La juez que investiga el accidente de metro en Valencia que causó 43 muertos y 47 heridos el 3 de julio de 2006 ha realizado las primeras imputaciones desde que se investiga el caso. A petición del abogado de la familia de una víctima, ha llamado a declarar como imputados a tres directivos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) con responsabilidad sobre el sistema de frenado.
La Fiscalía y la mayor parte de las acusaciones particulares –representantes de las víctimas-, consideran que un “error de programación y planificación de las balizas” de freno pudo ser “determinante en el descarrilamiento y vuelco de la unidad de tren”. Por el contrario, la juez, Nieves Molina, no cree que el sistema de frenado tuviera incidencia en el accidente de metro más grave de la historia de España.
Por ello, sólo imputó en la causa al conductor del tren siniestrado, fallecido en el accidente. Extinguida la responsabilidad penal, Molina archivó el caso, ahora reabierto después de que la Audiencia de Valencia atendiera los recursos que pidieron que la investigación continuara.
En ese contexto, y según la noticia adelantada por Levante-EMV, la juez ha decidido aceptar la petición de una de las acusaciones y citar como imputados a los tres técnicos, todos ya fuera de FGV: Vicente Contreras, director adjunto de explotación; Francisco García, director técnico de FGV; y Francisco Orts, responsable de la dirección de Estudios y Proyectos.
Las acusaciones particulares siempre han creído que el deficiente sistema de señalización y frenado pudo haber provocado o facilitado el accidente. Son «insuficientes las medidas de protección de la curva [del accidente] mediante una señalización visual (la señal vertical de limitación a 40 kilómetros por hora), habiéndose podido proteger adecuadamente la curva con la sola programación de otra baliza», dice el abogado que solicitó la declaración de los ahora imputados. Estos, la cúpula de la empresa en 2006, comparecerán ahora en el juzgado para arrojar luz sobre el asunto. FGV siempre ha sostenido, en concordancia con la juez, que el siniestro es atribuible a un exceso de velocidad.
43 muertos, 0 responsables
El accidente de metro de 2006 se saldó sin dimisiones de técnicos de FGV, una empresa pública, o cargos de la Generalitat. El parlamento valenciano liquidó en asunto con una comisión parlamentaria de cuatro días calificada de farsa por la oposición al PP y el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, nunca recibió a los representantes de la asociación de la familia de las víctimas.
Éstas se congregan desde el accidente el día 3 de cada mes en la Plaza de Virgen de Valencia para recordar a los muertos y heridos y pedir justicia. Durante mucho tiempo, entre cierta indiferencia de la sociedad y la hostilidad disimulada del PP. Desde que Jordi Évole dedicara un Salvados al asunto, la plaza se llena, aunque la posición del PP sigue siendo parecida: acaba de rechazar una nueva comisión de investigación para el asunto.