La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Barcelona habría evitado 250 muertes y 1.500 ingresos hospitalarios si cumpliese los límites de contaminación recomendados por la OMS

Si se cumpliesen los límites de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se habrían evitado 250 muertes y casi 1.500 ingresos hospitalarios sólo en la ciudad de Barcelona. Así lo han indicado durante sus intervenciones la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, y la comisionada de Salut, Gemma Tarafa.

El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado un nuevo informe realizado junto a la Agencia de Salud Pública de Barcelona sobre el impacto a corto y largo plazo de la contaminación sobre la salud de las personas.

El estudio calcula que la superación de los 40 μg/m3 diarios de dióxido de nitrógeno (NO2) que recomienda la OMS como límite ha provocado durante el periodo 2006-2016 la muerte de 90 personas cada año y la hospitalización de 67 por causa cardiovascular. La superación de los 10 μg/m3 diarios de partículas en suspensión PM2,5 que también indica la OMS ha provocado 162 muertes por causa cardiovascular y 1.386 urgencias por enfermedad respiratoria. Lo que suma 250 muertes cada año y 1.500 ingresos.

Afirman esta correlación después de observar, por ejemplo, que la mortalidad aumentó un 40% durante los cuatro días de “episodio por partículas PM19” en febrero de 2016. Añaden además que, “aunque la contaminación en Barcelona exista durante todo el año, los episodios empeoran claramente la salud”.

Durante la presentación, han remarcado que estas cifras podrían ser mucho mayores ya que sólo se han tenido en cuenta dos contaminantes concretos y unas causas de mortalidad limitadas. Han explicado además que los datos para realizar el estudio se han recogido de las 11 estaciones de medida que había en la ciudad y también se ha tenido en cuenta la mortalidad, los ingresos hospitalarios y las visitas a los servicios de urgencias. Para afinar aún más las cifras, estos indicadores se han cruzado con variables como la temperatura, el día de la semana, la estacionalidad, los nivel del alérgeno de la soja o la presencia de la epidemia de la gripe.

Una de las principales conclusiones del trabajo es que el impacto de la contaminación en la ciudad de Barcelona es más importante por la exposición prolongada a los niveles de contaminación, y no durante los episodios en los que se registran picos máximos. Por ejemplo, un estudio había estimado que la mortalidad global en la ciudad por culpa de la exposición a la contaminación a largo plazo, más allá de enfermedades cardiovasculares o respiratorias, podría cifrarse en unos 650 defunciones durante el año 2012.

Al cruzar las cifras de calidad del aire durante los años 2013 y 2015 con la mortalidad global de la población de más de 30 años se ha visto que sólo reduciendo en 1 μg/m3 la concentración media de NO2 se habrían evitado 59 muertes al año. Si esta reducción hubiese sido de 5 μg/m3 se habrían evitado 295 muertes. Las cifras al reducir la concentración media de PM10 también habría disminuido. En 88 muertes menos con 1 μg/m3 menos y hasta 436 menos si la reducción hubiese sido deμg/m3.

La población que se ve más afectada son los niños, la gente mayor, las personas con enfermedades cardiacas o pulmonares, personas con asma o las mujeres embarazadas. Además, las enfermedades que se ven más perjudicadas por la inhalación de estos contaminantes son el asma, la enfermedad pulmonar crónica, la pneumonía, la insuficiencia coronaria y la insuficiencia cardiaca, la diabetes o la hipertensión arterial.

Tarafa cree que para combatir la contaminación es necesario fijar “medidas estructurales y continuadas” ya que son “clave para evitar muertes por contaminación en la ciudad” por tener “un impacto mucho más grande que las puntuales”.

El 1 de diciembre entran en vigor restricciones de circulación en Barcelona

La presentación de este informe se realiza sólo dos días antes de la entrada en vigor de las restricciones de circulación. A partir del 1 de diciembre los vehículos que no dispongan de la etiqueta ambiental de la DGT no podrán circular durante los episodios de contaminación por dióxido de nitrogeno (NO2) ni dentro la zona de bajas emisiones de lunes a viernes de 7.00 a 20.00h. En años posteriores, las restricciones se irán ampliando progresivamente hasta llegar a ser permanentes a partir de 2020.

Por ahora, las restricciones se aplicarán sobre los vehículos de gasolina anteriores al 2000 y los diesel anteriores al 2006, excepto en los camiones, autocares, motos, autobuses y furgonetas Euro 1, Euro 2 y Euro 3. Los vehículos de emergencia, los de personas con movilidad reducida o los de servicios esenciales podrán circular siempre.

Janet Sanz ha declarado que el objectivo de tales actuaciones contra la contaminación es “salvar vidas y construir una ciudad saludable conjuntamente entre la administración y los vecinos ya que el derecho a la salud es fundamental y prioritario”.

Más ataques de corazón en días de alta contaminación

El cardiólogo e investigador del Hospital Vall d'Hebron, Jordi Bañeras, explicaba en rueda de prensa que los días de más contaminación hay más ataques de corazón graves y más muertes por infarto. El estudio lo ha realizado el Hospital Vall d'Hebron y el CIBER, el Centro de Investigación Biomédica en Red, y se ha publicado en la revista científica “International Journal of Cardiology”.

Este es el primer estudio que demuestra que la contaminación contribuye a la mortalidad durante las 24 horas después de un infarto. También es el primero que relaciona la contaminación con una incidencia más grande de fibrilaciones ventriculares. Concluye que reduciendo las partículas en suspensión sólo dos micras y media en la ciudad de Barcelona se evitarían cada año 19 infartos de miocardio y se reducirían casi un 8% las muertes durante las primeras 24 horas después de un infarto. Las cifras no son del todo significativas, se justifican los investigadores del estudio, porque no se han tenido en cuenta las personas que morían por infarto de miocardio antes de ser atendidas.

Las cifras en las que ha basado el estudio son de los años 2010 y 2011 en Catalunya. Aún así, según Bañeras, las conclusiones pueden aplicarse al momento actual porque los niveles de contaminación no han variado desde entonces.

Ciudades del estado firman un manifiesto conjunto por la acción climática

Justamente ayer las ciudades de Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza, Alcalá de Henares y Fuenlabrada promovían el “Manifiesto por la acción climática” que denuncia la inacción y las barreras del Gobierno. Dicho Manifiesto podrá ser adoptado por parte de los miembros de la Red de Ciudades por el Clima.

Las ciudades reclaman al Gobierno del Estado que de forma urgente asuma todos los compromisos necesarios para afrontar el cambio climático, puesto que tiene la obligación de priorizar la salud de la ciudadanía, y tiene competencias claves en ámbitos estratégicos como el energético y el transporte. Exigen también una ley de cambio climático que establezca límites y promueva la simple sustitución de los combustibles fósiles por energías renovables para lograr escenarios que permitan reducir la huella de carbono en la dimensión y en los tiempos requeridos.

Lo hacen porque consideran que el Gobierno actualmente “dificulta la autogeneración y la promoción de las energías renovables, continúa apoyando a la producción de carbón, no considera prioritaria la lucha contra la pobreza energética y no permite avanzar en la transición hacia la soberanía energética, factor clave en la lucha contra el cambio climático”. Además de, en el caso catalán, impugnar y llevar al Tribunal Constitucional la Ley del Cambio Climático catalana.

Estas reflexiones vienen después de que la semana pasada se celebrase en Bonn, Alemania, la cumbre mundial sobre el cambio climático, GOLPE23. Fue allí donde se resaltó la importancia de las ciudades en la lucha contra el cambio climático ya que es en ellas donde se generan el 70% de las emisiones de gases con efecto de invernadero.