Cumplidos 50 años del asesinato de Vjekoslav Luburic, el jefe de un campo de concentración nazi en Croacia, Carcaixent se resigna a una espera de siete años más para poder retirar el mausoleo de este filonazi enterrado en la localidad de la Ribera Alta, donde vivía refugiado por el régimen de Franco tras la Segunda Guerra Mundial.
Así lo reconoce el alcalde de la localidad, Paco Salom (Compromís), quien explica que se han intentado diversas vías, pero que al final la más plausible es esperar al vencimiento de la titularidad de la tumba, que será en 2026. Salom comenta que tras el asesinato de Luburic a manos de un agente de la Yugoslavia de Tito el 20 de abril de 1969, éste fue enterrado en Carcaixent en un nicho y que no fue hasta 1976 cuando un familiar financió el panteón y trasladó los restos. La ley permite la titularidad durante 50 años, por lo que no vencerá hasta dentro de 7 años.
No obstante el alcalde también advierte que para sacar al genocida también tendrá que haber un gobierno local proclive a la exhumación y la retirada del mausoleo, ya que esto ya alcanzará la próxima legislatura. Salom afirma que su gobierno lo intentó en la pasada legislatura y ahora también en la actual, pero sin éxito. Así, si un próximo gobierno no tuviera la misma iniciativa la fimilia de Luburic podría renovar la titularidad de la tumba por otros 50 años.
Por otro lado también señala que la figura de Luburic no produce especial rechazo en la población, ya que en Carcaixent tuvo una vida discreta y nadie conocía su pasado, es mas la gente lo conocía como 'el polaco' o 'don Vicent' pese a no ser ni su verdadero origen ni su verdadero nombre. Además, Salom advierte que dentro del ambiente de la exhumación de Franco también han aparecido pintadas filonazis con el escrito “Luburic no se toca”.
Intentos frustrados
Paco Salom explica que hace un año se intentó exhumar a Luburic amparándose en la Ley de Memoria Histórica y pese a la ayuda de la Generalitat este caso concreto no se amparaba, ya que la ley únicamente abarca la Guerra Civil y no más allá de los Pirineos desde 1939. Para poder actuar se requeriría un cambio de la ley que también supondría poder retirar los restos de otro dictador enterrado en suelo español.
Tras fallar esa vía también se intentó contactar con la familia, tiene un hijo que vive en Náquera. Pero tras proponerle trasladar los restos a cualquier destino que determinase la familia y que el ayuntamiento se haría cargo de los costes, el hijo se negó y reactivó su protección, adquiriendo los derechos del mausoleo que tenía su tío.
También se contactó con la embajada de Croacia para que asumiese la gestión de los restos de Luburic, pero se desentendieron.
Finalmente Paco Salom descarta iniciar un proceso de expropiación forzosa entendiendo que se pasaría a los tribunales “y seguramente no acortaría la fecha de 2026 que se vislumbra ahora”.