El presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, ha criticado los argumentos expuestos por el frente formado por las Comunitat Valenciana, Región de Murcia y Baleares con respecto al futuro modelo de financiación autonómica y ha pedido que no entren en una dinámica “nacionalista” en esta materia.
“No podemos ser tan bobos de meternos en una dinámica propia de nacionalistas cuando somos miembros de un partido de carácter nacional y no somos nacionalistas”, ha señalado Monago en una rueda de prensa en Mérida en la que ha sido preguntado por esta cuestión. Esta es la segunda declaración en dos días desde el gobierno extremeño en términos despectivos hacia la cumbre de los presidentes autonómicos, después de que el consejero de Hacienda se refiriera a los dirigentes autonómicos del PP como “los tres tenores”.
En su intervención Monago, ha confirmado que Extremadura ha iniciado contactos con otras comunidades autónomas para abordar la cuestión de la financiación autonómica “antes de esa fotografía”, en referencia al denominado 'Frente del Mediterráneo' formado por los presidentes de las citadas comunidades autónomas, Alberto Fabra, José Ramón Bauzá y Ramón Luis Valcárcel.
El presidente extremeño, quien ha recordado que aún no se ha abierto el proceso de la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, considera que en estos momentos “cada uno está enseñando su patita”. En este sentido, ha criticado a quienes abogan por una financiación igual para todos los españoles.
“¿O estamos hablando de territorios o de personas?”, se ha preguntado Monago con respecto a la financiación autonómica y a las pretensiones de cada región, lo que ha definido como un “sudoku”. Al respecto, ha señalado que los presidentes valenciano, murciano y balear “son lo suficientemente inteligentes para que se den cuenta de que han estado diciendo que algunos de sus territorios aportan más de lo que reciben, por lo tanto están hablando de territorios, y ayer estaban hablando de personas, de la financiación que se recibe por persona”.
Monago no comparte que el motivo poblacional sea el que más peso tenga en el reparto de la financiación, sino que considera que se debe distribuir “en función de las necesidades”, y en este sentido ha pedido que se tengan en cuenta otros criterios, entre los que ha citado la dispersión, el envejecimiento o la baja densidad de la población.
Los frentes, por el Atlántico
Monago ha utilizado un símil meteorológico para referirse al denominado Frente del Mediterráneo, formado por Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares. Así, ha señalado que “los frentes en España no entran nunca por el mediterráneo, entran por el Atlántico”. “La ciclogénesis explosiva entra siempre por el Atlántico, no por el Mediterráneo. Allí lo que hay es gota fría, lamentablemente”, ha añadido.
El presdiente se ha referido a su homólogo valenciano, Alberto Fabra, a quien le ha pedido que “mire más para arriba”. “Que no se obsesione conmigo”, ha dicho Monago, al tiempo que ha añadido que “no hay día que no se acuerde” de él. “Arriba está Cataluña, que yo creo que al proyecto común (de España) le afecta mucho más que Extremadura”. “Yo no soy enemigo de Valencia, soy enemigo de la falta de sentido común”, ha apostillado.Atender las necesidades
“¿La misma financiación? Cuando yo tenga alta velocidad, tren de mercancía... Entonces sí hablamos todos, porque todos tenemos el mismo coche para correr. Lo que no puede ser es que yo vaya con un 600 y otro con un Ferrari”.
“¿Es difícil que un presidente valenciano entienda Extremadura es el doble que la comunidad Valenciana en superficie y el triple que la comunidad murciana? ¿Y que llevar los servicios públicos es mucho más costoso, y por lo tanto no podemos tener la misma financiación por habitante en un territorio que en otro porque en unos sitios es más costoso que en otros?”, se ha preguntado Monago.
En este sentido, ha recordado algunos datos “objetivos”, como son que Extremadura cuenta con una superficie de 42.000 kilómetros cuadrados, que es superior a la de la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares juntas, y que tiene una población que no llega a 1,1 millones de habitantes, frente a los más de 7 millones que suman estas tres comunidades.