¿Cuánto nos cuesta la repetición de las elecciones?

El coste económico

Como bien sabemos todos, qué remedio, afrontamos unas nuevas Elecciones Generales el  próximo 10 de noviembre. Poner en marcha, una vez más, la maquinaria electoral, no es nada barato. Estos comicios nos costarán unos 185 millones entre gastos de organización y subvenciones a los partidos. El primer concepto, mucho más amplio en cantidad (unos 140 millones) y variedad, abarca gastos diversos como Correos, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y mucha, mucha burocracia en forma de cientos de trámites y toneladas de papel...

¿Les parece caro? Pues ahora vamos con el coste no económico.

El coste social

No es la primera vez que se repiten unas Elecciones Generales en España en los últimos años. Supongo que compartirán que, como ciudadanos, no resulta agradable saber que ejercemos una y otra vez nuestro derecho a voto y esto no sirve absolutamente para nada. Como mínimo, no sirve para tener un Gobierno que afronte y gestione los numerosos problemas que tiene la sociedad. En unas semanas tendremos un nuevo resultado electoral y dudo muchísimo que arroje algún tipo de mayoría que no precise de una nueva negociación. Esto quiere decir que viviremos el Día de la Marmota con nuevos dichos, diretes y escenificación de pactos. Todo esto suena agotador ya a estas alturas del año, y después de nada menos que seis comicios repartidos en las tres inacabables jornadas electorales que se habrán celebrado este 2019. Pasa el tiempo y sólo vemos política, no políticas… ¿Cuándo se van a poner a gestionar? Mientras  tanto, los problemas de la sociedad, tales como el paro, el medio ambiente, la desigualdad social o la violencia de género, les aseguro que no se toman ningún tipo de paréntesis o descanso. De hecho lo normal es que, sin gestión, vayan a peor.

Por tanto, resulta evidente que este tipo de situaciones desgastan enormemente a la ciudadanía (para la cual el cobro de impuestos, por cierto, tampoco se toma ningún paréntesis), y a la propia democracia.

Conclusiones

Los comicios de noviembre, los procesos electorales en general, tienen un coste monstruoso, tanto en términos económicos como democráticos y sociales, y también medioambientales.

El año 2019 no sólo va a ser un “año electoral”, como se decía antaño, sino uno “demasiado electoral”. ¿Por qué no un “superdomingo” como se le llegó a llamar? Por razones de estrategia política, evidentemente. ¿Y por qué no se implantan unos cuantos trámites electrónicos que abaraten el coste? Por resistencia al cambio y clientelismo con las empresas que viven de la celebración/repetición una y otra vez de cada proceso electoral, empezando por Correos. Y es que, por si no fuera poca penitencia la repetición constante de elecciones, para colmo tenemos que asistir impotentes a ver cómo se suceden los procesos electorales, los tiempos avanzan, y no se aplica ninguna medida de reducción de la burocracia, de trámites, de papeles, de cargas administrativas…

No sabemos exactamente qué se hace con todas las papeletas que sobran. Y sobran muchas, muchísimas, ya que se imprime hasta el 100% del censo por cada candidatura, lo cual es una barbaridad estadística. ¿Por qué no existe un servicio específico de recogida para reciclarlas? Es curioso ver cómo los candidatos se llenan la boca durante campaña con discursos sobre el cambio climático y después se generan toneladas de papel, y es que, en el fondo, quien dirige los procesos electorales no repara en gastos (económicos, sociales y ambientales).

Podemos ir aún más lejos. Sé que muchos miran el voto electrónico con el recelo correspondiente a todo lo que suena a moderno y temen que nos puedan hackear el voto (¿acaso no lo hacen ya sin tecnología?), por lo que abogan por que en 2070 sigamos introduciendo el sobre sepia. Bien, entonces ni mencionarlo, mejor acumular miles de papeletas, actas, sobres… Y todo por quintuplicado. Pero, ¿ni siquiera se contempla para las personas con movilidad muy reducida o para los españoles residentes en el extranjero? ¿No? Vale ¿Y podría instaurarse un trámite electrónico al menos para solicitar el voto por correo? Parece que la respuesta sigue siendo no. Estupendo. Que ustedes lo voten bien, pero empiezo a pensar que las elecciones en España tienen una mala relación calidad-precio.

*Por Víctor Almonacid Lamelas, Secretario de la Administración Local