El tribunal acuerda que la denunciante de Dani Alves declare a puerta cerrada para protegerla
La población no podrá escuchar ni ver los alegatos Dani Alves en su juicio por agresión sexual. Así lo ha decidido este jueves el tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, que ha acordado una serie de medidas para proteger a la denunciante del caso durante el juicio por agresión sexual que se celebrará entre el próximo lunes y el miércoles.
En un auto, el tribunal rechaza la petición de la Fiscalía y la acusación particular de la denunciante, que habían pedido que todo el juicio se celebrara a puerta cerrada, esto es, sin que los medios de comunicación pudieran presenciarlo. Finalmente, la única parte de la vista que los medios no podrán ver será la declaración de la víctima, prevista para el lunes.
El tribunal conjuga el interés mediático que ha suscitado el caso con la “adecuada protección” de la denunciante con varias decisiones: sí permite a los medios seguir las sesiones del juicio –salvo la declaración de la denunciante–, pero les prohíbe grabarlas y difundir imágenes o sonido de las mismas.
En la práctica, ello se traduce en que el público sí podrá leer en la prensa escrita o en Internet las palabras de Dani Alves y de los testigos, pero que no podrá oír su voz. La decisión del tribunal es menos restrictiva que la de otros juicios mediáticos de violencia sexual: en el de 'la manada' de Pamplona todas las sesiones salvo las conclusiones finales de las partes fueron a puerta cerrada.
Cuando declare en el juicio, la denunciante estará separada de Alves por un biombo para evitar que haya contacto visual entre ellos. Para garantizar la protección y la intimidad de la joven, los magistrados también han ordenado que todas las personas que intervengan en el juicio (el propio Alves, abogados, testigos y peritos) se refieran a ella como “la denunciante”, sin decir su nombre ni apellidos.
Los jueces prohíben “expresamente” la divulgación o publicación relativa a la identidad de la denunciante o datos que puedan facilitar su identificación “de forma directa o indirecta”, después de que la madre de Alves los difundiera.
Aunque se hará a puerta cerrada, la declaración de la mujer se grabará como prueba, y “para evitar que con posterioridad se pueda filtrar su imagen o su voz”, la grabación se hará con la voz distorsionada y la imagen pixelada. Tampoco se podrán tomar imágenes de la denunciante o sus familiares cercanos que declaren en el juicio.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el futbolista, al que acusa de un delito de agresión sexual, y que indemnice a la víctima con 150.000 euros, mientras que la acusación particular ejercida por la víctima solicita que se le condene a doce años, la pena máxima por violación. Alves, por su lado, solicita la absolución y, en caso de condena, que se le aplique una atenuante por ir borracho.
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