Divalterra, la empresa pública de la Diputación de Valencia, tiene paralizado desde hace más de año y medio un pago de 40.000 euros que tenía comprometidos para el Centro de Investigación de Conocimientos para la Administración Local (Cical), el polémico laboratorio de ideas para el municipalismo que impulsó José Manuel Orengo. Una de las facturas que ha generado más desavenencias consultada por eldiario.es es un viaje del exalcalde de Gandia y actual asesor de Presidencia a Barcelona y que costó 756 euros.
El viaje fue de dos días y el ideólogo de Cical, actual asesor de Presidencia de la Generalitat Valeniana, estuvo acompañado por la directora científica de Cical. A las dos noches de hotel en dos habitaciones se añaden los billetes de tren y una comida de 114 euros. Este almuerzo ha generado también muchas suspicacias entre Divalterra y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), que en un primer momento fue la que pagó los gastos. Divalterra, por convenio, debe abonar determinados gastos.
Orengo asegura que esta comida en Barcelona, “junto a otro almuerzo, son las únicas que se han presentado”. Pues a Divalterra no le ha hecho ninguna gracia y junto a otras factura de kilometraje o peajes, la tiene parada desde que se presentara el 16 de octubre de 2016. Según el informe de justificación, explica el propio Orengo, el viaje a Barcelona se realizó para reunirse con la Fundació Catalana per a la Recerca Científica i la Innovació, una entidad para promover la ciencia en los colegios. También, apunta el asesor de Presidencia, tuvieron una reunión con al Escuela de Protocolo de la Universitad de Barcelona.
La fundación Cical ha sido polémica desde el principio puesto que la oposición la ha considerado una entidad pensada para dar trabajo a Orengo. El asesor de Presidencia niega la mayor y defiende que “es un proyecto fundamental en el que se habían implicado 68 alcaldes de todos los colores y las tres diputaciones”. “Ya me marché para que Cical continuara sin mí porque considero que es necesaria. Cuando pare la tormenta ya se volverá a poner en marcha. No se ha tocado ni el capital fundacional”, ha asegurado José Manuel Orengo.
Entre otros gastos realizados por Orengo que Divalterra se niega a pagar -en total dos facturas globales de 40.000 euros cada una presentadas el 11 de enero de 2017 y el 18 de octubre de 2016- está el kilometraje entre Gandia -donde tiene el domicilio el exalcalde de esa ciudad- y Valencia y sus correspondientes peajes.
Se trata de unos 400 euros en peajes y 347 euros en kilometraje por el segundo semestre de 2016. Orengo alega que se trata de desplazamientos desde la “sede provisional” que tenía Cical en la Universitat Politécnica en Gandia y que los viajes consistieron en reuniones con Presidencia, la Conselleria de Eduación, la Universitat de València o la Diputación de Valencia.
Otros gastos que Divalterra se niega a firmar y a abonar a la FVMP son 3.500 euros para un antropólogo por dar charlas en ayuntamientos sobre Cical, alquiler de salones o “un estudio piloto en el área de ruido y vibraciones” que costó 12.600 euros. Orengo defiende este estudio y revela que en Divalterra se han negado a pagarlo “porque no eran estudios vinculados a la constitución de la fundación”.
La polémica con Cical continúa porque los encontronazos en Divalterra y la FVMP se mantienen desde hace un año a costa de estas dos facturas que suman 80.000 euros. Mientras, el PP ha denunciado los gastos de esta fundación a la Agencia Antifraude. En marzo de 2017 Orengo aparcó la fundación Cical por las críticas aunque espera que en un futuro se vuelva a poner en marcha.