La Comunitat Valenciana aumenta la integración social, pero el 20% de su población está en exclusión moderada o severa

Cerca de un millón de personas residentes en territorio valenciano se encuentra en situación de exclusión social media o severa. Es una de las conclusiones del estudio presentado este miércoles en Cáritas por la Fundación Foessa, participada por el Arzobispado de Valencia.

Según el informe, el 20,3% de la población de la Comunitat Valenciana se encuentra en esta situación, una cifra que se reduce respecto a 2013, cuando afectaba al 34%. Si bien la bajada es apreciable, el informe pone de manifiesto el “cierto riesgo de cronificación” de la pobreza, ya que sigue siendo una quinta parte de la población.

El II Informe sobre exclusión y desarrollo social en la Comunitat Valenciana, elaborado por la Fundación Foessa, que ha sido presentado este miércoles en Cáritas Valencia con la presencia del sociólogo y coordinador del estudio, Guillermo Fernández; así como del obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, y los directores de Cáritas en la Comunitat Valenciana.

Según ha explicado el obispo auxiliar, este informe ofrece “una radiografía de realidades sociales”, con datos que no son meras estadísticas, sino que “tienen alma” y como tal hay que “ponerles rostro”. Ha advertido de que hay una cuestión significativa que se desprende y que debe se debe afrontar, la pérdida de la compasión: “Hay que hacer nuestros los problemas y dificultades del otro”.

El coordinador del informe, que se ha realizado en base a más de 650 cuestionarios realizados en la Comunitat --con un total de 12.000 en el conjunto del país--, ha explicado que se pretendía ver cómo está siendo “el escenario postcrisis” y cómo han evolucionado las brechas sociales hasta llegar a un momento en que se está dando un “ascenso del particularismo y del individualismo”, además de actitudes xenófobas.

Según ha señalado, los resultados reflejan que la Comunitat ha conseguido un incremento notable del espacio de la integración social y casi el 80% de la población se encontraría en ese espacio en el que “uno puede desarrollar de forma razonable su proyecto de vida”. En concreto, el 51% está en integración plena --ha aumentado desde el 30% de 2013-- y el 28,7 en integración precaria.

Este último grupo estaría formado por en torno a medio millón de personas en una situación de inseguridad y con un “colchón de resistencia débil” ante una nueva desaceleración.

Respecto a la exclusión social, afecta al 20,3% de la población pese a la “reducción intensa” de los últimos cinco años, por encima de la media nacional. Se trata de una exclusión “enquistada”, según el sociólogo, que crea una sociedad “estancada” para la que “el ascensor de la movilidad social ha dejado de funcionar”.

Dentro de ese porcentaje hay 472.000 personas especialmente vulnerables, en exclusión social severa --se ha reducido casi a la mitad desde 2013-- y unas 200.000 estarían en lo que ha denominado “la sociedad expulsada”, con vínculos sociales “rotos” y a la que no se le estaría dando solución a sus dificultades.

A pesar de la evolución positiva de la integración en la Comunitat entre 2013 y 2018, el informe incide en que la exclusión afecta aún al 20% de la población y se advierte de un riesgo de cronificación y de polarización de la estructura social, puesto que crece el espacio de la integración plena y se reduce el de la inclusión precaria, mientras se mantiene un “amplio” espacio de exclusión.

Además, entre las personas en exclusión social el 77% considera que su situación ha empeorado desde que arrancara la crisis económica hace una década, mientras que entre las integradas el porcentaje se reduce al 53.

Con todo ello, la Comunitat Valenciana se caracteriza por una situación favorable durante la recuperación económica, con una mejora en la integración, pero manteniéndose unos niveles de exclusión social tanto moderada como severa superiores a los del conjunto de España.