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Condenado por delito contra la fauna un hombre que usó el método prohibido del 'parany' para cazar una especie protegida

Vista de un 'parany'.

Lucas Marco

12 de octubre de 2022 21:33 h

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Un ave fringílida (curruca capirotada) murió en un 'parany', un método de caza ilegalizado por la Generalitat Valenciana, a manos de un hombre que ha sido condenado por dos delitos contra la fauna. Se trata de un ave incluida en el listado de especies silvestres de protección especial que acabó en un 'parany' situado en una finca de Onda (Castelló) cedida por el hijo de la propietaria a un amigo con pocos recursos. La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha confirmado la sentencia que condena al cazador a una multa de nueve meses con una cuota diaria de cuatro euros y absuelve al hijo de la propietaria por falta de pruebas.

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 4 de Castellón declara como hechos probados que el hijo de la propietaria de la finca permitió a su amigo ocupar una caseta en el terreno, situado en el término municipal de Onda, debido a su precaria situación económica. “En esa finca se había montado un 'parany', formado por varios árboles, podados y unidos por perchas, pero [que] estaba inactivo desde tiempo no concretado”, indica el fallo.

El 'parany', un sistema rudimentario de caza que consiste en vaciar las cuencas de los árboles y poner allí varas con materiales viscosos que atrapan a los pájaros que hasta allí se acercan, fue suspendido en 2013 por la Generalitat Valenciana, a pesar de que el entonces conseller Serafín Castellano, del PP, era un habitual de esta modalidad criticada por colectivos ecologistas.

El 10 de octubre del 2014, el condenado decidió utilizar el 'parany' sin contar con la autorización de la propietaria de la finca. Así, “puso en marcha un reclamo de un radiocasete, colocó entre las ramas redes y varetas de esparto impregnadas con liga (pegamento), al objeto de capturar aves”, relata la sentencia. A las 2.30 de la madrugada del día siguiente, dos agentes del Seprona de la Guardia Civil escucharon el sonido del radiocasete y desconectaron el cable sin acceder a la caseta. Los miembros del instituto armado hallaron el ave fringílido protegida y una zorzal común y pudieron fotografiarlas desde un tejado.

Pocas horas después, sobre las 6.30, los agentes del Seprona detectaron que dos personas accedían a la zona y pudieron acceder con la autorización de los dos hombres. La sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón considera que los agentes “sólo acceden a la caseta cuando el dueño les abre la puerta”. Además, el registro se desarrolló en un “clima de colaboración” y fue válido al ser del delito “flagrante”, al contrario de lo que argumentaba la defensa del condenado en su recurso.

El hijo de la propietaria de la finca y su amigo 'paranyer' fueron citados en el puesto de la Guardia Civil de Borriana en calidad de imputados no detenidos y declararon con asistencia letrada. El acta de inspección reseñaba un 'parany' formado por una decena de oliveras.

El condenado alegaba que se encontraba en la indigencia y que activó el 'parany' para “cazar unos pájaros y comérselos”. Fue tras “cenar con su amigo” y tomar unas copas cuando volvieron a la finca y se toparon con los dos agentes de la Guardia Civil. La sentencia del Juzgado de lo Penal número 4 de Castellón reconoce la atenuante de dilaciones indebidas (el fallo es del 24 de mayo del 2021 y los hechos se remontan al 2014).

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