La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Investigada una cooperativa citrícola de Castelló porque empleadas suyas se orinaron encima por no tener tiempo para ir al baño

Dos empleadas de una cooperativa citrícola de Alquerías del Niño Perdido, en Castelló, se llegaron a orinar encima por las dificultades que tenían para poder ir al baño por la organización del trabajo de la empresa.

Este caso fue denunciado en diciembre de 2018 ante Inspección de Trabajo por el sindicato CGT advirtiendo que esta situación en el almacén donde trabajan alrededor de 200 personas, se produce después del cambio en la forma de trabajar donde las empleadas “tenían serias dificultades para realizar necesidades básicas como poder ir al baño cuando lo necesitaban, llegando a veces a estar más de una hora y media esperando”. Explican desde el sindicato que para poder ir al baño las trabajadoras tenían que tener una sustitución en su línea de trabajo.

Ante esta situación se explica que en la campaña anterior una mujer llegó a orinarse encima en su puesto de trabajo, menteniéndola en silencio, y que este año otra trabajadora abandonó su puesto porque no podía aguantar más, pero no pudo llegar a tiempo al baño. Esta situación límite llevó a esta mujer a acudir a CGT para denunciar el “malestar a nivel psicológico” que provoca la situación.

CGT explica que en marzo de 2019 la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social contestó a la denuncia, apuntando que la empresa AGROAL S. COOP. VALENCIANA reconocía los hechos denunciados y se le requería para que “ejerza el necesario control sobre las personas con funciones de mando encargadas de autorizar a las trabajadoras el uso de servicios higiénicos y proceda a darles instrucciones escritas a efectos que prioricen las necesidades fisiológicas de las trabajadoras frente a otros intereses”.

Desde CGT se ha exigido “que se dejen de vulnerar los derechos constitucionales y laborales de las trabajadoras y se deje de menoscabar su dignidad, dejándolas ir al baño siempre que lo necesiten sin que sea necesaria una autorización”. Del mismo modo exigen que “si la Cooperativa no toma ninguna medida y garantiza que las mujeres puedan ir al baño con mayor normalidad, se le sancione y obligue a contemplar dicha medida. Así como que exponga en su tablón de anuncios la contestación a la denuncia realizada a Inspección e informe a las trabajadoras”.

Pero además el sindicato advierte que “esta situación se da en muchos de los almacenes citrícolas de la zona y en otros sectores altamente feminizados como cajeras de supermercados”. Por ello CGT anima a todas las personas que se encuentren en esta situación a denunciar los hechos porque “nos parece de una crueldad extrema que este tipo de situaciones se sigan permitiendo”.

“Incidente muy puntual”

Desde la gerencia de AGROAL S. COOP. VALENCIANA se ha afirmado ante esta denuncia que se ha tratado de un “incidente muy puntual”, que la empresa tenía conocimiento del caso del pasado mes de diciembre, pero no del de la anterior campaña.

Explican que el origen de la situación ha sido el cambio del sistema de trabajo hace dos temporadas por las características de los contratos empresariales, pero que “ahora las trabajadoras ya se han acoplado al sistema”. Apuntan así que antes de la revisión “sobraba gente”, mientras que ahora se trabaja “con la gente justa”, y que les ha costado armonizar las sustituciones para estos casos pero que se ha conseguido.

El gerente considera que se trata de “un incidente desagradable que ojalá no hubiera pasado”, pero también considera que se ha “magnificado” el caso. Así señala que la trabajadora que acabó denunciando la situación ante la Inspección de Trabajo primero habló con la empresa, pero que “se puso muy nerviosa y dijo que iba a denunciar” a lo que se le respondió que “tenía todo el derecho de hacerlo”.

Concluyen insistiendo en que se ha tratado de casos “extraordinarios, no es lo habitual” y que las trabajadoras “ya han aprendido a funcionar al nuevo ritmo”.