”, en tanto que fue con ERC con quien el Gobierno pactó transferir de los trenes de cercanías.
“Le expliqué qué íbamos a hacer y me dio su visto bueno”, ha insistido el ministro en una entrevista en Rac1. “No haremos ninguna deslealtad con nuestros socios, habrá transparencia”, ha añadido.
La huelga de los trabajadores de Renfe y Adif estaba prevista para los días 24 y 30 de noviembre y 1, 4 y 5 de diciembre, y había supuesto ya la suspensión de más de 1.500 trenes de alta velocidad y media distancia, así como algunos de cercanías. La razón detrás del paro era el acuerdo del PSOE con ERC para traspasar Rodalies a la Generalitat, dado que conlleva la creación de una nueva empresa pública mixta –participada por Gobierno y Govern– que hace temer a los empleados un cambio de condiciones laborales.
Puente ha asegurado que los trabajadores tendrán “todos sus derechos garantizados” y ha insistido que el traspaso se hará “de acuerdo con la ley”. “Cuando se constituya la nueva sociedad pública y se hagan las convocatorias de empleo, los trabajadores podrán elegir; es un proceso normal de conformación de una empresa pública nueva, con los mismos derechos laborales para los empleados”, ha añadido, para luego argumentar que como alcalde de Valladolid tiene experiencia en creación de empresas públicas, como la de agua o servicios funerarios.
Entre los detalles del acuerdo, destaca el compromiso de que los trabajadores integren las mesas de negociación y mantener sus condiciones sociolaborales durante el proceso.