La fuerte irrupción en el mercado citrícola de fruta sudafricana y la competencia desleal que supone y ante la cual los agricultores de la Comunitat Valenciana no son capaces de competir ha supuesto que la actual campaña esté resultando la más desastrosa en años.
Los acuerdos de Sudáfrica con la Unión Europea resultan un factor clave, pero no es el único. A la fuerte competencia desleal hay que sumar los problemas de lluvias, de minifundismos, retrasos en la maduración de un par de semanas y una contracción del consumo.
José Vicente Guinot, presidente de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castellón (FEPAC-ASAJA Castellón), relata cómo no se están produciendo prácticamente opciones de compra y, las pocas que se realizan, se llevan a cabo a precios demasiado bajos o directamente de pérdida. En algunos casos se han llegado a modificar a la baja el precio de acuerdos ya firmados en agosto.
“Esperamos que esto repunte con la entrada de frío, lo cual se suele traducir en un aumento del consumo de cítricos. La campaña hasta el momento va francamente mal, aunque esperamos que las variedades que vienen a partir de ahora puedan equilibrar las pérdidas para el agricultor”, relata Guinot.
La principal reivindicación de los agricultores se centra en la situación de desventaja en la que se encuentran a la hora de competir contra el producto extracomunitario. A ellos, denuncian, se les exige unos altos estándares de calidad –en el uso de herbicidas y determinados tipos de fitosanitarios, etc.- que implica unos gastos mucho mayores para el agricultor. Desde la federación instan a las autoridades a tomar medidas, ya que esos mismos estándares, sin embargo, no se exigen a los exportadores de fuera de Europa.
Con las nuevas fechas de entrada –hasta el 30 de noviembre-, la campaña sudafricana se solapa absolutamente con la campaña de fruta primera y con el inicio de la campaña de clemenules, la cual resulta vital para los agricultores castellonenses. Esto hace que el daño económico producido sea muy importante actualmente y, además, se espera que el envío de fruta a Europa aumente entorno al medio millón de toneladas durante los próximos 5 años.
Sin soluciones desde la administración
La pasada semana el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se entrevistó con el presidente Ximo Puig y las organizaciones profesionales agrarias para tratar de afrontar la crisis del sector citrícola. Ambos manifestaron la necesidad de que los agricultores se organicen y de la conveniencia de afrontar una reestructuración de la gestión para posibilitar el acceso a ayudas europeas.
En ese sentido, desde FEPAC-ASAJA manifiestan que “es cierto que el sector necesita modernizarse”, pero subrayan la necesidad de entender que para poder modernizar una explotación agraria hace falta que el agricultor disponga del capital necesario para invertir dinero y convertirlo en un sector atractivo capaz de atraer mano de obra y emprendedores jóvenes.
“Deberían entender la necesidad de aportar ayudas a los agricultores y de pelear en la Unión Europea por aplicar unas cláusulas de salvaguarda que hagan que el agricultor no tenga que vender a pérdida. Si no facilitan que el agricultor y los jóvenes accedan al sector y tengan capacidad económica para iniciar un proyecto o adecuar nuevas explotaciones es muy difícil que podamos modernizar el sector”, explica Guinot.
La solución no es ponerle puertas al campo
Desde la federación no creen que la solución pase por imponer barreras a la exportación, sino que plantean que desde la UE se debería hacer todo lo posible para establecer un plano de igualdad en el comercio. Exigen, además, el establecimiento de cláusulas de salvaguarda para que los agricultores no tengan que verse forzados a vender a pérdida.
“El ministro nos trasladó que el convenio está en periodo de prueba y hasta que no pasen tres años no se pueden tomar determinadas medidas. Nos parece correcto, pero si no se dota a los agricultores de una seguridad económica mínima, en tres años muchos se habrán arruinado”, sentencian desde la federación.