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La burbuja del golf: de 80 proyectos a la quiebra de varios clubs consolidados

Casi el 70% de los campos de golf de la Costa del Sol occidental se riegan con el agua depurada

Voro Maroto

El arranque del siglo XXI prometía convertir cientos de hectáreas de ruinoso terreno agrícola valenciano en un rentable vergel de campos de golf. Esteban González Pons, ahora diputado en el congreso, conseller de Medio Ambiente entre 2006 y 2007, encargó un Plan Estratégico del Golf que preveía la construcción de 80 campos.

El golf era la panacea. Siempre según ese plan, se crearían más de 6.000 empleos y, mediante una inversión de 380 millones de euros, este deporte generaría un impacto económico de 600 millones de euros sin apenas impacto medioambiental. Los campos de golf sólo ocuparían el 1% del territorio de la Comunitat Valenciana.

Entonces, en el apogeo de la burbuja inmobiliaria, los proyectos para urbanizaciones con miles de vivienda y campos de golf se amontonaban en la Generalitat. A principios de 2007, la Conselleria de Territorio tramitaba hasta 55 recalificaciones de suelo (PAIs). Muy pocos de esos proyectos se han hecho. Es más, los clubs actuales tienen dificultades para sobrevivir.

El Club La Coma de Castellón, presidido por Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón, ha tenido que ser rescatado por el golfista Sergio García. Bordeaba la quiebra al deber 4 millones de euros y adeudar varias nóminas a los empleados.

Foressos, el campo construido en Picassent, entró en concurso de acreedores y el recinto ha sido embargado por uno de los acreedores, Banc Sabadell. El club Escorpión de Bétera ha acometido varias reducciones de costes para intentar sortear la crisis y el Club de Manises, según El Mundo, bordea la quiebra.

En este último caso, sin embargo, socios de la institución imputan la noticia a las elecciones a celebrar el próximo domingo. La sociedad tendría, según su versión, las cuentas equilibradas. A pesar de todo, el golf está muy lejos de ser el maná prometido.

Poco o nada se ha sabido de la inmensa mayoría de los planes para construir campos con sus correspondientes viviendas, incluidos los tres que Paco Roig, expresidente del Valencia y hermano de Juan, dueño de Mercadona, quería levantar junto a la Sierra Calderona. Las viviendas ya no las compra nadie, y el golf por sí mismo, tampoco parece rentable.

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