La mancomunidad, fórmula prevista para que los pueblos de la cabecera del Tajo participen en la Comisión del Trasvase

Para que los municipios ribereños de la cabecera del Tajo puedan formar parte de  la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, donde se fijan las normas y se proponen las derivaciones de agua desde este río hacia Levante, estos pueblos deberán constituirse como un ente propio. La fórmula prevista es la de mancomunidad, tal y como el secretario de Estado de Medio Ambiente, ahora en funciones, Hugo Morán, les comunicó hace casi un año, durante una reunión en el Ministerio para la Transición Ecológica.

El compromiso para que esta veintena de pueblos tuvieran voz en la Comisión fue adquirido entonces, pero esta semana ha sido ratificado en la reunión de la ministra en funciones, Teresa Ribera, con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Gacía-Page. Entre otros anuncios, se confirmó esta participación. Ahora queda por delante que los pueblos se constituyan en mancomunidad y nombren a su representante.

Según explica el nuevo vicepresidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Borja Castro, ahora este colectivo está a la espera de que se conforme el nuevo gobierno central. Antes de convertirse en mancomunidad, algo que “atiende a cuestiones de voluntad si estamos todos de acuerdo”, deben tener garantizado el apoyo del nuevo Ejecutivo.

La primera vez que habrá este tipo de representación

“Para que se haga efectiva nuestra participación, nuestro reconocimiento como cuenca cedente, debemos contar con el Ministerio y con el Gobierno regional”. Porque sería la primera vez que una representación de este tipo tenga voz en el órgano que decide los trasvases El inicio de los trámites coincide también con una nueva Junta Directiva de la Asociación. “Trabajamos con un camino ya hecho durante muchos años, pero hay que seguir trabajando”.

Este colectivo también se congratula de que en la reunión con la ministra se haya aprobado un nuevo plan de desarrollo para el abastecimiento de agua de estos pueblos, muchos de ellos con camiones-cisterna, “mientras que en las cuencas receptoras hay agua tirada por tuberías y utilizada en regadíos ilegales”. De hecho, el vicepresidente de la asociación recuerda que el problema va mucho más allá, ya que la falta de agua ha provocado una “enorme” despoblación en la zona.  

Pero ante todo, Borja Castro afirma que los pueblos ribereños no “perderán de vista” el objetivo final, que es conseguir que los pantanos de Entrepeñas y Buendía alcancen un 40% de su capacidad como mínimo trasvasable, y que, tal y como se compromete el Gobierno de España, se potencie la desalación de agua en Levante para ir acabando con los trasvases, y dejen de ser una “opción recurrente”.