El Consejo de Europa ha concluido que su ya expresidente, Pedro Agramunt, incumplió su código ético y fue partícipe de una trama de corrupción promovida por el Gobierno de Azerbaiyán para lavar la imagen de este país, que entró a formar parte del organismo en 2001. A cambio, según la investigación, el también senador del PP se llevaba junto a otros cuatro socios regalos en forma de prostitutas, alfombras, relojes, caviar y dinero en efectivo.
Mientras gran parte de la sociedad cargaba contra Agramunt y su propio partido le abría un expediente, el PP valenciano callaba. Agramunt, antes de senador -cargo que acapara desde 1993- fue presidente del PP valenciano antes que Eduardo Zaplana. Cuando le cedió el testigo dio el salto a la Cámara Alta y se fue labrando una reputación en Europa.
Este lunes, la presidenta de los populares valencianos ha roto el silencio. Aunque apenas se ha escuchado. Isabel Bonig ha limitado su valoración a confirmar que “respeta” la decisión de Comité Nacional del PP que ha expedientado a Agramunt y que el partido debería seguir investigando.
El senador fue entrevistado por varios medios la pasada semana, cuando se conoció el informe, y en su charla con la Cadena Ser respondió que “ojalá yo pudiera hacer esas cosas” cuando le preguntaron por si había sido sobornado con prostitutas, algo que le parecía “una fantasía”. Interpelada por esta cuestión, Bonig ha considerado “desafortunadas e inoportunas” estas declaraciones. “Debería haber salido a pedir perdón”, ha señalado la presidenta popular.