“Un recurso pendiente de potenciar”, lo denominó el pasado mes de enero en las Corts Valencianes el director gerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), Enrique Lapuente. Se refería a la reutilización del enorme volumen de agua depurada que se desperdicia, bien mediante su vertido a cauces públicos, bien directamente al mar.
El sistema de depuradoras de la Comunidad Valenciana, integrado por 478 estaciones repartidas a lo largo del territorio, depuró en 2015 más de 431 hectómetros cúbicos de aguas residuales, una cantidad sensiblemente inferior a la que se trataba antes de la crisis económica, ya que el pico máximo se registró en 2008 con 512 hectómetros cúbicos. Sólo el 31% del volumen total se reutiliza, lo que supuso en 2015 unos 133 hectómetros cúbicos.
El reto es reutilizar el 28% del agua depurada (122 hectómetros cúbicos en 2015) que va a parar a cauces públicos y el 41% (176 hectómetros cúbicos) que se vierte directamente al mar.
De ese 31% de agua depurada que se reutiliza, un 97,5% se destina al riego agrícola, un 1,4% a uso urbano, un 0,7% a uso recreativo y solo un 0,5% a uso industrial.
Potenciar la reutilización es una responsabilidad compartida de todas las administraciones, según el director de la Epsar, que apunta a la Administración central, por las distintas sensibilidades en los planes hidrológicos. Así, mientras el Plan Hidrológico del Segura incorpora como recurso el 100% del agua depurada, el Plan del Júcar apenas contempla asignar el 19%.
En el área metropolitana de Valencia se depuran 154 hectómetros cúbicos anuales, de los que 92 hectómetros cúbicos (un 60%) se vierten al mar. Los destinos del caudal reutilizado son los usos ambientales para la Albufera, el abastecimiento del área metropolitana y los regantes del Turia.
El buen estado de la red de alcantarillado atañe a la Administración local y es importante porque las infiltraciones en la red impiden reutilizar el agua depurada. Por otra parte, se produce un uso inadecuado del canon de saneamiento para financiar el tratamiento terciario y el bombeo de agua depurada.
En ese panorama, debe producirse una revisión normativa, entre otras de la Ley de Aguas, que impulse el uso del agua depurada. Un borrador europeo de reutilización pretende incidir en esos aspectos. El objetivo es mejorar el rendimiento del proceso y hacerlo más sostenible, dado que la depuración de aguas residuales tiene incidencia en la lucha contra el cambio climático, debido al gasto energético y a las emisiones indirectas derivadas del consumo de electricidad.
Una depuradora sostenible en Pilar de la Horadada
Precisamente, la estación de depuración de aguas de Pilar de la Horadada ha sido visitada este martes por la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo y este año se dedica al tratamiento de aguas residuales.
Cebrián ha escogido esa planta por su eficiencia energética, dado que produce su propia energía gracias a una planta de generación de energía fotovoltaica, y porque reutiliza para riego tres cuartas partes del agua depurada. Pero también porque dispondrá de una planta de compostaje para reciclar los lodos que produce. Esa obra será financiada íntegramente por la Generalitat por un importe de 10,5 millones de euros.
Acompañada por el alcalde de Pilar de la Horadada, Ignacio Ramos, y el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Àlvaro, la consellera ha enmarcado las características de la planta de Pilar de la Horadada, a la que se añadirá una cuarta estación de bombeo que ayudará a paliar el déficit hídrico de la costa de Orihuela durante el verano, en los objetivos confluyentes de dos planes, el de residuos y el de saneamiento. En relación con el Plan Nacional de Residuos, porque contribuirá a completar el reciclaje de lodos y en relación con el segundo Plan Director de Saneamiento, porque contribuye a valorizar lodos procedentes de depuradoras y aplicar a la agricultura el compost resultante.