Alud de denuncias por trato “vejatorio” y falta de personal y de higiene en una residencia de Calp

La residencia de la tercera edad La Saleta, en Calp, está en el ojo del huracán. En los últimos meses familiares de diferentes internos han presentado numerosas denuncias en las que ponen en conocimiento de las autoridades que el servicio prestado está muy lejos de lo esperable. En ellas, aluden a un trato “vejatorio y denigrante” a los ancianos, a una alimentación deficiente o una falta de higiene alarmante. Todo ello con un nexo común: la falta de personal parece estar, dicen, detrás de todos esos problemas. Las quejas y denuncias son múltiples: ante el propio centro, ante el Ayuntamiento de Calp, ante la Generalitat Valenciana, en la Policía Nacional y en la Guardia Civil, en Salud Pública… La Conselleria de Sanidad acaba de abrir una investigación.

Las diferentes reclamaciones y denuncias (este periódico ha tenido acceso a varias de ellas) ponen de manifiesto el descontento general de los familiares con una residencia que es privada, pero tiene una reserva de plazas públicas concertadas a precio más reducido. El coste anual de las plazas privadas ronda los 1.700 euros; el de las subvencionadas, los 800, aunque esta cuantía varía según la renta y el grado de dependencia. Sin embargo, señalan, el servicio que reciben los usuarios dista bastante de cubrir esos costes.

Aportan las denuncias, imágenes que respaldan sus quejas y también vídeos como el siguiente, en el que se ve una rata campando a sus anchas por las instalaciones. Aseguran que era común este verano. Afortunadamente, esa zona se limpió y el problema parece haber acabado.

Lo que persisten son las quejas por una deficiente alimentación o higiene. Los familiares dicen que se sirven platos “quemados o fríos”, o sopas deshidratadas de sobre.

En cuanto a la higiene, varios familiares denuncian que en ocasiones han encontrado a sus familiares con ropa en mal estado y de otras personas. Y no sólo en la ropa hay equivocaciones. También se producen a menudo con la medicación, aseguran.

Los familiares aportan también, como prueba de esa falta de higiene, un parte del hospital de Dénia que muestra cómo una anciana con alzheimer que fue enviada por la residencia a hacerle una colonoscopia fue devuelta sin hacerle la prueba “por evidenciar heces sólidas y formes en pañal y ampolla rectal”.

Las denuncias

Este periódico ha tenido acceso a varias de las denuncias presentadas, cada una por personas diferentes. A continuación se reproduce el contenido de algunas de ellas:

“Hemos tenido que dar la cena a los pacientes los familiares” (7/7/2018)

Hoja de reclamaciones presentada ante la Generalitat. “Falta personal para atender la planta de asistidos desde hace mucho tiempo. Hoy hemos tenido que atender a los residentes los cuatro familiares que estábamos, dar la cena, acostarlos, sólo había un auxiliar para 20 personas, hemos tenido que llamar a la Policía porque decían que no había libro de reclamaciones. Según la Policía, en toda la residencia hay tres personas para atender 90 personas. También sufrimos continuas equivocaciones con la medicación”.

“Trato denigrante y vejatorio” (9/7/2018)

Hoja de reclamaciones presentada ante la Generalitat. “Denunciar el trato denigrante y vejatorio a los internos asistidos o dependientes, presenciando el fallecimiento de los enfermos terminales, los cuales han sido mantenidos en la misma sala común y totalmente desastidos. Nula estimulación cognitiva: juegos, televisión (imágenes), compañía, servicio escaso de lavandería y faltan baberos y hay demora en la entrega de ropa. Acostarlos sin desvestir, confusión de prendas de diferentes enfermos. Cambios continuos de médico y caso omiso a las quejas y negación a entregar hojas de reclamación”.

Una anciana tirada en el suelo “para que escarmiente” (11/10/2018)

Atestado de denuncia en la Policía Nacional. “El dicente se persona para denunciar que el día y hora indicados ha ido a visitar a su madre [,,,] Al entrar al comedor ha visto a su madre tirada en el suelo llorando desconsoladamente, por lo que inmediatamente ha preguntado a las tres empleadas responsables del comedor que se encontraban allí presentes qué pasaba y por qué no atendían a su madre. Que una de ellas le ha respondido que su madre había golpeado a otra residente y que la habían dejado allí ”para que escarmiente“. Que la madre del declarante se encuentra en la última fase del alzheimer, por lo que no es consciente de la realidad, no reconociendo a sus propios hijos ni el lugar en el que se encuentra […] Que la misma empleada también llegó a decir que estaban ”quemadas“ porque cobraban poco y faltaba personal. Que las tres mujeres continuaron ignorando al dicente y a su madre mientras atendían al resto de residentes, debiendo de lavantarla del suelo él mismo para llevársela a la sala común. Que no es la primera vez que ocurren hechos de esta misma índole en ese centro. No le dan la medicación adecuada o cuando le corresponde, le ponen ropa descosida o rota que no es de ella, y que en ocasiones le dan de comer alimentos quemados o fríos. Que en una ocasión su hermana ha tenido que llevar a su madre a un hospital de Dénia para que le recetaran la medicación apropiada, ya que en el centro cambiaron de personal y no le daban la adecuada”.

“Cuando vas sin que lo sepan, mi padre está orinado hasta las axilas” (15/11/2018)

Queja ante la Generalitat. “Mi padre está en la planta de Dependientes, con alzheimer. A veces se quedan sin comer y sin cenar, por falta de personal. Cuando vas y ellos no lo saben, mi padre está orinado hasta las axilas. Le ponen ropa de otros familiares, y un familiar que tiene a su padre ingresado en Dénia, le han dejado allí para que termine su medicación, porque no se fían de La Saleta. Por favor, hagan algo antes de que ocurra una desgracia”.

La respuesta de La Saleta

Las quejas de usuarios han sido múltiples. Ante el Ayuntamiento de Calp, la Conselleria de Sanidad o la Policía. Pero también en el mismo centro, que ya mantuvo una reunión con los familiares. Hace sólo unas semanas, recibieron la respuesta de la empresa, en una carta en la que La Saleta admite problemas de funcionamiento, pero asegura que trabaja para solucionarlos.

El centro esgrime la necesidad de que “regrese a la normalidad lo antes posible”. Asegura que “el trabajo y el esfuerzo realizado por todos los profesionales en estos últimos meses son reales y así se nos ha trasladado de cara a una mejora continua”.